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Lignum Crusis en La Palma

María Victoria Hernández

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Antecedentes

El 3 de mayo se conmemora el descubrimiento, en el año 326, de la verdadera cruz de Cristo. El santoral católico lo reconoce como la celebración de la Invención de la Cruz.

La tradición cristiana recoge que el emperador romano Constantino, en la batalla en que derrotó al tirano Majencio, tuvo la visión de la imagen de una gran cruz resplandeciente en el cielo, en la se que leía la leyenda Cum hoc signo vinces (‘con este signo vencerás’). Constantino venció y de inmediato reprodujo una magnífica cruz bordada en su estandarte imperial en oros, esmaltes y piedras preciosas. Con ese estandarte como bandera continuó luchando con históricas victorias.

Su madre, Santa Elena, conocedora de la devoción que su hijo profesaba a la Santa Cruz y apoyada en los relatos que contaban que los seguidores de Jesús habían enterrado la cruz en la que el Mesías había muerto, se trasladó a Jerusalén, mandando excavar en el monte Gólgota hasta que se encontraron tres cruces. Luego, la emperatriz ordenó que pusieran tres enfermos sobre ellas y cuentan que uno sanó. Más tarde, colocaron tres cadáveres, uno sobre cada cruz, resucitando el que fue puesto sobre la misma cruz en la que el enfermo había recobrado la salud. Desde ese momento, la fe católica aceptó esta cruz como aquélla en la que murió Cristo. La cristiandad asumió como signo de fe la llamada cruz latina. Su culto se expandió por todo el orbe católico. La mitad de esta milagrosa cruz se quedó en un templo en Jerusalén; la otra se envió a Constanti­nopla, donde el emperador mandó poner un trozo en el interior de una estatua suya; el resto viajó hasta a Roma. De la parte que se quedó en Jerusalén, cuenta el que fuera obispo de esta ciudad, San Cirilo, que se cortaron muchos fragmentos sin que disminuyera su tamaño, de lo que fue este santo testigo ocular.

También recoge la tradición que fueron encontrados los tres clavos con los que prendieron a Cristo sobre la cruz, por lo que Santa Elena ordenó que uno se preparara y pusiese en la corona imperial y otro en el tascafreno del caballo de su hijo Constan­tino. El tercero lo arrojó al mar para calmar una tempestad, aunque volvió flotando sobre el agua y fue recuperado por la emperatriz, que más tarde lo regaló a la iglesia de Tréveris. Por su parte, Constantino dio libertad a los cristianos (terminaba la persecución), para ejercer su culto en el Imperio. Se cuenta que en el lecho de muerte, el emperador pidió ser bautizado en la fe de la Iglesia.

En La Palma se conserva, que sepamos, una única imagen de Santa Elena en la ermita de Nuestra Señora del Pino, en El Paso, donada por Pilar Kábana quien, acostumbraba celebrar su festividad cada 18 de agosto en la ermita pasense.

Relicarios de Lignum Crusis en La PalmaRelicarios deLignum Crusis en La Palma

Miles de pequeñas reliquias de la cruz en la que murió Jesucristo, resguardadas en lujosos relicarios, se repartieron por el mundo católico. La etimología latina de Lignum Crusis se ha traducido por “madero de la cruz”.

Durante siglos estas reliquias han sido objeto de devoción, por igual, del pueblo llano, nobles, clérigos y reyes. Es conocido el culto que tenía al Lignum Crusis el Rey Felipe II, quien dispuso en su testamento que la mitad de las misas que se dijeran por su alma se le ofrecieran a la Santa Cruz, no en vano guardaba una reliquia de la cruz en que murió Jesucristo en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial. También don Juan de Austria, hermano de Felipe II, sintió devoción especial por las reliquias del Santo Madero. Se dice que en la famosa batalla de Lepanto, “la más alta ocasión que vieran los siglos” del decir de Miguel de Cervantes, don Juan llevaba consigo un Lignum Crucis, regalo de Pío V.

Catedrales, basílicas y parroquias esparcidas por el orbe católico guardan capillas y altares dedicados a la Vera Cruz con cofradías específicas a este culto.

La devoción a la Santa Cruz está profundamente arraigada en La Palma. Sobra hablar es este trabajo e insistir sobre el fervor y culto a la Cruz en la isla. Valgan dos pequeñas notas de partida: Disposición del Concejo, desde los primeros años posconquista, de los festejos anuales a la Cruz y el topónimo fundacional, por disposición de Alonso Fernández de Lugo, de la ciudad capital de la isla, Santa Cruz, mucho más tarde Santa Cruz de La Palma.

