Espacio de opinión de La Palma Ahora
Sobre las ayudas por las inundaciones en Fuencaliente
Hace unos meses y con bastante retraso por cierto, pues las inundaciones se produjeron en este municipio en diciembre de 2009, se anuncian a bombo y platillo la llegada de las subvenciones de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias por los cuantiosos daños producidos por las lluvias en la agricultura.
Antes. Después.
Antes Después.
Como tenemos la costumbre casi siempre de callar ante las injusticias que con frecuencia se cometen, quizás también porque luchar contra la administración es una tarea estéril e inalcanzable para cualquier persona normal, no le queda a uno otro remedio que levantar su voz en algún medio de comunicación que se te ofrezca para denunciar que lo antes dicho es una verdad a medias: LAS AYUDAS NO LLEGARON PARA TODOS, solamente para algunos, mientras a otros se les deniega con argumentos más que discutibles.
A Agricultores con daños en infraestructuras que sobrepasan los 25.000 euros, valorados por técnicos del Cabildo de La Palma, les ha sido denegada la ayuda por “no aportar la documentación requerida” y lo más grave de todo ello es que la resolución es firme y no se admite recurso, ¡solamente un contencioso administrativo! Como podemos ver, lo del “ordeno y mando” todavía se pervive en sectores de la clase política.
En el caso que nos ocupa se nos dice que una de las fincas afectadas no está inscrita en el registro vitícola. Esto es falso, la finca de viña, que resultó totalmente destruida, estuvo inscrita hasta diciembre de 2011 en el Consejo Regulador, mes en el que causó baja por ser reconvertida a otros cultivos.
También reclaman que el título de propiedad no es el adecuado, pues bien, es el mismo con el que cobran la contribución, el mismo que se aportó hace unos años a esa misma consejería solicitando una subvención para cambiar la viña tradicional en espaldera, (aprobada), la misma que se presentó para las ayudas del incendio y que también fueron concedidas?
Los expedientes fueron tramitados por los mismos técnicos y en la mayoría de los casos la documentación es la misma y si acaso faltan papeles dese la oportunidad de aportarse, no una sola vez sino dos o tres si hace falta. Da la casualidad que aquí todos nos conocemos, se conocen las fincas de cada cual, sabemos quienes trabajan el campo y quien no y el hecho incontestable es que las fincas a la cuales se les ha negado la ayuda, fueron restauradas en su momento con un notabilísimo esfuerzo y coste económico.
La verdad sea dicha, con este tipo de actitudes flaco favor hacen ustedes a la agricultura, teniendo en cuenta que estos fenómenos naturales siempre afectan, precisamente, a los que más trabajan el campo; más bien están terminando con la moral de los pocos que luchan con tanto tesón por mantener una actividad agrícola tan fundamental para esta isla. Si no hay dinero, pues no hay para nadie, no se parapeten en la maraña burocrática para perjudicar a ciertas personas y favorecer a otras. Lamentable y triste premio para quienes sufrimos en nuestras propias carnes tan terribles acontecimientos y a golpe de trabajo y sufrimiento hemos sabido levantarnos; quizás los más fácil hubiera sido lo contrario, (como hicieron muchos por cierto), dejar todo abandonado a su suerte y a vivir que son dos días.
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