Elecciones 28-A: los nacionalistas canarios evitan el efecto arrastre de un 'superdomingo'

Los diputados nacionales de Nueva Canarias y Coalición Canaria, Pedro Quevedo y Ana Oramas.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

“Que el árbol de Catalunya y la 'unidad de España' no te impida ver el bosque en el que nos has metido”, le dijeron los barones socialistas a Pedro Sánchez. Y para que un superdomingo electoral el 26 de mayo, con hasta siete urnas en Canarias, no fuera a polarizar las votaciones locales de alcaldes, diputados y presidentes de cabildos con las nacionales, el presidente del Gobierno les ha hecho caso: a votar el 28 de abril.

De entrada, Pedro Sánchez consigue que sus barones más desafectos movilicen sus maquinarias en Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura o Andalucía para que no se quede tirado en su intento de seguir en La Moncloa. Y de salida, en Canarias, a los dos partidos nacionalistas les deja una sensación de cierto alivio después de las últimas horas de apretones, ante el riesgo de juntarse “el futuro de España” con la contienda más local, de Lanzarote a El Hierro pasando por la Cámara regional.

Porque dos de los grandes damnificados, a todas luces cuando se pregunta, de un superdomingo electoral hubiesen sido Coalición Canaria y sus marcas aliadas en la isla de Gran Canaria, y Nueva Canarias, con sus alianzas pendientes en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. A CC y NC una consulta con siete urnas, donde el ruido se concentrara solo entre “los que quieren romper España” y “el partido condenado por financiación ilegal”, les hubiese dejado en fuera de juego, sin espacio para colocar sus mensajes. Y mucho más a Nueva Canarias que a Coalición, que para eso lleva consolidada en el poder desde 1993, o incluso antes, cuando era las AIC.

Así que el alivio es profundo. Tanto, que se le notaba hasta al propio Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, cuando abogaba en vano con que no se precipitaran las cosas y convocar las generales en otoño. El relator no estaba para hacerle caso ni al más purista. Hoy, los dos partidos “de obediencia canaria” afrontan el menos malo de los escenarios posibles, viéndolas venir a ver cómo le hincan el diente a las generales de abril, pero sobre todo con sus maquinarias activas para las contiendas autonómica, insular y local de mayo.

Quien peor lo tiene es Nueva Canarias, y eso que cuenta con una senadora muy activa, María José López, de la que muy pocos se acuerdan. Todos los focos apuntan al diputado Pedro Quevedo, lógicamente, y en el partido ya deben estar como locos atando el futuro en unas generales que siempre han olido a cuerno quemado entre los cuadros medios y la militancia de los socialistas canarios. Nueva Canarias se ha adelantado ya a cualquier tipo de debate público y ha anunciado lo que se sabía, que concurrirá en solitario a los comicios.

En 2016 la experiencia fue buena en su alianza con el PSOE porque al menos permitió que cada una de las fuerza obtuviera un acta, Pedro Quevedo por los nacionalistas y Sebastián Franquis por lo socialistas. Este último ya ha decido no volver al Congreso de los Diputados después de los sinsabores que cosechó tras la conformación de la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez, que lo dejó fuera por haber jugado a dos bandas en las primarias socialistas: el secretario general de Gran Canaria captó avales tanto para Sánchez como para Susana Díaz.

Una vez cubierta la plaza al Cabildo de Gran Canaria por Luis Ibarra, la que le hubiera correspondido de forma natural por ser el secretario general de la isla, a Franquis solo le queda la opción del Parlamento regional.

Solo Podemos ha cumplido ya desde antes de que finalizara 2018 con ese trámite. Los actuales diputados Alberto Rodríguez y Meri Pita han sido los elegidos, el primero de ellos obteniendo un brillante resultado, el tercero mejor de toda España, gracias a la manera en la que se ha significado en el Congreso.

El sorprendente espantón que ha dado en Ciudadanos su todavía diputado Saúl Ramírez tiene visos de ser solo un capitulo de un culebrón. Ramírez, cabeza de lista por Las Palmas, ha perdido ante la candidata a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz Correas, su pulso particular por controlar las candidaturas y el partido. Las malas lenguas dicen que también ha perdido el favor del secretario de Organización nacional en Madrid, Fran Hervías, por todos sus tejemanejes internos de hace un año para acá. Y que a pesar de eso está decidido a dar la batalla y presentarse a las primarias para repetir. Veremos.

¿Y Vox? Vox no está, pero se le espera. A estas alturas de la semana y ha pasado ya una, que sus militantes sepan no se ha conformado esa Gestora anunciada desde la dirección nacional el viernes pasado, al estallar en toda su amplitud el escándalo de sus dirigentes en Las Palmas, la dimisión de su presidente, Roberto Baña, y la expulsión sin más remilgos de su polémico portavoz, José Luis Moyano Fabián. Los de la ultraderecha nueva tienen cónclave nacional el 23 de febrero, precisamente, y a muchos les da que entre las modificaciones de sus estatutos figurará la inconveniencia de hacer ahora mismo primarias, por falta de tiempo. Sus candidatos serán ungidos.

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