48 horas de fiestas que pueden provocar un confinamiento en Canarias
En las próximas 48 horas las fiestas de almuerzo/cena de fin de año o Año Nuevo se pueden convertir en el mejor aliado del coronavirus, que amenaza con dar un golpe fuerte a la ya maltrecha y tocada salud y a la economía de las Islas Canarias. Si en Tenerife llevan meses con números rojos que no se consiguen atajar, Gran Canaria lleva unos cuantos días con una preocupante tendencia al alza, justo ahora que se acercan los momentos más temidos por las autoridades sanitarias, que no se cansan de alzar la voz pidiendo prudencia y cautela.
En estos días navideños este que les escribe ha caminado por distintas zonas de Las Palmas de Gran Canaria, como Triana, Guanarteme, Las Canteras y algunos centros comerciales, aparte de visitar varios restaurantes de la isla, encontrándome una gran mayoría de establecimientos que se están dejando la vida por cumplir las normas en cuanto a seguridad, distancia, higiene, etcétera, pero a la vez también he podido comprobar con mis propios ojos cómo hay otros a los que parece que les da todo absolutamente igual, incumpliendo con todas las medidas posibles, bien por negligencia del propio local o bien por claudicar ante la pesadez del cliente de turno que dice siempre eso de “a mí no me va a pasar”, hasta que le pasa.
En estos días, en mis cuentas personales en las redes sociales denuncié un caso en la ciudad que me pareció flagrante en tanto y cuanto el bar/restaurante en sí era reincidente en los incumplimientos, ya que en marzo fue noticia por saltarse la cuarentena atendiendo a clientes con las puertas cerradas mientras todos estábamos encerrados. Lo que más me ha llamado la atención han sido los comentarios de algunos defendiendo esa actitud, algunos con más respeto, otros con insultos soeces directamente, pero me quedo con un mensaje de WhatsApp que me mandó una profesional del sector de la hostelería, Ji-Un, copropietaria del restaurante Sarang junto su marido, Henning Malinowski, y que tras pedirle permiso a ella, voy a compartir íntegramente:
“Muy buenas Javier, ¿Cómo estás? Te escribo porque me gustaría saber si a los demás compañeros del sector les está pasando lo mismo que a nosotros. He llegado a la conclusión de que a muchísima gente les importa muy poco lo que está pasando con el tema covid y están más preocupados en celebrar comidas o cenas en compañía de familias o amigos, cosa que me parece muy bien y respeto que quieran celebrar fiestas en estas fechas, pero creo que por no celebrar y ahorrarte problemas no nos viene mal parar un poco. Como te dije, he llegado a todas estas conclusiones porque no paran de llamar al restaurante pidiendo mesas de 8 y encima tengo que aguantar que me digan que estoy mal informada porque juran que sí se puede, cuando el límite es de 6 personas. Es entonces cuando me cuentan que en tal o cual restaurante sí hay mesas de más de 6, etc. y me cansa tener que estar explicándoles que a mí lo que hacen los otros restaurantes no está en mi mano, pero que en el mío eso no va a pasar ni de broma. Es entonces cuando me piden dos mesas de cuatro, pero que estén cerquita, uno al lado del otro. ¿Esta gente no entiende lo que está pasando ahora mismo o qué pasa?
Por mucho que digan que se van a comportar bien, me niego a aceptar la reserva, primero porque es completamente normal que cuando estés celebrando comidas o cenas quieras estar lo más cerca posible de los tuyos y es entonces cuando comienza el levantarse de una mesa a otra, que nos conocemos y con unas copas la gente se viene arriba, pero ojo, como haría yo también la primera, seguro. Pero ahora no se me ocurre organizar una comida o cena para más de 6 personas, no siento la necesidad, ya vendrán tiempos de sobra para celebrarlo juntos porque no quiero fiestas en mi restaurante. La mayoría de nuestros clientes son parejas o grupos de dos parejas como mucho que vienen a pasar un rato tranquilo porque saben la distancia que tenemos entre mesas y la seguridad que impartimos, por lo que prefiero perder la caja de esa mesa de 8 personas que incomodar a nuestro cliente habitual. A esa gente que me llama pidiendo dos mesas de 4 o similares les digo que busquen otro restaurante que lo acepte, porque nosotros en Sarang no lo haremos ni en covid, que es como estamos ahora, no lo olvidemos, ni en el post covid más próximo que pueda venir.“
Hasta aquí lo que me contaba Ji, a la que le agradezco públicamente que me diera permiso para publicarlo, sobran comentarios y que cada uno saque sus propias conclusiones al respecto. Pero yo sí voy a decir algo más, escribo este artículo a las 16:30 horas del miércoles 30 de diciembre, justo cuando Sanidad ha actualizado los datos del Covid en Canarias que arrojan una de las peores cifras de los últimos meses con 287 casos de los cuales 171 están en Tenerife; Gran Canaria ya cuenta con 76 de los que 71 son en la capital, Las Palmas de Gran Canaria, y el resto esta repartido entre Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera, El Hierro y La Palma, porque efectivamente no hay ni una isla libre del bicho.
Y justo el jueves 31 de diciembre lo que hasta ahora ha sido la gran noche de fin de año se va a convertir en el largo día de fin de año con multitud de fiestas y almuerzos/cenas festivas o de galas repartidas por todo el archipiélago. Líbrenme de pedir que las suspendan, soy consciente de lo importante que son para la economía de las islas, pero sí me voy a permitir la osadía y el arrojo de pedirles algo a los propietarios y a los clientes de esos eventos. A los primeros, por favor, cumplir estrictamente todas las medidas que ha impuesto Sanidad para los días 31 y 1 en hostelería, llamando a la Policía en caso necesario de que sus clientes no las guarden porque si no lo hacen, ustedes se convierten en cómplices. A ustedes, clientes de hostelería o gente en casa con sus familias y amigos, por favor, recordarles también las medidas que ha dictado Sanidad y que han recordado en el día de hoy. Si no las tienen claras o les surge alguna duda, en este link las tienen todas bien detalladas por sector hostelero y por casas particulares.
No dejemos que estos dos días tan señalados conviertan el enero del 2021 en un espejo de lo que ha sido la gran mayor parte del año 2020, porque si fallamos la culpa no será de los políticos ni de los sanitarios, será única y exclusivamente nuestra, de todos y cada uno de nosotros.
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