Antisemitas
Cito textualmente este artículo publicado el 3 de mayo del año 2004. “No. No lo somos. Y no me hagan explicar una vez más que no lo soy por el hecho de hablar mal de Israel. Que es una trampa la que nos tienden cuando pretenden hacernos pensar que los odiamos y volveríamos a exterminarlos si pudiéramos. No es verdad. No admitir la invasión de los territorios palestinos, no es ser antisemita. Es negar la destrucción de un pueblo a manos de otro; es querer impedir la invasión de un territorio por la fuerza. Somos los mismos los que decimos que no a la guerra y los que pedimos ante los organismos competentes el final de esta masacre. ¿A qué viene este movimiento internacional promovido desde los grandes monopolios sionistas estadounidenses? ¿A qué viene esta orquestada propaganda acusando de antisemita a todo el que no se adhiera a las intenciones perversas de Sharon y su política expansionista? No entiendo la necesidad constante de llorar por los rincones de la historia. Es como si nosotros, ante las protestas mundiales contra la política de Aznar hubiéramos salido a la palestra contando lo terrible que fue el sitio de Numancia. Ya está bien. Produce cierto pudor leer las declaraciones de algunos prohombres de la cultura condenando a los que se manifiestan contra la política de Israel y acusándolos de antisemitismo, porque, en el fondo, no deja de ser una campaña para crear mala conciencia en aquellos que critican duramente su política.
¿Qué es eso de que yo no puedo hablar mal de Israel? Ellos sentaron en un banquillo a media Europa por las masacres cometidas contra su pueblo. Ahora nosotros sentamos a sus gobernantes acusados de lo mismo por Palestina. Así de claro. Ellos nos enseñaron en Nuremberg a declarar contra los criminales de guerra. Aprendimos. ¿Qué es eso de que yo no pueda poner en tela de juicio la ocupación de los territorios palestinos sin que me suelten un discurso de antisemitismo o sin que me enreden el alma con el tema de los crematorios? ¿Quieren que empecemos a sumar cadáveres? Pues vale. Comencemos a explicar los variados holocaustos de la historia, desde los indios de América del Norte hasta los kurdos pasando por los aborígenes australianos. Da escalofríos. Que aquí, si nos ponemos a abrir fosas superamos a Alemania con creces. Sólo que no éramos tan finos ni teníamos dinero para contarlo y hacer reportajes e investigaciones. Que para una película que hicimos nos la censuraron los sionistas de Wall Street, precisamente. Que si los gitanos o los pobres de la tierra tuvieran bancos en lugar de panderetas verían ustedes lo que son horrores, masacres y exterminios. Que de eso sabemos mucho los españoles. O sea, que no me vengan con persecuciones y déjennos opinar una vez más sobre la cantidad de nazis que hay actualmente en Israel intentando borrar del mapa un país entero. Que sus proyectos territoriales tienen mucho que ver con el exterminio. Exactamente igual que hicieron con ellos en su momento“.
Y perdonen que recurra a mis propias palabras, pero es necesario que lo haga cuando se me acusa de “terrorismo” por el simple hecho de defender lo defendible y acusar de nuevo a Israel de cometer un genocidio que es así como se llama lo que está haciendo con Gaza. Así de clara era mi postura entonces y así de clara la tengo hoy día excepto cuando utilizo en algún momento la palabra “judío” que no debe ser usada si no es para hablar de una determinada religión. Debería escribir “sionista” (lo que he hecho al revisar el artículo) que no es más que una ideología y un movimiento político nacionalista. Que mucha gente no acaba de enterarse de que una cosa es aquello en lo que creemos y otra el uso que hacemos de esa creencia. Han cambiado los nombres de los gobernantes, han cambiado las claves y los gobiernos de España, de Israel y de medio mundo, pero la realidad es que parece como si la pantalla se hubiera quedado congelada y se repitieran los hechos, los juicios, las palabras y, sobre todo, las matanzas.
No me voy a callar ni lo hice antes ni lo voy a hacer ahora. Los señores de la guerra no van a taparnos la boca ni van a parar las manifestaciones, ni borrar las imágenes de tanta masacre. Nadie va a salir limpio de esta terrible parte de la historia. España llega tarde, el mundo llega tarde, y llegan tarde los hombres y mujeres de buena voluntad que se han dormido delante del televisor mientras veían la agonía de miles de inocentes que abrían los ojos y extendían las manos pidiendo agua y comida. Y dejen de decir que el deporte o la música, la literatura o el arte no tienen nada que ver con la política de un país. Si que tienen que ver, porque la política es la manera en que las sociedades humanas se organizan y toman decisiones. Si que tienen que ver porque usamos la cultura para promocionar el pensamiento y los pensamientos van ligados a las ideas que tenemos sobre el mundo y así lo manifestamos con el deporte, la música, la literatura o el arte, y si pensamos que somos mejores que otros pueblos debido a diferencias raciales o religiosas o culturales, estamos haciendo política, y si por esas razones exterminamos a los que no piensan o actúan igual que nosotros, estamos haciendo política. No lo duden.
Elsa López, 15 de septiembre de 2025
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