“La Palma, por suerte, es una isla de locos, de locos maravillosos”
En su existencia hay dos mundos: el de la casa de su infancia de El Planto, en Santa Cruz de La Palma (“el pasado rico, maravilloso y enriquecedor”), y el pago de El Tablado, en Garafía, donde está su presente y su futuro. La escritora e investigadora palmera Elsa López (Fernando Poo, Guinea Ecuatorial, 1943) ha encontrado el sosiego en el abrupto paisaje norteño. “Mis estancias en El Tablado, en estos momentos, me aportan absolutamente todo; nos hemos empadronado en Garafía porque yo siempre digo que uno vuelve a sus orígenes, y mi abuelo materno era de allí”, ha señalado a LA PALMA AHORA esta mujer imbatible y luchadora a la que le “salta el corazón” cuando lee poesía y le ataca la cólera si se le pregunta cómo ve la situación actual de las féminas. “No nos respetan, no nos tienen en cuenta, la paridad es una burla, están jugando con nosotras, nos utilizan en pleno siglo XXI con la misma desfachatez que los romanos antes de Cristo”, afirma con tono exaltado y un destello de indignación en los ojos.
El ritmo de vida de Elsa López ahora es más sosegado. “El triángulo Madrid-Tenerife -La Palma ya se ha reducido a una línea recta que es Madrid- La Palma/La Palma- Madrid”, dice. “Intento estar medio año en cada sitio, pero seguido, para ver por lo menos germinar lo que planto y el fruto de lo que estoy haciendo; pero todo depende, no hay nada escrito, a veces tienes que tomar decisiones sobre la marcha”, reconoce. El Tablado es su paraíso terrenal. “Siempre tuve una querencia especial por ese barrio; en ese pago compré mi casa en 1972, es una casita terrera, nada del otro mundo, pero es mi mundo, siento que es donde más feliz soy, lo siento dentro de mí; desde que llego a Las Mimbreras empiezo a relajarme, me lleno de paz y felicidad; amo aquellos paisajes de profundos barrancos y quiero mucho a su gente”, asegura.
“La poesía es mi espacio de trabajo, de vida interior; el corazón me salta cuando leo poemas, leo todos los días poesía, porque la poesía es todo, ha sido un salvavidas para mucha gente y se puede convertir en un himno universal”
La literatura, y especialmente la poesía, es su otro mundo. “Es mi espacio de trabajo, de vida interior; el corazón me salta cuando leo poemas, leo todos los días poesía, porque la poesía es todo”, asegura con convencimiento, y recuerda unas palabras del poeta francés Yves Bonnefoy: “La sociedad sucumbirá si la poesía se extingue”. “La poesía ha sido un salvavidas para mucha gente; también un arma para defendernos e impulsarnos a la lucha; un buen poema se puede convertir en un himno universal, como algunos de Neruda, Miguel Hernández, Shakespeare u Homero; creo en la fuerza de la poesía, en su efecto purificador y generador de energía”.
Los múltiples proyectos literarios en los que está inmersa la están desbordando. “Estoy hecha un lío, porque tengo tres libros de poemas en marcha, una novela para empezar a escribir sobre la vida de mi madre en África y otra obra de poemas a la Virgen de Las Nieves para la Bajada, que recoge las composiciones que he escrito a lo largo de todas las bajadas y que leo en El Planto desde hace mucho tiempo, poemas en los que echo fuera toda mi melancolía y añoranza”, explica. “El Santuario de Las Nieves ha sido un símbolo en mi vida, porque es un lugar de peregrinaje, me gusta escribirle, esa es mi parte mística y religiosa, sin ser religiosa”, aclara. “Mi casa está llena de ángeles, vírgenes y Niños Jesús, me gusta mucho la iconografía religiosa”, reconoce. Elsa, además, escribe artículos de opinión semanalmente, porque a diario ve y oye noticias sobre las que necesita dar su punto de vista.
