Endesa se suma al Día Mundial del Agua
Un año más Endesa se une a la celebración del Día Mundial del Agua con plena consciencia de que es un recurso tan vital como escaso, señala en una nota de prensa. Entre las señas de identidad de esta compañía se encuentran “la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de recursos energéticos, lo cual es aplica rigurosamente al consumo de agua. Cada 22 de marzo, desde que hace 24 años la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo aprobó esta celebración, Endesa hace un balance sobre el tratamiento del agua en la compañía y renueva un compromiso que es perceptible en todos los centros de trabajo de la compañía”.
Desde las centrales eléctricas, “donde se minimiza el consumo de agua para la operatividad de la instalación, hasta las oficinas, donde se realizan campañas y se implementan distintas medidas para reducir el consumo de agua, Endesa demuestra, en concordancia con las metas impuestas en su Plan de Sostenibilidad, un compromiso coherente con los valores de eficiencia en el uso de los recursos escasos”.
Por esta razón, “todas las centrales eléctricas de la compañía cuentan con un sistema de gestión ambiental certificado con el estándar ISO 14001, y en el que el control del consumo de agua es uno de los capítulos prioritarios. Este documento, además de registrar buenas prácticas ambientales, exige una constante revisión de los procedimientos para adaptarlos, no sólo a las nuevas exigencias normativas, sino también a los requisitos impuestos por la propia compañía para alcanzar la excelencia medioambiental”.
En base a estos valores, “solo un 8,5% de los centros de producción de la compañía que consumen agua dulce están ubicados en zonas con recurso hídrico bajo estrés lo que, según la FAO, se establece en 1700 m3/persona y año. Estas instalaciones son minoritarias y apenas producen un 1,72% de la energía, pero se localizan en estas áreas por ser infraestructuras indispensables en el abastecimiento energético de grandes áreas urbanas”.
Respecto a las centrales térmicas, “su consumo se limita únicamente agua salada, con lo que se elimina cualquier presión sobre el recurso hídrico dulce. En cuanto a las centrales hidroeléctricas el uso del agua no produce ningún impacto en su disponibilidad, ya que no es necesario consumirla para generar la energía, simplemente se aprovecha la energía potencial que guarda al estar embalsada en altura”.
Dentro de esta política de uso racional del agua, Endesa “ha renovado su adhesión en 2016, y por séptimo año consecutivo, al CDP Water Disclosure, una iniciativa que proporciona datos relativos al agua y su gestión por las corporaciones más grandes del mundo para, de esta forma, orientar las inversiones hacia el uso sostenible de este recurso”.
Este año, “por primera vez, el observatorio internacional CDP Water Disclosure ha hecho público el nivel obtenido por las diferentes compañías, y Endesa ha alcanzado el nivel Leadership (liderazgo), por encima del valor medio del sector”.
Junto con la calificación de las compañías, esta iniciativa del CDP se complementa anualmente con un informe. En su última edición, titulada Thirsty business: Why water is vital to climate action, analiza a través de las respuestas de las 607 empresas que han participado en la iniciativa (48% de las invitadas a participar), cuáles son los principales riesgos y oportunidades detectados por las empresas en relación a la disponibilidad del agua, así como las tendencias de las compañías en la gestión de estos riesgos.
El informe tiene por objeto ayudar a las empresas que son sensibles a la disponibilidad de agua, así como informar a los inversores y a las multinacionales sobre cómo participar activamente en la revolución del valor del agua. Dentro de este informe, Endesa ha sido destacada por “los técnicos del CDP debido a gestión integral del agua que realiza”.
El compromiso de Endesa por “un uso racional del agua se especifica en el Plan de Sostenibilidad de la compañía, que asume como propia la meta 6.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”. En este apartado se exige, que antes de 2030, se haya mejorado la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, reducido a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentado de forma importante el reciclado y la reutilización segura del agua.