Tres venerados ejemplares de Lignum Crucis se conservan en La Palma, dos en Santa Cruz de La Palma y uno en Breña Alta.

En la capilla de la Orden Tercera de San Francisco, Santa Cruz de La Palma, se conserva una de estas reliquias, donada en 1933 por el hermano de la orden Rafael de la Barreda Díaz (1906-1963), junto con la documen­ta­ción que la acredita: cédula expedida en Roma el 4 de abril de 1778. Originalmente, perteneció al herreño Pedro Quintero Núñez, Capitán General y Virrey de Manila, quien la envió a sus familiares de Canarias, llegando a La Palma por herencia de la familia de la Barreda. La reliquia recibía culto en la festividad de San Francisco de Asís, durante la noche del jueves y en la tercera semana de octubre, saliendo en procesión bajo palio alrededor de la plaza de la iglesia.

En el libro de actas de la Orden Tercera, en sesión ordinaria de la Junta de Gobierno de fecha 4 de septiembre de 1933 se dice:

…se acordó mostrar su agradecimiento al infrascrito Secretario don Rafael Barreda y Díaz, por haber donado esta Vble. Orden una Santa Reliquia de la Cruz en que murió Ntro. Señor Jesucristo “De Ligno S. Imes Crucis”, con su respectiva autentica fechada en Roma el año 1778. Dicho donativo lo hace con el exclusivo fin de que sea usado por esta repetida Vble Orden sin que esta pueda enajenarla bajo pretexto alguno. Con objeto de exponerla a la veneración de los fieles, se acuerda adquirir un relicario y encuadernat … al anverso la “Auténtica”.

Tal y como dispuso el donante durante años se respetó la disposición de ser expuesta a la veneración de los fieles, como decíamos, hoy se custodia en una pequeña hornacina en una capilla de la Orden Tercera de San Francisco, anexa al antiguo convento de la Inmaculada Concepción o de San Francisco, fundado en el siglo XVI por la Reina doña Juana.

La segunda se conserva en el Real Santuario de las Nieves. Fue donada a esta parroquia, en 1915, por Emilia Morales González (la auténtica fue expedida en Roma, el 5 de febrero de 1847, por el Vicario General del Papa, Pío IX). Esta reliquia, según Alberto José Fernández García (Diario de Avisos, 6 de abril de 1963), está circundada por 365 reliquias de santos que se veneran cada día, y debajo aparece Santa Filomena en miniatura teniendo en la mano un trocito de sus dientes siendo ejecutada en Roma por Cardenales, revestidos y utilizando pinzas de plata. Por su parte, Luis Vandewalle y Carballo (Diario de Avisos, 11 de abril de 1963) publicaba que esta reliquia se guarda en el altar de la Virgen de la Rosa y se expone a la veneración el día primero de noviembre de cada año.

En la publicación trimestral Ecos del Santuario, número 16 (oct-dic 1983) el Rector del Real Santuario de las Nieves publicó un interesante trabajo sobre el Lignum Crusis de las Nieves, también conocido como “Relicario de Todos los Santos”. Sobre esta reliquia afirma: Muchos son, ciertamente, los “Lignum Crusis” esparcidos por todo el mundo, pero el “Lignum Crucis” del Santuario de la Nieves es un caso especial: le circundan 365 minúsculas reliquias de santos que se veneran cada día del año…, aparece en la base del retablito una curiosa efigie de Santa Filomena que porta en sus manos un trocito de sus dientes…, se alinean también a uno y otro lado de la misma fragmentos que se dicen proceder de muy cualificados testigos de la vida y pasión del Redentor –el pesebre en que nació, la columna en que fue flagelado, etc…,

La Auténtica expresa, en la lengua oficial de la iglesia, latín y castellanizada por Francisco de las Casas,

“…damos fe y atestiguamos a todos y cada uno de los que vean este documento que, para la mayor gloria de Dios Omnipotente y veneración de sus santos, hemos reconocido las sagradas partículas del Pesebre del Niño Jesús, del Madero de la Santísima Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, de su Pasión, de los huesos, vestidos y sepulcro de los Apóstoles, Mártires, Confesores, Vírgenes…, cuya solemnidad se celebra cada día en e, Matirologio Romano… las cuales extraídas de los lugares auténticos, hemos colocado reverentemente en este relicario de madera, protegido con cristal bien cerrado…y sellado con nuestro sello… y autorizamos a llevarlas fuera de roma…y exponerlas a la veneración de los fieles en cualquier iglesia. Y en prueba de lo cual suscribimos estas letras testimoniales de puño y letra…etc.

