La patronal Fepeco asegura que “La Palma necesita el revulsivo de la construcción”  

Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco, con representantes de la Asociación de Empresarios del Suroeste de La Palma (Esuropal).

La Palma Ahora

Los Llanos de Aridane —

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La Federación Provincial de Entidades de la Construcción (Fepeco) de Santa Cruz de Tenerife, en una nota de prensa, asegura que “La Palma necesita el revulsivo de la construcción”. En este sentido, apunta que “urge la modernización económica a través de la construcción, turismo y servicios”.

Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco, señala que “la grave situación socioeconómica que padece la Isla es el resultado del empeoramiento progresivo que se ha venido produciendo, principalmente desde las dos últimas décadas. Es un deterioro, que los distintos responsables públicos, no han sabido afrontar con la contundencia debida y la urgencia necesaria. El diagnóstico está claro, el modelo económico que ha primado está desinflado y agotado, hay que asumir la necesidad de un cambio para sobrevivir. Es prioritario que La Palma sea atractiva y no sólo desde la belleza territorial, que es indudable, sino también, desde la perspectiva económica, como base estructural de oportunidades, mayor calidad de vida y mejor bienestar social”.

Los datos, se apunta en la nota, “son contundentes y reflejan el atolladero en que se encuentra la Isla. Renta per cápita más baja del Archipiélago. Alta tasa de desempleo, con casi 5 puntos porcentuales por encima de la media de Canarias. Una preocupante regresión demográfica, con pérdida constante de residentes que, si contabilizamos, no la población de derecho, sino la de hecho, la situación es alarmante, con un despoblamiento acusado y progresivo. Unido a un alto índice de envejecimiento, el 20% de la población palmera tiene 65 o más años, siendo en el caso de Canarias el 15%. Otra variable que dificulta aún más la situación actual es la expulsión paulatina de población joven cualificada, ya que de cada 10 jóvenes formados retornan a la isla solamente 1, por no tener perspectivas de ocupación laboral, ni contar con incentivos profesionales halagüeños. También hay que añadir una débil aportación del sector servicios o la inexistencia de un tejido industrial”.

Expone la “dependencia socioeconómica de cultivos absolutamente subvencionados como el plátano”. Al efecto, señala que “en el año 2003 el cultivo del plátano representaba el 75% del PIB (Producto Interior Bruto) insular, en la actualidad este porcentaje se ha reducido hasta el 50%, manteniéndose una dependencia directa en torno a 5.000 familias palmeras, sin contabilizar aquellas cuyo sustento tiene relación directa con un producto cuya rentabilidad ha quedado claramente en manos de las subvenciones públicas, que se traduce en caso de no recibirlas en unos 50 millones de euros de pérdidas anuales. Modelo de desarrollo insostenible, dependiente casi en exclusiva del dinero que llega de Europa y del Estado, con una dependencia absoluta del presupuesto público, que supone un grave problema de supervivencia a corto plazo e hipoteca el futuro”.

Oscar Izquierdo “radiografía” la situación actual como “inmovilismo social y empresarial, con actividades estratégicas fuertemente monopolizadas, en una sociedad básicamente subvencionada, con un tejido empresarial débil y lo que es más preocupante, poco cohesionado. Lo que demuestra la fragilidad de una sociedad civil, incapaz de asumir su rol de impulsora de la iniciativa privada, como generadora de emprendimiento y proyectos ambiciosos de crecimiento económico. Sin despreciar la importancia que siempre tendrá el sector primario en La Palma, hay que aportar por las personas y eso significa trabajo, actividad económica y empleo, que sólo puede darse renovando y actualización el modelo económico, que pasa necesariamente por una simbiosis de tres sectores, construcción, turismo y servicios”.

El déficit económico y social de La Palma “con respecto a las islas turísticas del archipiélago es un grave obstáculo, imposible de superar si no se adoptan medidas urgentes que incentiven el crecimiento turístico. La incorporación del turismo a la economía insular se ha convertido hoy en un imprescindible elemento de carácter estratégico que se ha de entender en términos de urgente necesidad para la reversión de las inercias regresivas actuales”.

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