Leo se trae el pickleball a la Isla desde Estados Unidos
Vive entre Londres y Estados Unidos, y el tiempo libre que le deja su trabajo como empleado de la compañía aérea British Airways, lo dedica a jugar al picklball, un deporte muy parecido al pádel que causa furor en Norteamérica. Leo González, natural de Mirca, de Santa Cruz de La Palma, se había propuesto introducir en la Isla esta modalidad deportiva, a la que se ha vuelto adicto, y lo ha conseguido. A finales de año comenzará a impartir clases en la Ciudad Deportiva de Miraflores, en el Pabellón Roberto Rodríguez Estrello y en el Club de Tenis Valle de la Luna. “Me ilusiona crear en La Palma una gran familia del pickleball”, ha asegurado a La Palma Ahora este joven, el único español que ha logrado medalla de oro en este deporte en EEUU y Europa. La semana pasada compitió en Ucrania y con anterioridad lo había hecho en Las Vegas, California y Amsterdam. En menos de diez días estará de nuevo con la raqueta en la mano en un torneo en Michigan. No para. “Llevo la bandera canaria a todas las competiciones, y me gustaría exhibir la de La Palma, pero la verdad es que no sé cómo conseguirla”, dice.
El pickleball, recuerda Leo, “nació en 1968 en Seattle, cuando una familia que jugaba al tenis hizo una cancha más pequeña para sus dos hijos y fabricó una paleta como las de playa; el nombre de este deporte viene del perro que tenían, que se llamaban Pickle y que recogía las pelotas”. “Este es un deporte que lo puede practicar todo el mundo, desde niños hasta mayores; yo he jugado con gente de hasta 85 años”, afirma.
Leo, que reside en el extranjero desde hace más de 20 años, viaja a La Palma varias veces al año para visitar a sus padres. “Cuando comience a impartir las clases, en el mes de noviembre, hará unos seis o siete viajes a la Isla y traeré de Estados Unidos todo el material que vamos a necesitar para practicar el pickleball”, explica. “Sé que va a despertar furor, que a la gente le va a entrar el gusanillo”. “Mis clases están dirigidas a jóvenes, maduros y mayores; todo el mundo puede levantarse del sillón y moverse, aunque sean personas mayores”, concluye.