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Demos: otro sistema económico es posible

Puesto Mercademos. Foto. Demos

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Una red de personas que se ayudan, que cooperan entre sí mediante el intercambio de bienes y servicios, gracias a un soporte digital que sirve de vínculo. Esta es la idea que pretende demostrar Demos. Se trata de una moneda social virtual que surge en el barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, como protesta al actual sistema económico que nos rige, que según se recoge en la web, genera miedo e inquietudes y donde “sólo nos queda agachar la cabeza y aguantar”.

Uno de los fundadores de esta idea y que contribuyó a su desarrollo, Miguel Ángel Figueroa, explica que Demos viene a demostrar que “el sistema económico lo mueven las personas a través de sus actividades y no el euro como se nos dice”. La idea que viene a reflejar es que los ciudadanos son los protagonistas de la economía de un país, pues, son quienes trabajan para sacarla adelante. Además, manifiesta que este proyecto consigue poner en duda el sistema económico actual y recalca que no es que “otra sociedad sea posible”, es que esta sociedad cooperativa, como la que conforman los usuarios de demos “es la realmente posible”.

Cómo funciona esta moneda online

Demos es el acrónimo de Democracia Económica en Moneda Social. Todas las personas que se registren en la web pueden empezar a utilizarla y obtener una renta básica, que se calcula según el número de usuarios, y mediante la cual pueden realizar la compra de bienes y productos. De hecho Miguel Ángel Figueroa destaca que la idea de renta básica “sí que es posible”, pues ellos mismos lo han probado con este sistema. Al comienzo de cada mes, cada persona recibe un sueldo.

Orientativamente un demo equivale a un euro y diez demos, a una hora de trabajo. Lo que facilita la web es poner en contacto a las personas que incluso entre ellos pueden negociar los demos a pagar.

Todos los usuarios registrados, que ya conforman más de mil, deben hacer algún tipo de aportación, ofrecer algún producto o servicio, para que no sea sólo recibir sino que todos sean también capaces de dar. Lo que plantea es “¿en qué puedo ayudar y en qué te pueden ayudar?” explica Figueroa. Este planteamiento hace de este sistema una red solidaria y cooperativa. “La web simplemente nos pone en contacto”, reitera, pues lo importante es cómo lo muevan las personas.

Debido a esta filosofía, los usuarios que no aporten nada o que acaben el mes con menos ingresos tendrán una pequeña penalización. Es decir, cobrarán tan sólo el sueldo mínimo al comienzo del mes siguiente y se les animará a que continúen ofreciendo productos al resto de la comunidad. Además, a todos los usuarios se les cobra un impuesto del 10% sobre su sueldo a principios de mes con la finalidad de que no existan grandes diferencias entre los usuarios y así evitar que unos pocos se enriquezcan acumulando demos.

En la propia página pueden apreciarse anuncios de distintas personas que ofrecen servicios que se pueden pagar a través de esta moneda virtual. Desde clases de yoga, refuerzo de inglés, un corte de pelo... Varios centros de distintos municipios colaboran.

Dónde adquirir productos con demo

Los artículos se pueden conseguir a través de la página web en la zona conocida como Market o en los llamados Mercademos, es decir, un lugar donde se concentran y acude quien quiera para poner su puesto. Figueroa señala que suelen acogerse una media de 15 puestos cada vez que se celebra uno de ellos, que en La Isleta tienen lugar dos veces al mes, normalmente uno el primer martes y otro el último miércoles.

En estos Mercademos se ofrecen distintos productos, desde ropa de segunda mano, artículos artesanales, blusas personalizadas, bolsos... Sin embargo, lo que más se suele comprar es comida. Son muy demandadas las mermeladas, los yogures y productos caseros en general. “Lo bueno es que te permite conocer quién está detrás de ese producto, quién lo ha hecho y cómo” destaca Figueroa y añade que esto diferencia de las grandes superficies donde muchas veces no sabemos a quién le compramos.

