“Las mujeres son máquinas de procrear y no pueden decidir sobre su cuerpo”
Los activistas del grupo local de Amnistía Internacional (AI) se han movilizado este sábado en defensa de las mujeres iraníes bajo el lema ‘Luchan como leonas por sus derechos’. En el marco de la Plaza de España de Santa Cruz de La Palma han llevado a cabo una acción de calle con recogida de firmas, talleres infantiles, instalación de un kiosco para recaudar fondos y lectura de un manifiesto, a cargo de Verónica Ojeda, del colectivo Contramarea. Los actos han estado amenizados por la música del grupo ‘Llam’.
Irán, asegura fuentes de esta organización no gubernamental, “debate la aprobación de dos proyectos de ley que limitarían significativamente a las mujeres el acceso a anticonceptivos y las excluiría del mercado de trabajo si no han tenido al menos un hijo”. Con esta reforma legislativa, resaltan, “se intenta impulsar el aumento de las cifras de la población del país”. Amnistía Internacional ha denunciado recientemente esta situación en su informe ‘Procrearás: ataques contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Irán’.“Las autoridades están fomentando una cultura peligrosa en la que las mujeres son despojadas de derechos fundamentales y consideradas máquinas de procrear, sin tener en cuenta que tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida”, recuerdan.
El Parlamento iraní está debatiendo la aprobación de dos proyectos de ley. Uno de ellos “para aumentar las tasas de fecundidad y prevenir la disminución de la población (ley 446), que restringe el acceso a métodos anticonceptivos, ilegaliza la esterilización voluntaria, prohíbe la educación sexual y desmantela la planificación familiar”. El otro se centra en “la población y exaltación de la familia (ley 315), fomenta el matrimonio temprano y la maternidad repetida, niega la igualdad en materia de empleo, divorcio y relaciones familiares, y permite la impunidad de la violencia doméstica”.
Amnistía Internacional ha salido a la calle para denunciar esta situación y reconocer “la importante lucha que llevan a cabo las mujeres iraníes para defender sus derechos. Numerosas activistas han sido detenidas por denunciar la discriminación sistemática y la violencia creciente existente en Irán contra las mujeres”, afirman.
Las féminas, señalan, “no pueden cursar ciertas carreras universitarias consideradas ‘masculinas’; tienen prohibido entrar en los estadios de fútbol y voleibol; deben respetar un estricto código de vestimenta; no pueden hacer determinados trabajos, y su testimonio en un procedimiento judicial vale la mitad que el de un hombre”.
MANIFIESTO POR LAS MUJERES EN IRÁN
Las mujeres en Irán ven limitados sus derechos con leyes discriminatorias en cuestiones tales como el matrimonio, el divorcio o la custodia de los hijos y la herencia. Tienen restringido el acceso a ciertas carreras universitarias, tienen prohibido realizar determinados trabajos o acudir a estadios deportivos y deben observar un código de vestimenta estricto. A esta grave situación se unen dos nuevos proyectos de ley, el 446 y el 315, dirigidos a reorientar a las mujeres para que su función principal sea la de esposas y madres. Las autoridades de Irán les dictan a las mujeres: ¡procrearás! Pero ellas no se someten. Se rebelan con acciones y campañas contra la prohibición de acudir a los estadios, contra los ataques con ácido, contra el uso obligatorio del velo, a favor de la igualdad y la justicia. En la cultura iraní a las mujeres valientes y luchadoras se las llama ‘leonas’, shirzan. Y no hay duda de que luchan como leonas por sus derechos. Sin embargo, no lo tienen fácil. Activistas como Madieh Golrou, Ghoncheh Ghavami o Bahareh Hedayat han sido detenidas, intimidadas y condenadas por defender pacíficamente las libertades. Es incomprensible que en un país donde más de la mitad de los estudiantes universitarios son mujeres, éstas no puedan acceder a los mismos trabajos y en las mismas condiciones que los hombres. Es intolerable que ahora se quiera prohibir y limitar el acceso a métodos anticonceptivos y educación sexual, que llevan décadas disfrutando, poniendo en riesgo su salud física y mental, en particular la de las mujeres con menor nivel económico. Las autoridades iraníes deben anular los proyectos de ley 315 y 446 y volver a dotar de presupuesto a los programas de planificación familiar. Deben poner fin a la discriminación en la ley y tomar las medidas necesarias para cambiar la mentalidad y los usos y costumbres discriminatorios hacia las mujeres. ¡Por los derechos de las mujeres en Irán!