“Los ayuntamientos de la Isla cuentan poco con los ingenieros”
Quieren “abrirse a la sociedad” y poner de relieve “la importancia que tiene la ingeniería técnica industrial como motor de la economía”. Tomás Capote Lavers (El Paso, 1972) es delegado insular del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Santa Cruz de Tenerife y se queja de que los ayuntamientos de La Palma “cuentan poco con los ingenieros técnicos industriales”, según ha manifestado en una entrevista concedida a LA PALMA AHORA. “Deberían tener como mínimo un ingeniero aunque sea contratado a media jornada para tramitar determinados expedientes, supervisar sus propias instalaciones o el alumbrado público, porque esas son nuestras competencias, deben pasar por nuestras manos”, asegura.
Este déficit de ingenieros en las administraciones locales de La Palma tiene su origen en que “históricamente en la Universidad de La Laguna (ULL) no se impartía ingeniería sino arquitectura técnica (aparejadores) y se ha seguido un poco con esta dinámica”, señala Capote Lavers, que cursó sus estudios en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). “Ocurre que tienen, a lo mejor, cinco arquitectos técnicos o un arquitecto en plantilla, y lo lógico sería que contaran con cinco arquitectos técnicos y un ingeniero”, subraya.
Una de las carreras con más salidas profesionales
La población, en general, sostiene, desconoce cuál es el cometido de un ingeniero técnico industrial. “Hay un desconocimiento de la profesión por parte de la ciudadanía; hasta que no necesita de nuestros servicios cuando la administración le exige algún trámite, no sabe que existimos ni a qué nos dedicamos”, afirma. “Y es una de las carreras que más atribuciones y salidas tiene; cuenta con un abanico muy amplio de posibilidades que va desde la docencia a los servicios de mantenimiento en hospitales (instalaciones , quirófanos, climatización) pasando por proyectos de construcción de naves industriales; licencias de aperturas de bares, restaurantes, hoteles, centros de salud o clínicas; reformas en vehículos; proyectos para dar de alta una instalación eléctrica o de agua; saneamiento de edificios ; extracciones en garajes; detecciones de incendios, certificaciones energéticas o gerencia de empresa”, detalla. “Los ingenieros somos los que tenemos competencias en todos estos temas; es una profesión en la que prácticamente no hay paro; solo los que acaban de terminar la carrera, por la situación actual de crisis, no tienen trabajo”, resalta.
En La Palma hay cerca de un centenar de ingenieros técnicos industriales colegiados. “En general, hay trabajo, aunque no todo el que nos gustaría por la situación económica, pero casi todos están empleados, por cuenta propio o ajena, dando clases en institutos, otros desempeñando tareas en el Instituto de Astrofísica de Canarias o en labores contraincendios”.
Los colegiados palmeros, mayoritariamente, son jóvenes porque, explica Capote Lavers, “la carrera se empezó a impartir en la Universidad de La Laguna hace unos ocho años; cuando solo se podía cursar en ULPGC muchos se quedaban a vivir en Gran Canaria, pero los que estudian en La Laguna retornan casi todos a La Palma”, apunta. “El porcentaje de colegiados de la Isla con respecto a Tenerife es de un 10%; es decir, Tenerife tiene unos 1.000 colegiados y La Palma, 100, por lo que, en relación a la población, contamos con más ingenieros en la Isla, que, además, registra un porcentaje elevado de universitarios”, recuerda.
Profesión versátil con un futuro prometedor
El delegado insular del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Santa Cruz de Tenerife está convencido de que el futuro de esta profesión versátil es prometedor. “Lo veo bien, porque tenemos que formar parte de todo lo que se está haciendo en la sociedad, en cuanto a tecnología, a aportar ideas; aunque es un gremio poco conocido, es necesario”, defiende. “Si nos comparamos con otros profesionales, somos optimistas con el futuro, porque es una carrera que abarca tal cantidad de materias que sales preparado para buscarte la vida en cualquier cosa, puedes coger muchos caminos”.
El colectivo de ingenieros técnicos industriales se ha marcado entre sus metas “abrirnos a la sociedad, que sepan que existimos, y también impulsar nuestra vertiente social apoyando a Cáritas y participando en campañas solidarias de recogida de juguetes; queremos colaborar con la sociedad y también formar a nuestros colegiados para que vayan mejorando en el día a día”.
Capote Lavers quiere destacar “la importancia que tiene la ingeniería técnica industrial como motor de la economía; somos profesionales necesarios, nos dedicamos a dar soluciones, a utilizar el ingenio; el ingeniero siempre se está preguntando el por qué de todo, buscándole una lógica a las cosas, somos una especie de filósofos-técnicos”, concluye.