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Vulnerabilidad, impulsividad y adicciones: 27º Congreso de Patología Dual

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El Dr. Félix González es médico psiquiatra y jefe de servicio del Hospital Universitario de La Palma.

Bajo el sugerente lema Adicciones y otros trastornos mentales: la salud mental sin límites más de 2.000 psiquiatras, entre médicos, psiquiatras, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, expertos en salud mental e investigadores, acudieron a este encuentrode carácter multidisciplinario, con el propósito de ponerse al día con los avances tanto científicos como clínicos, en neurociencias y psiquiatría de precisión, desde una perspectiva biopsicosocial de los trastornos mentales y las adicciones.

Entre los ponentes internacionales, desde Washington, intervino la Dra. Nora D. Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) (NIH), además de otros destacados especialistas nacionales e internacionales.

Tratamos en esta entrevista, junto al Dr. Félix González, algunos de los temas de interés abordados durante el Congreso.

P - Doctor, para empezar: ¿qué significa exactamente patología dual?

R - La patología dual ocurre cuando una misma persona presenta a la vez un problema de salud mental, como ansiedad o depresión, y además una adicción, como al alcohol, las drogas o el juego. Estas dos situaciones, cuando están relacionadas, tienden a agravarse mutuamente. Por eso es tan importante tratarlas de forma conjunta: si solo se aborda una, la otra sigue generando problemas de salud. Las ratas también pueden ser “adictas”: lo que nos enseña la ciencia sobre la impulsividad y la compulsión que compartimos con modelos de animales.

P - ¿Es cierto que algunas conductas adictivas no son exclusivas de los humanos?

R - Así es. Investigaciones que se han venido realizando desde la Universidad Pompeu Fabra, han comprobado que incluso en algunos animales, como las ratas de laboratorio, se pueden apreciar patrones de comportamiento similares a las adicciones en humanos. Se ha observado que ciertas ratas presionan repetidamente una palanca por la que obtienen chocolate, sin tener en cuenta las consecuencias. Aunque la recompensa desaparezca, algunas siguen accionando la palanca casi de forma automática.

P - ¿Estamos hablando de la dificultad para parar de consumir a pesar de conocer los perjuicios?

R – Si. Es un comportamiento impulsivo, no sujeto a modificarse con el aprendizaje: se busca la gratificación inmediata (el chocolate) sin considerar si es adecuado o no. También compulsivo: siguen pulsando la palanca incluso cuando ya no obtienen recompensa. Y peor aún, pueden continuar hasta cientos de veces a pesar derecibir pequeñas descargas eléctricas como castigo. Este patrón refleja la pérdida de control que también vemos en algunas personas adictas. No en todas.

P - ¿Este modelo animal se asemeja a lo que sucede en los humanos con la droga?

R - Exactamente. En personas con un alto nivel de dependencia, el consumo de drogas , alcohol, etc., se puede mantener incluso cuando se conocen por parte del adicto consecuencias claramente negativas: problemas económicos, conflictos familiares, con la pareja, sanciones judiciales, pérdida de trabajo, prisión, desprestigio social… Aun así, el deseo de obtener el efecto placentero supera al control racional, y la persona recae una y otra vez. Lo que le pasa a las ratas, que continúan pulsando la palanca a pesar al castigo.

P - ¿Y cuál es la proporción de estas conductas compulsivas en los animales de laboratorio y en los humanos?

R - Lo sorprendente es comprobar que entre un 10-20% de las ratas muestran esta conducta compulsiva, una proporción que coincide bastante con las cifras de tendencia a la adicción que observamos en humanos. Sabemos que no todas las personas que consumen sustancias desarrollan adicciones, pero existe una franja de población especialmente propensa a perder el control.

P - ¿Qué utilidad tienen estos estudios en la investigación de las adicciones humanas?

R – Son modelos experimentales que nos ayudan a entender mejor los mecanismos cerebrales implicados en las conductas adictivas: la pérdida de control y de la toma de decisiones auto protectoras ante un riesgo. Gracias a estos trabajos, se pueden investigar nuevas opciones terapéuticas, tanto farmacológicas como psicoterapéuticos, con el fin de prevenir y tratar estos trastornos tan complejos y destructivos para la persona que los sufre.

P - ¿Hay personas que son más vulnerables a desarrollar estos problemas?

R - La Dra. Volkow nos explicaba que la vulnerabilidad es el resultado de muchos factores: la genética, el desarrollo del cerebro, las experiencias infantiles y, tambien, las condiciones sociales y económicas. Elementos como la pobreza, el trauma, la violencia o la discriminación aumentan el riesgo, porque hacen que el cerebro sea más sensible tanto al estrés como a las sustancias.

P - ¿Y qué se puede hacer para prevenirlo desde la sociedad?

R - Volkow subrayaba la importancia de actuar en muchos frentes: mejorar las condiciones de vida, combatir la pobreza, garantizar una buena educación, apoyar a las familias, prevenir el maltrato y la violencia, fomentar los hábitos saludables, deportes, actividades lúdica, facilitar la interrelación social en ambientes constructivos y facilitar el acceso temprano a servicios de salud mental. Estas medidas son tan importantes como los tratamientos médicos.