(A Elsa le apasionan los patios de las casas de campo. Foto: LUZ RODRÍGUEZ)
El panorama cultural en Santa Cruz de La Palma, Elsa López lo ve como “en todas partes”. “Hay un resurgimiento y una necesidad, es como si la crisis económica empujara a la gente a crear de nuevo, porque a los artistas les nace la fuerza en los momentos más difíciles, sacan una energía interior que les alimenta tanto como la comida; esa necesidad espiritual de que haya cambios, tanto en política como en todo lo que nos rodea, de que haya una ética en el mundo, ese movimiento se está notando, porque cada vez hay más gente que escribe en La Palma, más grupos de música, hay un florecimiento cultural en sitios inesperados como El Cosmos”, comenta.
A Esla López le sobran “muchas cosas” en Santa Cruz de La Palma. “Si pudiera, de entrada le cortaría 'la cabeza' al Cabildo (al edificio), recortaría las casas que son demasiado altas, haría una ciudad cercana, más bajita, más a nuestro alcance, en eso añoro mucho el pasado; también quitaría los macetones y plantaría los árboles que había antes, en lugar de destinar espacio a los coches”, propone. Pero La Recova, que no se la toquen. “Es un sitio precioso estéticamente y necesario desde el punto de vista social; y ahora, lo que más me gusta y divierte de Santa Cruz de La Palma es ese bar que está junto a la entrada de La Recova con mesitas desde las que puedes contemplar cómo entra y sale la gente”. “En el muelle quitaría los contenedores y volvería a poner aquella playa que era deliciosa, eliminaría muchos monumentos en la ciudad y suprimiría la transformación que han hecho en el campo del Mensajero”. La playa que se acondiciona en el frente marítimo, en cambio, “no me disgusta, aunque al principio no me gustó, pero ahora cuando veo aquel brazo de prismas desde La Encarnación me atrae, es como una oruga graciosa”, apunta.
“La situación política actual me deprime, me angustia, creo que lo que estamos viviendo es una falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos; nos tratan como a una manada de imbéciles”
La situación política actual “me deprime, me angustia, creo que lo que estamos viviendo es una falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos”. “Pienso a veces si esos políticos creerán que somos tontos, una manada de imbéciles, por los consejos que nos dan, las mentiras que nos cuentan y los planteamientos que nos hacen”. “Hay una total falta de moral y unos políticos sin ideología que no tienen claro lo que es la polis”, sostiene.
Y si a Elsa se le pregunta por los derechos de las mujeres, hierve de indignación. “Siento que voy para atrás y no tengo Alzheimer, estoy diciendo las mismas cosas que hace 55 años; a los 18 yo hablaba en público y decía lo mismo que he dicho hace unos días, y me puse muy nerviosa y me emocioné porque era el mismo discurso que cuando me reunía con Lidia Falcón y un montón de mujeres más en la librería Machado de Madrid”. “Ahora no nos respetan, no nos tienen en cuenta, la paridad es una burla, están jugando con nosotras, nos están utilizando en pleno siglo XXI con la misma desfachatez que los romanos antes de Cristo; esto es intolerable”, clama con el gesto descompuesto.
Como antropóloga, Elsa López ha realizado estudios sobre la relación entre el viento y la locura en La Palma, y afirma que “por suerte para nosotros, La Palma es una isla de locos, de locos maravillosos, porque si no fuera así, si no hubiese tenido ese espíritu creador, no hubiese dado grandes músicos, poetas, escritores y pensadores a lo largo de los siglos”. “Eso lo da la locura en todas sus facetas, porque todos los palmeros estamos un poco locos, en ese sentido maravilloso de hacer locuras, de emprender viajes en un velero hasta llegar a América, enfrentarnos al mar, a los piratas, al mundo, y actualmente, impedir que nos dominen otras islas, que nos impongan ideas”. “Nos critican y dicen que el palmero es muy chauvinista, pero es que tiene razones para serlo”, subraya.
Elsa, que se define como una “mujer de campo a la que la ciudad le sigue dando miedo”, prepara ya la ineludible cita con Los Indianos. “Tengo un armario de indianos con faldas, trajes, pantalones, sombreros, camisas? donde se visten mis hijos, mis nietas, mis amigos? He ido guardando todo en el armario blanco”.
Al frente de Ediciones La Palma y del Proyecto Cero, una empresa que tiene el noble fin de difundir la literatura y demás expresiones artísticas, la escritora e investigadora palmera sigue alimentándose de poemas y oxigenando su espíritu con los vientos alisios y el paisaje del Norte. Elsa es arte y el arte es Elsa.