“El ‘rabo de gato’ está invadiendo la Isla y es más peligroso que los incendios ”

Arnoldo Santos cree que se tiene que intentar controlar el 'rabo de gato'. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Asegura que cierra los ojos y “me aterrorizo porque veo cómo será La Palma en los próximos años”. El biólogo Arnoldo Santos, especialista en botánica, se encuentra sumamente preocupado por el avance incontrolado que está experimentando en la geografía palmera el ‘Pennisetum setaceum’, conocido popularmente como ‘rabo de gato’, una gramínea africana que fue introducida en la Isla en los años 70 del pasado siglo como planta ornamental. Esta especie exótica de enorme agresividad colonizadora, a juicio de Santos, “es más peligrosa que los incendios porque lo aniquila todo”, ha asegurado a LA PALMA AHORA. “El ‘rabo de gato’ es una planta que elimina completamente todo lo que hay en su entorno, va ocupando el terreno y matando plantas, y puede llegar a cubrir un área al 100% desde el nivel del mar, en zonas orientadas al oeste, hasta más de 1.000 metros de altura; de hecho, ya está dentro de la Caldera de Taburiente, pero no solo en el barranco, donde hay muchísimas plantas, sino en las partes altas”. Este botánico tiene claro que el ‘Pennisetum setaceum’ es “una grave amenaza para los ecosistemas insulares” y La Palma, sostiene, “es una de las islas más afectadas por esta planta invasora, aunque el problema es gravísimo en todo el Archipiélago”. “Las tuneras y las piteras también son invasoras y las tenemos en la Isla desde hace 400 años, pero en estos casos, aunque también son muy agresivas, no eliminan completamente la vegetación natural, con lo cual las plantas más o menos viven dentro de estas comunidades invadidas”, explica.

El ‘rabo de gato’ “va formando colonias aisladas y desde que esa planta se instale, cuando madure produce cientos de miles de semillas con lo cual logra un radio de acción grande”. “El tema es complicado, se intentó en su momento erradicar; hace años se puso en marcha un plan especial financiado por el Cabildo, pero luego se abandonó; ahora mismo hay zonas que son irrecuperables con lo que conocemos y con los medios que tenemos, como es el Risco de La Concepción, que está completamente invadido”, afirma.

Arnoldo Santos propone que “si no se puede erradicar, hay que intentar controlarla, porque en algunos casos es fácil arrancar las plantas; los ejemplares que se encuentran en los terrenos volcánicos de Fuencaliente se pueden eliminar con facilidad, pero en lugares rocosos es más complicado y lleva más tiempo”, reconoce. Sin embargo, subraya, “actuar con herbicidas no es recomendable, son sustancias con claros efectos secundarios, y he visto fumigaciones masivas que son una auténtica locura”, dice. “La mayoría de las plantas son accesibles y hay que utilizar medios mecánicos, pero es conveniente actuar en el momento oportuno”.

Cuanto este biólogo ve los carteles de las campañas contra incendios del Cabildo que “dicen que el fuego mata, pienso que, efectivamente, es así, pero el ‘rabo de gato’ mata mucho más porque aniquila todo, el fuego mata pero el pinar se recupera; el ‘rabo de gato’ elimina completamente todo, la flora y la fauna asociada a esta flora, como muchos insectos que son exclusivos de un tipo de vegetación o de una planta endémica de un ecosistema determinado”, resalta. Esto significa, añade, que “si el ‘rabo de gato’ pasa a ocupar todo un terreno, puede también eliminar plantas e insectos endémicos ligados a ese tipo de vegetación”.

Recuerda que Obras Públicas “está haciendo en las carreteras unas paredes magníficas, preciosas, pero al lado está el ‘rabo de gato’, y si no se controla, serán rápidamente invadidas por esta planta, que es lo que está ocurriendo en toda la reforma del viario entre Mazo y Los Llanos; el ‘rabo de gato’ se encuentra ahí esperando para invadir los taludes, porque una de las características del ‘Pennisetum setaceum’ es que le encanta los terrenos que están recién removidos”. “Las Manchas están invadidas, y los volcanes del Valle de Aridane, Triana, Todoque y La Laguna, que son paisajes protegidos, también, aunque todavía son plantas pequeñitas, pero dentro de dos o tres años se verá en toda su magnitud la invasión”. En realidad, destaca, “todo está lleno de ‘rabo de gato’; en el Puerto de Tazacorte también lo puedes ver, y llega desde el nivel del mar hasta los mil y pico metros en los riscos de Bejenado”. Además, agrega, “es una planta que todo el año está en activo porque tiene una fisiología especial que le permite elaborar su energía”.

El Boletín Oficial de Canarias publicó en junio de 2014 la orden por la que se aprueban las directrices técnicas para el manejo, control y eliminación del Pennisetum setaceum, especie vegetal que, según reza en el propio texto, “se considera una de las especies exóticas invasoras más dañinas para el entorno natural y seminatural del Archipiélago”.

Santos admite que “me aterroriza y me da pena ver cómo está La Palma, porque cierro los ojos y me imagino cómo será la isla en un futuro; tengo ejemplos para comparar, como el sureste de Gran Canaria, y eso es lo que pasará aquí; el barranco de Las Angustias, por ejemplo, se va a quedar todo como un pastizal de esta planta invasora eliminando nuestra vegetación”.

Este especialista en botánica considera que los palmeros, en relación a esta planta invasora, han actuado con “dejación y desinterés, quizás por no disponer de información y delegar en las administraciones”. Al mismo tiempo cree que muchos de los cargos públicos que tienen la obligación de intervenir en la erradicación de esta especie “no tienen ni la preparación ni la formación necesaria”.

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