Hacia una nueva normalidad
Si partimos del hecho de que la emergencia climática y la transición ecológica más la pandemia que nos ha tocado vivir son los grandes retos del presente, y que la destrucción de ecosistemas provocada por la actividad humana provoca nuevas enfermedades, no podemos volver a la “normalidad” de siempre, y tenemos el deber y hasta la obligación ética y moral de ir pensando en una reconstrucción económica que tenga en cuenta nuestra salud y la del Planeta, porque la protección del medio ambiente es la mejor vacuna para evitar nuevas pandemias.
Apostemos por un Green New Deal para dar salida a esta situación tan complicada que padecemos. El modelo productivo actual, basado en la construcción y en el turismo masivo ha producido un daño irreversible en el medio ambiente con despilfarro de recursos y generación creciente de residuos. Por ello, es más necesario que nunca reorientar la economía optando por otro tipo de actividades que generen valor añadido y empleo; entre otras, las energías renovables, la agricultura ecológica, la modernización energética de inmuebles, el transporte sostenible de personas y mercancías y la reducción de la automoción convencional introduciendo motores eléctricos. La construcción de inmuebles debe contraerse o reorientarse hacia la rehabilitación y la eficiencia energética. El turismo también debe reorganizarse porque actualmente exige un grado de traslados masivos y un uso de recursos y tamaño del parque inmobiliario incompatibles con la sostenibilidad.
También hay una serie de sectores básicos para el conjunto de la sociedad que no pueden ser objeto de políticas de austeridad ni relegados a un futuro incierto, como son la sanidad, la educación , la investigación, la innovación, etc.
Por cierto, el escaso desarrollo del sector público en España, y, particularmente, del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación, dependencia, escuelas infantiles, etc. ha dado lugar a que el porcentaje de empleados en estos servicios sea inferior al de otros países de nuestro entorno. En España se gasta un 5,8% del PIB en Sanidad pública, muy por debajo de la UE (7,3%).
Actualmente, los sectores en los que existe un mayor potencial de empleo sostenible en el mundo, según datos de la OIT, son los vinculados a la economía verde o limpia, las energías renovables, la eficiencia energética, el transporte colectivo, la agricultura ecológica, el reciclado, etc.
Se trata de poner en marcha una nueva economía verde mucho más diversificada y generadora de puestos de trabajo. Si no queremos volver a la “normalidad” de siempre, los gobiernos progresistas están obligados a impulsar un nuevo modelo económico basado en parámetros de sostenibilidad con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que exige la lucha contra el cambio climático.
Ya comienzan a publicarse los primeros estudios que relacionan la contaminación del aire con el impacto del coronavirus. Con un aire más limpio disminuyen las alergias y las afecciones respiratorias, con lo que el virus lo tendría más difícil. Esta pandemia nos ha enseñado que hemos de cambiar nuestra forma de vivir, de producir y de consumir.
Si no queremos volver a la “normalidad” de siempre, tenemos que ir necesariamente a un nuevo modelo energético y económico, que en el caso de Canarias, es más necesario que nunca, porque el “monocultivo del turismo” tiene que dar paso a una economía mucho más diversificada y generadora de empleo con un nuevo modelo sectorial alternativo en el que han de ocupar lugares preferentes la agroecología, las energías alternativas, la movilidad limpia y el turismo sostenible.
El desarrollo de la agroecología debe ser prioritario, porque está en juego la salud del suelo, de las personas y del Planeta. El fomento y el desarrollo de la producción local, sin huella de carbono, nos debe llevar a conseguir en buena parte la soberanía alimentaria.
En lo que se refiere a energías limpias, Canarias cuenta con un potencial enorme que debe aprovecharse al máximo; energía solar, eólica, geotermia, etc. Debemos priorizar el ahorro, la eficiencia y el autoconsumo doméstico fotovoltaico con generación distribuida y balance neto por razones económicas y ambientales. En el caso de La Palma, la geotermia podría ser la energía de respaldo para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
Un nuevo modelo económico es posible y viable. Es el único que puede mitigar los efectos negativos del cambio climático que ha generado la actividad humana. También estaríamos más preparados para afrontar las posibles pandemias del futuro. Para conseguirlo se necesita voluntad política y empresarial con el fin de ir creando un nuevo tejido productivo con valor añadido y mucho más ambicioso tanto desde el punto de vista económico como medioambiental. En la situación en la que nos encontramos actualmente, la transición ecológica es fundamental, porque la emergencia climática así lo requiere.
Vicente Ramos González, miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético (PX1NME)
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