Coalición Canaria, el mojo de todas las investiduras

La diputada de Coalición Canaria Ana Oramas durante su intervención en el debate de investidura

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

Fue un 5 de diciembre de 1989: los 166 votos socialistas no eran suficientes para que el Congreso de los Diputados, integrado ese día por 332 parlamentarios (habían sido anuladas las elecciones en Melilla y se habían ausentado los diputados de Herri Batasuna), eligiera en primera votación a Felipe González como presidente por tercera vez consecutiva, una dificultad que soslayó gracias al respaldo del diputado tinerfeño Luis Mardones, por entonces en las filas de las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), uno de los partidos germen de Coalición Canaria (CC). A partir de ese voto, el nacionalismo canario ha estado 25 años vendiéndose ante la opinión pública como “indispensable”.

Aunque ha quedado para la historia como el 'voto de Mardones' a cambio de las ayudas al plátano, lo cierto es que ese apoyo fue negociado por los mismísimos Manuel Hermoso y Adán Martín -expresidentes autonómicos y primeros líderes de CC- en el hotel Palace de Madrid, donde elaboraron un documento que se entregó al número tres del PSOE, Txiqui Benegas, con las condiciones impuestas para contar con el voto 167, necesario para conseguir la investidura en primera votación: terminar la red de carreteras de Canarias, incrementar la subvención al transporte de viajeros y mercancías, aumentar las partidas canarias en los Presupuestos del Estado y el sempiterno Régimen Económico y Fiscal (REF) isleño.

Pero ese no fue el último voto protagonista de Mardones, pues ya casi nadie recuerda que en 2008 votó a favor de los Presupuestos del Estado de Rodríguez Zapatero pese a que la orden de CC era estar en contra.

El apoyo a Aznar 

Los cuatro diputados que en 1996 comandaba José Carlos Mauricio, el líder nacionalista canario que previamente había fundado Iniciativa Canaria a partir de las cenizas del Partido Comunista, dieron su apoyo a José María Aznar, y lo mismo sucedió el 26 de abril de 2000 con los escaños de los representantes del moderno nacionalismo canario.

La primera negociación no fue difícil ya por entonces CC tenía un pacto de gobernabilidad en las Islas con el PP que por entonces comandaba José Miguel Bravo de Laguna. Esa negociación incluyó la reforma del Estatuto de Autonomía Canarias, un estatuto permanente para las islas ante la Unión Europea, un Plan Integral de Empleo (PIEC), un Plan de Infraestructuras y la mejoría del REF, plasmado en un documento elaborado por Rodrigo Rato, Mariano Rajoy (entonces vicesecretario general), Luis de Grandes (portavoz parlamentario del PP), José Carlos Mauricio, Antonio Castro (consejero de Presidencia), Julio Bonis (consejero de Sanidad) y Paulino Rivero, entonces en su calidad de diputado.

En el año 2000 tampoco hubo sorpresas y en su discurso nocturno (23:00, hora peninsular), Mauricio revalidó el apoyo de los cuatro escaños nacionalistas basado en un documento genérico que incluía los mismos puntos que cuatro años atrás, pero con incrementos presupuestarios y el desarrollo del estatus diferenciado en la UE.

La novena investidura de la democracia tuvo lugar los días 15 y 16 de abril de 2004, en los que José Luis Rodríguez Zapatero obtuvo también la confianza de los tres escaños de los nacionalistas canarios que permitieron que el PSOE volviera al Gobierno tras ocho años de travesía en el desierto de la oposición. A cambio, el compromiso del líder socialista a reconocer las especificidades canarias en la futura y non nata Constitución europea, medidas de apoyo al plátano y el tomate y planes concretos para las islas en el Plan de infraestructuras y Transportes.

El 'sí' a Zapatero

Un respaldo que no consiguió en 2008 durante su segundo mandato, pues los nacionalistas se abstuvieron tanto en la primera como en la segunda vuelta, pese a que Ana Oramas brindó su mano tendida para construir puentes y se reveló como una fan de George Lucas: “Felicidades y que la fuerza le acompañe”, concluyó su intervención aquel 12 de abril.

Y lo mismo le pasó a Rajoy el 20 de diciembre de 2011, pese a que el entonces candidato prometió a Oramas mejorar el PIEC y los acuerdos pesqueros y agrícolas, ya que la diputada nacionalista había pedido, además, un nuevo REF para 2013, ligado a la creación de empleo, solucionar las carencias sanitarias y el apoyo a la nueva reforma del Estatuto de Autonomía pactado en Canarias con el PSOE y al que el PP se opone.

Ahora, en 2016, CC ha conseguido que tanto el PSOE de Pedro Sánchez como el PP firmaran la llamada 'agenda canaria', lo que ha sumado el voto de Oramas a la investidura fallida del líder socialista y a las dos votaciones que previsiblemente fracasarán (31 de agosto y 2 de septiembre) a la hora de permitir que Rajoy revalide cuatro años más su asiento en La Moncloa.

¿Detrás de ese apoyo? Lo sabido: el reconocimiento constitucional a la ultraferificidad si se aborda la modificación de la Carta Magna; la ratificación en el Congreso del paralizado Estatuto de Autonomía pactado con el PSOE, un nuevo sistema de financiación que compense los 800 millones de euros anuales que pierden las islas con el actual, retomar el PIEC y el resto de planes plurianuales que Rajoy incumplió la pasada legislatura y la cogestión de los aeropuertos, entre otras cuestiones.

Una agenda canaria que se volverá a plantar encima de la mesa si hay una tercera vuelta, un candidato alternativo a Rajoy o nuevos comicios en diciembre.

Coalición Canaria gobierna en el archipiélago en un pacto con el Partido Socialista. El presidente del Gobierno es el nacionalista Fernando Clavijo y la vicepresidenta la ex diputada nacional Patricia Hernández, que aspira a la secretaría general del partido una vez comiencen los congresos regionales tras el aplazado congreso federal.

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