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“El machismo no es un caso aislado, es una estructura patriarcal arraigada en nuestra sociedad”

La Palma Ahora

Santa Cruz de La Palma —

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La Plataforma Feminista Palmera y la Asociación Feminista Palmera Jacaranda han celebrado en la tarde de este viernes, 25N, dos manifestaciones en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane, respectivamente, para denunciar un año más que “se ejerce contra las mujeres constituye, desgraciadamente, un fenómeno universal y estructural en cualquier parte del mundo, y también en la isla de La Palma”, según recoge el manifiesto leído por representantes de la Plataforma Feminista Palmera. “El machismo no es un caso aislado, es una estructura patriarcal arraigada en nuestra sociedad. Y como sociedad somos corresponsables de la violencia machista, con nuestro silencio y apoyo a los maltratadores contribuimos a perpetuar esta barbarie y alienar aún más a las víctimas”, subrayan.

La Asociación Feminista Palmera Jacaranda reclama “una especial atención a las mujeres damnificadas por el volcán, exigiendo a las administraciones públicas que nos deje participar en la recuperación social y económica. Exigimos la participación de las mujeres en la reconstrucción del Valle”. “Exigimos que la situación laboral de todas las mujeres, en especial las mujeres palmeras, sea de calidad y puedan desarrollar su proyecto vital con dignidad y autonomía, eliminando la brecha salarial, sin techos de cristal que nos impidan avanzar, incidiendo en el ámbito rural donde existe mayor precariedad”, añade.

MANIFIESTO PLATAFORMA FEMINISTA PALMERA

Con motivo del 25N, desde la Plataforma Feminista Palmera queremos denunciar un año más, que la violencia que se ejerce contra las mujeres constituye, desgraciadamente, un fenómeno universal y estructural en cualquier parte del mundo, y también en la isla de La Palma. Mujeres que saben que, solo por el hecho de haber nacido como tal, son más susceptibles de sufrir violencia física, psicológica, sexual, económica, obstétrica, estética, educativa o laboral.

El machismo no es un caso aislado, es una estructura patriarcal arraigada en nuestra sociedad. Y como sociedad somos corresponsables de la violencia machista, con nuestro silencio y apoyo a los maltratadores contribuimos a perpetuar esta barbarie y alienar aún más a las víctimas.

La ONU lo expresa con claridad: “La violencia contra las mujeres y niñas arraigada en unas relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres, persiste como una crisis silenciosa y endémica”.

 La violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa, debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.

El problema se multiplica especialmente en las mujeres mayores con menos recursos económicos, más vulnerables, y por tanto con menos alternativas, también en cuanto a su salud emocional.

Esta situación se ha visto agravada durante la pandemia del covid-19 , durante la cual en nuestra Isla de La Palma las llamadas al 016 se incrementaron notablemente durante el confinamiento y estas llamadas aumentaron también en la erupción volcánica, lo que nos viene a demostrar que en contextos de emergencia se intensifican las situaciones de violencia preexistentes.

Según la OMS y ONU-Mujeres, una de cada tres mujeres en el mundo,736 millones, han sufrido violencia a manos de sus parejas u otras personas. Una de cada cuatro jóvenes entre 15 y 25 años ha sufrido algún tipo de agresión sexual. Cifras tremendas, que no han logrado reducirse en los últimos diez años.

 Son muchos los países que son un auténtico infierno y en los que la discriminación, la violencia y la segregación limitan gravemente las condiciones de vida de las mujeres, como es el caso de Afganistán donde se están dando graves violaciones de los derechos humanos de la población, y en particular de las mujeres y niñas vendidas para matrimonios forzados y excluidas de la educación secundaria.

O en Irán, donde las políticas restrictivas son especialmente duras para las mujeres y el asesinato por parte del régimen de la joven Mahsa Amini en septiembre, por no llevar el hiyab “correctamente”, ha sido el detonante de una ola de protestas que ahora se han convertido en una auténtica revolución, centrada, más que nunca, en la lucha de las mujeres contra un régimen de apartheid de género bajo el lema “Mujer,vida,libertad”. 

Nuestro país ha experimentado avances importantes en la conciencia y rechazo social a la existencia de las violencias machistas, se han arbitrado medidas y recursos antes inexistentes, Pero no estamos logrando disminuir los asesinatos machistas de forma significativa, siendo el número de víctimas en este año de 38 mujeres y 18 menores. Desde 2003 han sido asesinadas 1168 mujeres y desde 2013, 48 niños y niñas, según datos del Ministerio de Igualdad. 

La violencia vicaria, reconocida hace poco como violencia de género, es otra forma de violencia ejercida sobre las mujeres, dañando especialmente a hijas e hijos. Cuenta con la complicidad de sectores de la sociedad que cuestionan permanentemente a las mujeres, las privan de autoridad y ponen en duda su palabra. Los asesinatos se han seguido produciendo y siguen siendo insuficientes las medidas adoptadas. Los recientes asesinatos de niñas y niños, usados como instrumento para ejercer violencia vicaria, revelan los fallos del sistema de protección. 

