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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El abogado de la acusación pide al Jurado que considere asesinato la muerte de la estudiante palmera

Alberto M.P., acusado de matar a Saray González

Efe

Las Palma de Gran Canaria —

El joven que mató a la estudiante de La Palma Saray González, de 27 años, después de que se quejara por el ruido que hacía al jugar con el ordenador en 2015, ha pedido este jueves perdón a la familia de la víctima por su crimen, ya que sabe que ha obrado mal y se arrepiente “todos los días”.

En su derecho a decir la última palabra en el juicio, el acusado Alberto M.P., ha afirmado al Tribunal del Jurado de la Audiencia de Las Palmas, que “cada vez es más consciente” de lo que hizo.

“Esperaba este día para pedir perdón a la familia por el daño que he hecho, porque no se puede compensar con nada”, ha añadido.

El acusado también ha pedido perdón a su amigo Álvaro, al que entregó el maletín de ordenador con las tijeras de cizalla con las que acabó con la vida de la joven, tras exponer las acusaciones y las defensas sus alegatos finales.

El fiscal Pedro Gimeno ha pedido un veredicto de culpabilidad por asesinato y ha mantenido su propuesta de que Alberto M.P. sea condenado a 20 años de prisión por la muerte de Saray.

Gimeno ha señalado al Tribunal del Jurado que el ataque que recibió la joven fue “sorpresivo e inesperado”, porque su vecino llevaba el arma escondida, y doblemente alevoso, porque su primer golpe fue frontal y la remató en el suelo.

El fiscal ha manifestado que la víctima, según los forenses, no tenía señales de defensa y las heridas que presentaba en las manos eran para cubrirse, y ha desechado que el acusado actuara con ensañamiento, pues no cree que la repetición de golpes en la cabeza buscara aumentar el sufrimiento, sino asegurar la muerte.

La acusación pública además ha rechazado el informe psiquiátrico elaborado por el perito de la defensa por considerar que estaba “trufado de parcialidad”, un estudio que también ha sido criticado por la acusación particular que representa a la familia al estar “lleno de barbaridades y de una falta de rigor” que les ha dejado “atónitos”.

El abogado de la acusación ha pedido al Tribunal del Jurado que considere los hechos como un asesinato, al igual que el fiscal, pero con la concurrencia de ensañamiento, pues ha recalcado que fueron entre 15 o 20 golpes los que recibió Saray González, según han referido los forenses, quienes también se han referido al sufrimiento agónico de la joven.

Así mismo, el abogado de la acusación particular ha rechazado que concurra la atenuante de confesión y ha pedido a los jurados que se acojan a su postura, “no por venganza sino por Justicia”, y que se aplique la ley con “la máxima dureza”.

La abogada de la defensa ha reclamado, sin embargo, que se considere la atenuante de confesión, porque cuando Alberto M.P. reconoció que había acabado con la vida de Saray no se sabía quién había sido el autor de su muerte, y ha descartado la alevosía por entender que las heridas en las manos de la víctima eran de defensa, así como el ensañamiento.

También ha solicitado al Tribunal del Jurado que tenga en cuenta que, cuando declaró ante la Policía y el Juzgado, el procesado estaba medicado, y sobre todo, ha hecho hincapié en que se trata de un joven que, los peritos de parte, han dicho que presenta una personalidad esquizoide añadida a una adicción al juego, lo que puede ser “un cóctel molotov”.

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