P - También se abordaron los problemas relacionados con la imagen corporal, ¿verdad?

R - Sí, es un tema de creciente preocupación. Muchos jóvenes buscan un cuerpo extremadamente musculado, lo que puede llevar a la vigorexia: una obsesión por ganar masa muscular, hacer ejercicio de forma compulsiva y consumir anabolizantes. Estas sustancias generan graves problemas físicos (cardíacos, hormonales) y afectan la salud mental, provocando depresión, ansiedad, agresividad e incluso adicciones. Es un claro ejemplo de patología dual.

Cartel del 27º Congreso de Patología Dual.

Legalización del cannabis: beneficios, riesgos y advertencias

P - En los últimos años se habla mucho de legalizar el cannabis. ¿Qué riesgos puede tener esta legalización si no se gestiona con cuidado?

R - El principal riesgo es la banalización de su consumo. Si la percepción social del cannabis como droga peligrosa disminuye, puede aumentar el consumo llamado recreativo, sobre todo en jóvenes, sin que sean suficientemente conscientes de las posibles consecuencias para la salud mental y física. Además, la planta actual de cannabis no es la misma que la de hace décadas: los niveles de THC, el componente psicoactivo, han aumentado mucho, lo que incrementa su potencial de generar problemas psiquiátricos y cognitivos.

P - ¿En qué sentido es hoy más peligroso el cannabis que antes?

R – Hace unas décadas, el cannabis tenía concentraciones de THC mucho más bajas (un 2,5 % aproximadamente). Actualmente algunas variedades superan el 20% de THC, lo que multiplica su capacidad de provocar crisis de ansiedad, episodios psicóticos e incluso puede actuar como desencadenante en personas con predisposición genética a trastornos como la esquizofrenia.

P - ¿Existe realmente una relación entre el consumo de cannabis y la aparición de esquizofrenia?

R - No se puede decir que el cannabis cause por sí solo esquizofrenia, pero sí sabemos que es un factor de riesgo importante. En personas con vulnerabilidad genética o antecedentes familiares, el consumo frecuente y precoz puede precipitar y anticipar en el tiempo la aparición de un primer episodio psicótico. Además, puede agravar los síntomas en quienes ya tienen un diagnóstico.

P - Algunas personas compran derivados de cannabis en herbolarios o por internet para automedicarse. ¿Es recomendable?

R - En absoluto. Aunque algunos derivados del cannabis tienen aplicaciones terapéuticas bien estudiadas y autorizadas, siempre deben ser prescritos y supervisados por médicos especialistas, dentro de un marco legal y sanitario seguro. Automedicarse con productos sin controles de calidad, sin dosificaciones precisas ni seguimiento médico, puede implicar riesgos a veces de consecuencias irreversibles.

Cannabis medicinal: lo que permite el nuevo decreto en España

P - ¿Para qué enfermedades concretas se autoriza en España el uso médico de derivados del cannabis?

R - El Real Decreto permite utilizar derivados estandarizados de cannabis, elaborados en hospitales, solo cuando otros tratamientos no han funcionado. Las indicaciones principales son: espasticidad en esclerosis múltiple, epilepsia refractaria grave, náuseas y vómitos por quimioterapia, y dolor crónico resistente. Los médicos deben documentar y justificar tanto los beneficios y riesgos como realizar controles y seguimientos periódicos de la respuesta, la tolerancia, los posibles efectos no deseados…

P - ¿Por qué no se autoriza directamente el consumo de la planta?

R - Porque con la planta resulta muy difícil controlar la cantidad de principio activo que se consume. Los preparados farmacéuticos garantizan dosis exactas y seguras, bajo control hospitalario. La planta, en cambio, actualmente tiene una composición muy variable que puede hacer impredecible su efecto.

Sobre el autismo y el diagnóstico excesivo

P - También se debatió sobre el diagnóstico de autismo, ¿es tan frecuente como parece?

R - El Dr. Casas explicaba que, si bien el diagnóstico de autismo es útil en muchos casos, a veces se emplea de forma excesivamente amplia, incluyendo a personas que presentan simplemente algunas dificultades sociales o cognitivas, derivadas de su forma de ser, pero no necesariamente por tener un trastorno mental que requiera ponerle un nombre específico a lo que le ocurre. Esto puede llevar a etiquetar a personas de forma innecesaria, generando estigmas y limitando sus oportunidades. Lo que antes se consideraba una persona con algunas peculiaridades que en algunos casos llamábamos “rara”, ahora en ocasiones se le impone un diagnostico precipitado propiciando que una persona se considere enferma sin estarlo.

P - ¿Y qué alternativa proponen?

R - Se sugiere hablar más bien de “dificultades en el neurodesarrollo” o “disfunciones específicas”, abordando las necesidades particulares de cada persona, sin imponerle que tiene un “trastorno” con los perjuicios que esta precipitación puede suponer.

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