Las deficiencias y el déficit de medios de los equipos de valoración de los juzgados han de subsanarse para evitar errores en el abordaje de los casos por parte de los equipos psicosociales. Sigue siendo necesaria una mayor y mejor labor preventiva que está siendo negada y obstaculizada por el sistema. 

Siguen las decisiones judiciales tomadas “a la ligera”, con insuficiente conocimiento e investigación o en base a prejuicios ideológicos.

Juana Rivas no está en nuestras casas. Sigue está internada en el CIS Matilde Cantos de Granada, cumpliendo condena por proteger a sus hijos de un padre condenado por maltrato.

Todo ello nos habla del largo camino que nos queda por recorrer. 

Reivindicamos: 

Políticas sólidas para la construcción de una sociedad donde no tenga cabida el terrorismo machista. 

Queremos una sociedad con educación afectiva-sexual, libre, asertiva y consentida y que deje de reproducir una pornografía centrada en el hombre y violenta, para acabar con la violencia sexual. Nuestros cuerpos siguen siendo campos de batalla en multitud de frentes, pero donde la violencia sexual es su máxima expresión; una violencia respaldada por la cultura de la violación que prima el deseo de los hombres sobre la integridad de las mujeres y culpabiliza a las mujeres de esta situación. Cada cuatro horas una mujer es violada en España. 

Queremos una sociedad más humana donde primen las personas por encima del mercado. Acabar con la prostitución y los vientres de alquiler, un negocio millonario sustentado en la feminización de la pobreza y la vulnerabilidad de las mujeres. 

Queremos un compromiso real para incorporar el enfoque feminista de manera transversal en las políticas económicas, los servicios públicos, urbanísticos y ambientales, cumpliendo así con la evaluación de impacto de género exigida en por la ley. 

Políticas sólidas que ayuden a transformar las relaciones entre mujeres y varones y abarquen desde la corresponsabilidad en el cuidado de niñas y niños hasta la igualdad salarial. Y que las administraciones asuman su responsabilidad en los cuidados. 

Refuerzos de los recursos destinados a prevención y apoyo a las mujeres, hijos e hijas, víctimas de violencia de género (inserción socio-laboral, vivienda, atención psicológica), con una mirada interseccional y atención particular a los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad (situación de exclusión, pobreza, pertenencia étnica, diversidad funcional, identidad u orientación sexual...). 

Exigimos derechos laborales y de extranjería para que ninguna mujer, viva en zona rural o urbana, en situación de precariedad laboral o irregularidad administrativa, tenga que afrontar la violencia de género en situación de vulnerabilidad. 

Relatar desde los medios de comunicación los asesinatos machistas no como sucesos aislados, sino como el terrible resultado de la violencia patriarcal que vertebra nuestra sociedad. 

Adoptar políticas orientadas a desvelar y combatir todas las formas de machismo: discriminación laboral, acoso sexual en la calle, en las instituciones, en el trabajo, los estereotipos, las bromas sexistas. Necesitamos una ciudadanía concienciada que deje de tolerar las actitudes machistas. 

Exigir el cumplimiento de la normativa internacional: Convenio de Estambul y las Recomendaciones de la CEDAW. 

Regular la patria potestad, la custodia, así como el derecho de visitas a hijas e hijos menores de forma que ningún maltratador con sentencia firme pueda utilizarlas para ejercer violencia vicaria.

Reclamar transparencia y control de los fondos destinados al Pacto de Estado. Evaluación externa del impacto y utilidad de las medidas y recursos puestos en marcha para detectar áreas de mejora. 

 Por todo lo expuesto, otro 25 de noviembre más, volvemos a las calles a decir ¡Basta ya de Violencias Machistas! Estamos hartas“. ¡¡¡ Por una cultura en La Palma libre de la violencia machista!!!

 MANIFIESTO ASOCIACIÓN FEMINISTA PALMERA JACARANDA

Cada vez que asesinan o violan a una mujer, todos los días, pero en especial en días como hoy, tenemos que cuestionarnos: ¿Qué está ocurriendo con las mujeres que sufren violencia de género en nuestro país? ¿Y en nuestra isla de La Palma? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Los mecanismos de seguridad aprobados están siendo efectivos? ¿Tenemos la información suficiente y necesaria de cómo actuar? Es fundamental conocer esta información para que las mujeres sepamos que estamos amparadas y seguras porque en nuestro sistema estructural existen una serie de herramientas y protocolos que nos acogen, protegen y nos va a ayudar ante cualquier grito de auxilio; de lo contrario el miedo, la inseguridad, la pérdida de derechos continuarán hasta llevarnos, en algunos casos, hasta la muerte.