La firma y rubrica, el Cardenal Vicario General del Papa. Con posterioridad a 1847 este relicario y su auténtica fueron refrendados y autorizados a ser expuesto a la “pública veneración” en la Habana (1848) y La Laguna (Tenerife) en 1914, con destino al Santuario de las Nieves.

En Breña Alta se conserva la tercera de estas reliquias con las que cuenta La Palma, siendo la primera en recibir culto en la isla. Según Alberto José Fernández García (Diario de Avisos, 6 de abril de 1963), se encuentra acreditada por auténtica dada por Clemente Fares —Patricio Altodunense por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica Obispo Pisuarense, Prelado Doméstico de S. S. León XIII y asistente al Solio Pontificio— en Pisa el 20 de diciembre de 1885. La auténtica fue aprobada en la Diócesis de Tenerife por el Vicario Capitular Silverio Alonso del Castillo, en 1885. Según algunas opiniones, este Lignum Crucis de Breña Alta pertenece a la parte del Santo Madero que se quedó, por decisión de Santa Elena, en Jerusalén. Fue donada al templo por el sacerdote catalán Pelegrín Pascual, recordado párroco de San Pedro, donde ejerció su ministerio durante unos 18 años. En 1891, pasó a ser cura ecónomo de El Salvador y Arcipreste de la isla.

En el Archivo Parroquial de Breña Alta, se custodia una copia literal, de 28 de marzo de 1959, titulada: Copia literal de la auténtica de la reliquia de la Santa Cruz, que se conserva en esta parroquia, cuyo original se halla en la parte baja del relicario. A continuación, recoge:

Clemens Fares De i et Apostolicae Sedis Gratia Eoiscopus Pissaurensis SS. Domini Nostri Leonis Papae XIII Praelatus Domesticus ac Pontificio Salio Assistens Universis, et singules praesentes litteras inspecturis fidem facimus, atque testamur, Nos ad majorem O onipotentis Dei gloriam, sourumque sanctorum venerationem recogno visse sacras particulas Ligni Ssmae Crucis Domini Nostri Jesu Christi in form. Crucis Adaptata quas ex autehenticis locis extractas reverenter collocavimus in Theca ex aurich. deargent. confa. oval. formae, crystallo a p. munitta, bene clausa, et funiculo serico rubri coloris co lligata, ac sigillo nostro signata, easque consignavimus cum facultate apud se retinendi, allis donandi, et in cuaqumque Ecclesia, Oratorio, aut Capella publicae Fidelium veneratione exponendi.- In quorum fidem, etc.- Datum Pisauri ex Aedibus nostris Die vicesima Mensis Decembris Anni 1885. Firmado Clemens Eois. Ps.- Marianus Canius Giarmmarchi Deptus.- Placet Silverius Alonso a Castillo et Pérez Vicarius Capitularis.- Hay dos sellos que dicen: Clemens fares Episcopus Pisaurensis, y el otro: Goberino Eclesiástico de Tenerife“.

Nota: En el original. Después de Clemens Fares, existe “Patricius Altadunensis”, siguiendo “Dei et Apostolicae etc.”.

Gracias a Luis Vandewalle Carballo (Diario de Avisos, 11 de abril de 1963) sabemos que el Lignum Crucis de Breña Alta se ponía a la veneración y adoración de los fieles el Viernes Santo y el 3 de mayo, en que se acostumbra hacer procesión hasta la Cruz de la Pasión. Hoy, este relicario se guarda en el sagrario del altar de la Virgen de Rosario. Por la festividad de la Santa Cruz se ha recuperado la tradición y el relicario visita con el párroco cada uno de los cruceros engalanados.

La Palma conserva tres tesoros de devoción cristiana. Profundamente arraigados entre las gentes y muestra de ello se debe, en nuestra opinión, el alto culto y fastos festejos religiosos y populares que desde siempre ha mostrado la isla a la Santa Cruz.

* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)

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