La vendimia en La Geria llega a su ecuador
Los viticultores de Lanzarote recolectarán este año más de 2.000 toneladas de uva, principalmente de la variedad malvasía volcánica, en la vendimia más temprana que se realiza en el hemisferio norte y que ya ha pasado su ecuador.
La recogida se inició oficialmente el pasado 27 de julio con la recolección de la uva malvasía volcánica, variedad existente únicamente en la isla y que representa el 60 % de la producción total, aunque también se cosechan las variedades listán negra, listán blanca, moscatel y diego.
El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, Javier Betancort, ha indicado que en la actualidad la vendimia se encuentra al 70 % de su ejecución, con más de 1.500 toneladas de uva recolectados y se espera alcanzar una cosecha total de cerca de 2.100 toneladas.
Fuentes del sector han indicado que este año la uva alcanzará un nivel de precios satisfactorio, ya que el precio de la malvasía volcánica está en 1,80 euros por kilo, mientras que el resto de las variedades oscila entre el 1,50 y 1,60 euros.
La denominación de origen vinos de Lanzarote es la de mayor producción y superficie de Canarias, con 2.000 hectáreas cultivadas, repartidas entre las zonas de La Geria, Masdache, en el centro y oeste de la isla y Yé y Los Lajares, en el norte.
Según datos del Consejo Regulador, el 49 % de la producción de vino de Lanzarote se consume en la isla, mientras que un 36 % de exporta a otros mercados de Canarias, un 9 % a la península y un 6 % a otros países, lo que la convierte en la denominación de origen canaria que más exporta sus caldos.
Betancort recordó que Lanzarote tiene la particularidad de ser la zona vitícola de menor producción por hectárea de toda España, con apenas 1.500 kilos por hectárea, sobre todo debido a su particular sistema de cultivo en hoyos, especialmente localizados en la zona de La Geria, en el centro de la isla.
Este sistema, ideado hace siglos por los viticultores de la isla, se utiliza debido al espesor de la capa de lapilli o picón existente, que en algunas zonas llega a alcanzar los tres metros de altura, por lo que la densidad de plantación en estas zonas es menor que en el resto de la isla y la vendimia resulta más costosa, ya que esta forma de cultivo no permite el uso de maquinaria y todas las labores deben efectuarse de forma manual.