La crisis económica, social y laboral que vivimos tanto a nivel nacional como en la isla de La Palma exige de una vigilancia urgente hacia la violencia de género. Precisamente en todas las crisis financieras, sanitarias, bélicas o por catástrofes naturales, como la del volcán, las desigualdades y dificultades se acentúan aún más para las mujeres. Recordemos que durante el periodo de erupción volcánica las llamadas por violencia machista aumentaron un 60% en la isla. 

En este sentido, la Asociación Feminista Palmera Jacaranda reclama una especial atención a las mujeres damnificadas por el volcán, exigiendo a las Administraciones Públicas que nos deje participar en la recuperación social y económica. Exigimos la participación de las mujeres en la reconstrucción del Valle.

Es necesario informar de los asesinatos por violencia machista: .1.055 desde 2003 hasta junio de este año, y solo este año 2022 ya llevamos 77 víctimas, son datos que reflejan que algo está fallando, pues el número de víctimas no baja de año en año a pesar de la aplicación de la Ley Orgánica 1/2004, aun teniendo en cuenta que se nos dice que es la mejor normativa contra la violencia de género de toda Europa.

Los datos expuestos nos amparan de forma clara para gritar con fuerza que EL MACHISMO MATA, EXPLOTA, VIOLA Y BORRA A LAS MUJERES.

Por eso, es necesaria por parte las administraciones, organizaciones y toda la sociedad IMPLICACIÓN Y ACCIÓN PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.

De igual forma, exigimos que la situación laboral de todas las mujeres, en especial las mujeres palmeras, sea de calidad y puedan desarrollar su proyecto vital con dignidad y autonomía, eliminando la brecha salarial, sin techos de cristal que nos impidan avanzar, incidiendo en el ámbito rural donde existe mayor precariedad.

En este momento, asistimos expectantes a la guerra entre el Ministerio de Igualdad y el Poder Judicial para eludir responsabilidades en cuanto a la revisión para la rebaja de las penas por abusos y agresiones sexuales. La Ley de “solo sí es sí” demuestra haber sido hecha con prisas y sin tener en cuenta los efectos sobre las condenas firmes, aspecto que fue avisado con tiempo por las feministas. Nos parece frustrante que otra vez no se haya tenido en cuenta a las víctimas de delitos sexuales, en su mayoría mujeres.

De nuevo, exigimos más implicación en todos los sectores de la población. Tenemos hoy un ejemplo claro de falta de sensibilidad en la celebración de 'La Noche en Blanco', paradigma de consumismo y festejos, en un día tan señalado internacionalmente para luchar contra la terrible lacra de la violencia de género.

La Asociación Feminista Palmera Jacaranda considera fundamental utilizar todos los recursos que sean necesarios en prevención, asistencia y protección de las mujeres víctimas de violencia, sus hijas e hijos.

Exigimos, asimismo, mayor protección en los casos de violencia de género familiar en que se otorgan visitas y custodia de menores a hombres maltratadores y no se sostiene adecuadamente a las mujeres y a los menores, a fin de evitar la violencia vicaria.

El movimiento feminista, sin fisuras, exige control en la efectividad de las leyes vigentes en materia de violencia de género para ejecutividad plena. No sirve de nada legislar sin aportar medios económicos, materiales y personales para llevar a la práctica en su totalidad la normativa existente.

Nuestro grito también es prioritario para que desde mañana mismo se incluyan como víctimas a TODAS LAS MUJERES QUE HAYAN SIDO ASESINADAS POR EL HECHO DE SER MUJER, no solo a parejas y exparejas.

¡BASTA YA! 

IMPLICACIÓN Y ACCIÓN PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La Asociación Feminista Palmera Jacaranda hace bandera del pacifismo que caracteriza al movimiento feminista, sabedora de que, en las guerras, las más perjudicadas son las mujeres, niñas y niños y exige el cese inmediato de la guerra en Ucrania y de todas las guerras que asolan el mundo, cuya consecuencia directa son millones de mujeres refugiadas, humilladas, maltratadas, explotadas laboralmente, violadas, mutiladas y asesinadas.

Asimismo, reclamamos de forma prioritaria la protección de todas las niñas del planeta: que ni una niña más sufra mutilación genital, que ninguna niña afgana sea privada de la escuela. Les exigimos a nuestros gobernantes el boicot a países que asesinan a mujeres por el simple hecho de no ponerse bien el velo, como ha ocurrido recientemente en Irán. El asesinato por parte del régimen de la joven Mahsa Amina en septiembre ha sido el detonante de una ola de protestas centradas, más que nunca, en la lucha de las mujeres contra un régimen de apartheid de género bajo el lema: 'MUJER, VIDA, LIBERTAD'. Nos solidarizamos con las iraníes en su lucha por sus derechos fundamentales.

También nos parece indignante que el mundial de fútbol se celebre con todos los honores en Qatar, un país que priva del más mínimo derecho a sus mujeres.

DERECHOS HUMANOS PARA LAS NIÑAS Y LAS MUJERES DE Irán, Afganistán, Qatar, Arabia Saudí y de todo el mundo.

IMPLICACIÓN Y ACCIÓN PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.

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