Vecinos hartos de esquivar coches
Hace unos tres meses escribí un artículo en la prensa para denunciar una situación muy peligrosa que se repite una y otra vez en el carril bici-peatón de la LP2, especialmente en la zona de Las Manchas. Porque, como ya dije, ese carril de bicicletas y peatones se está convirtiendo en un peligro para todos los que pedalean y caminan por él.
Desde hace tiempo, muchos vehículos se han empeñado en circular por el carril bici-peatón en lugar de por la carretera, poniendo en riesgo la vida de cualquiera que simplemente pase por allí en el momento equivocado.
Ya no recuerdo la cantidad exacta de vehículos que he visto, pero les aseguro que, aunque solo paso por esa zona en mis paseos ocasionales, he contado con seguridad más de quince hasta la fecha. Y ante la incredulidad de algunos, decidí documentar esta situación con una fotografía tomada hace apenas unos días.
Quienes gestionen la carretera —sean quienes sean, porque ni ellos mismos lo tienen claro— deben impedir cuanto antes el tránsito de vehículos por este camino peatonal y ciclista. Si no lo hacen, será su exclusiva responsabilidad asumir las consecuencias de los accidentes que se puedan producir.
En el mes de abril, los vecinos de Las Manchas enviaron una solicitud al Cabildo Insular de La Palma pidiendo que instaran a la empresa responsable de las obras de la LP2 a instalar unos bolardos que impidieran el acceso de vehículos al carril.
Su respuesta fue literalmente que “el tramo de referencia se encuentra actualmente en obras promovidas por su titular el Gobierno de Canarias y que el carril bici aludido se realizó en el marco de estas actuaciones”. Y nos remitieron a comunicarnos con el Gobierno de Canarias.
Y eso hicimos.
Y el Gobierno de Canarias nos respondió al poco tiempo diciéndonos que la solicitud “es competencia de la administración local y del Cabildo Insular de La Palma, conforme al Decreto 112/2002, de 9 de agosto”.
Y así vamos de aquí para allá dando vueltas como borricos. Porque parece que así es como nos ven algunos de los políticos de nuestras islas.
Señores políticos, dejen de pasarse la pelota de uno a otro y coloquen, de una vez por todas, los bolardos que impidan el paso a los coches a un lugar por el que no deben circular. ¡No esperen a que haya un atropello para actuar!
Así que termino este pequeño artículo con las mismas palabras que usé hace tres meses: por favor, señores políticos, pongan esas señales, pongan esos postes y eviten que alguien acabe, tarde o temprano, atropellado.
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