El Pevolca confina núcleos de Tazacorte ante la llegada de la colada 7 al mar
El Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca), ante la llegada de la colada de la zona número 7 al mar en la zona costera del municipio de Tazacorte, y en previsión de posibles emanaciones de gases nocivos para la salud de las personas, ha ordenado el confinamiento de los núcleos de población de San Borondón, Tazacorte y el diseminado de El Cardón hasta Camino Los Palomares por el norte.
El Gobierno de Canarias, informa Efe, ha decretado el confinamiento de la población en Tazacorte, San Borondón y el espacio diseminado de El Cardón hasta el Camino los Palomares por el norte, debido a la llegada al mar de la colada que avanzaba desde hace días entre las montañas de Todoque y La Laguna.
La medida, indica la Dirección General de Seguridad y Emergencias en un comunicado, se toma como precaución ante posibles emanaciones de gases nocivos para la salud de las personas.
De acuerdo con el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) se recomienda cerrar puertas, ventanas, persianas y toda entrada de aire procedente del exterior, y, si es posible, confinarse en las habitaciones más interiores.
También se sugiere sellar las juntas de puertas y ventanas con cinta adhesiva, tener a mano sistemas que permitan comunicarse o recibir información, como teléfonos o radio.
A las personas que estén en el exterior se les recuerda que un vehículo no es un espacio seguro, por lo que es recomendable confinarse en el primer edificio que encuentren, igual que si van a pie, y, como norma general, que se eviten los desplazamientos salvo que sean por causa de fuerza mayor.
La colada número 7 llegó al mar a las 12.01 horas de este lunes en un punto situado más al norte del primer delta que comenzó a formarse la noche del 28 de septiembre, más cerca del puerto de Tazacorte.
Según se observa en un vídeo tomado desde el puerto de Tazacorte, ya hay un tercer punto de llegada de la lava del volcán al océano, que se suma al primero de finales de septiembre y al que hace unos días sepultó la playa de Los Guirres.
Las imágenes muestran el río de roca fundido descolgándose por un acantilado, con una densa nube de gases que provoca la súbita evaporación del agua en contacto con el material incandescente.
Además del vapor de agua por el fuerte choque térmico, la interacción entre la lava y el mar puede provocar emanaciones de gases como el ácido clorhídrico.
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