Los restos del muelle antiguo
Lo poco que queda del muelle antiguo de Santa Cruz se encuentra hoy desperdigado en los alrededores de la farola del mar al lado de la estación de ferries. Los restos de una antigua muralla fueron trasladados a este punto dado que las obras de la vía litoral iban a suponer su desaparición.
La Tertulia Amigos del 25 de Julio consiguió que se salvara este trozo de la historia de la ciudad, pero hasta ahora lo único que se ha logrado es que en estos apenas 100 metros cuadrados aparezcan depositados sin ningún orden un montón de cascotes y piedras como si de una escombrera se tratara. La remodelación de la avenida de Anaga ha dejado este espacio patas arriba y, al parecer, así se quedará durante un tiempo porque nadie parece tener dinero ni interés en restaurarlo.
Alrededor de los cascotes se ha colocado una valla de metal con el fin de proteger, en lo posible este patrimonio. En su interior los sillares aparecen desperdigados y volverlos a colocar en su sitio será más bien la labor de un experto en montar puzzles.
Por lo pronto, parece que el muelle antiguo de Santa Cruz seguirá en su actual estado caótico durante bastante tiempo porque ni hay dinero para rehabilitarlo, ni se sabe quién debe asumir los gastos. Y lo cierto es que apenas hacen falta 200.000 euros para recuperar este trozo de la historia de Santa Cruz, una cantidad insignificante si se tiene en cuenta que las obras de la vía litoral llegaron a costar casi 60 millones.
A su lado se sitúa la farola del mar y una marquesina que se han tenido que cambiar de emplazamiento en tres ocasiones. Desde el Gobierno de Canarias se admite que efectivamente no hay dinero para reconstruir el antiguo muro, pese a que esta actuación estaba incluida dentro del proyecto de la vía litoral.
Diez metros de una batalla histórica
Antes de que comenzaran las obras, los bloques del puerto original aparecían medio escondidos entre los contendores y el asfalto. En realidad, apenas son diez metros lineales de muralla sobre los que se libraron algunos de los enfrentamientos contra los enemigos ingleses.
En ese punto batallaron 13 canarios contra 35 enemigos, pero tras una hora de contienda los británicos se rindieron. El balance total final en los diferentes choques fue de más de 50 muertos y 35 prisioneros.
Las piedras aún conservan las huellas de los impactos del ataque británico, lo que supone una evidencia más de lo acontecido durante aquellos decisivos días que aún hoy se recuerdan cada 25 de julio. Pero al parecer lo que no consiguió Nelson con sus tropas están a punto de lograrlo los chicharreros con su desinterés.
Desde hace ya unos dos años estos viejos sillares se encuentran desperdigados al lado de la farola del mar. Se trata del primer muelle que se hizo en Canarias y que se construyó con el dinero de los propios vecinos de la capital.
Mientras se ejecuta la rehabilitación del muro, desde el Gobierno canario se asegura que los restos serán guardadas en el recinto portuario, con su correspondiente numeración para que vuelva a ser repuesto lo antes posible. Pero sin ninguna fecha a la vista.
Un poco más allá, frente al edificio de los ferries, se puede encontrar otra parte del puerto original que se ha salvado milagrosamente de la remodelación brutal que durante años ha experimentado este espacio. En este punto aún se contemplan los raíles del primer tranvía con el que contó Santa Cruz y que pasaba por la plaza de España, pero es el único tramo que ha sobrevivido.
No mucha mejor suerte ha corrido el monumento a la Gesta conocido como El Grito que será trasladado al lado del Auditorio Adán Martín donde se encuentran las ruinas de la antigua batería militar de San Francisco. La condición era que esta instalación fuese rehabilitada, pero tampoco parece haberse adelantado nada en ese sentido.