El cofundador también apunta que se han organizado otros Mecademos en diversos puntos de la Isla, como Gáldar, Agaete o Telde. En relación a ello, afirma que resulta interesante que incluso el Ayuntamiento de Santa Brígida organiza uno de ellos, a pesar de que “parece que no concuerda mucho al ser gobernado por el PP” pero se han dado cuenta de que es una iniciativa “bastante útil”. Además, agrega que para celebrar un Mercademos no es necesario pedir permiso a los fundadores de la moneda, aunque sí que piden que se les informe para que no concuerden dos en el mismo día, o de forma muy seguida.

En cuanto a otras islas, este miembro de Demos señala que en Lanzarote también se han llegado a organizar y que existen muchas personas en esta isla que emplean dicha moneda virtual. Además, aunque recalca que su idea no es “tanto crecer sino ser cada vez más útil a más gente” ya se han interesado por este sistema desde lugares como Badajoz o incluso, desde países como Méjico.

Con referencia al perfil de las personas que ya forman parte de esta red, cabe destacar que se pueden encontrar ciudadanos de todas las edades y de diferentes situaciones económicas. “Surge durante la crisis económica, pero no sólo está ligado a quienes lo estén pasando mal, sino a todos los ciudadanos que quieran dar y aportar”, insiste.

Ventajas de utilizar demos

Miguel Ángel Figueroa defiende que la principal ventaja es que el sistema funciona sin euros y que la verdadera rentabilidad son los nuevos círculos de gente. A través de la plataforma se han puesto en contacto personas que quizás “en otras circunstancias no coincidirían”. Asimismo, subraya que Demos ha sido nicho de muchos negocios que posteriormente se han montado en euros, ya que previamente se han dado a conocer a través de esta herramienta.

Por otra parte puntualiza que “lo que consigues en Demos lo consigues ahorrar en euros”. El cofundador agrega que se logra un trato “más humano”, pues, se trata de “recuperar la historia de los barrios de cuando éramos chicos, recuperar la confianza con los vecinos”, afirma.

Figueroa destaca que uno de los aspectos más llamativos de la moneda es ver las caras de las personas que se atreven a probarlo por primera vez. Es un cambio de mentalidad que supone un pequeño proceso, ya que han adquirido un producto para el que no han empleado dinero físico. Sin embargo, recuerda que la mayoría de las transacciones financieras de hoy día se llevan a cabo sin billetes ni monedas sino a través de tarjetas bancarias. “Con Demos sería algo parecido”, expone.

Por otro lado, el cofundador reconoce que el soporte digital a veces resulta complicado para aquellas personas que no estén acostumbradas a manejar Internet. Según indica, conlleva la necesidad de crearse un correo electrónico y de entrar en la página a través del ordenador o del móvil. Sin embargo, conoce varios ejemplos de personas que al final han conseguido quedarse con lo básico del funcionamiento. Un ejemplo que cita es el de Rosa, que lleva el tema de las frutas y verduras. Al principio le costó ponerse al día, pero hoy es capaz de utilizarlo.

Además, aclara que los organizadores promueven un curso de informática en el centro cívico Suárez Naranjo, que se puede pagar con Demos, y mediante el que pueden aprender a emplear este recurso y a desenvolverse en general con las nuevas tecnologías.

Movimiento 15 M

El movimiento 15 M, donde cobró importancia el lema “que no nos representan”, dio lugar a numerosas movilizaciones en diferentes puntos de España. Una gran parte de las personas que formaban parte procedían de los centros universitarios, jóvenes estudiantes, pero también personas de otras edades comenzaron a reunirse en el año 2011 para debatir sus ganas de cambio, de una sociedad más justa e igualitaria, ante los efectos que estaba causando la crisis económica.

Origen de demos

Bajo estas ganas de cambio, surgieron numerosas ideas. En el 15 M del barrio de La Isleta se comenzó por aquél entonces a debatir qué podrían hacer para crear una sociedad mejor. Según uno de los fundadores de Demos, barajaron diferentes ideas: huerto urbano, energías libres... pero finalmente surgió el proyecto de la moneda virtual y un equipo de varias personas empezó a ponerla en marcha y a desarrollar la herramienta. Declaran que, al principio, no pensaron que fuera a tener tanta repercusión, sin embargo, hoy conforman esta red 1.180 usuarios.

Otras monedas virtuales

-Bitcoin: es la más conocida internacionalmente. La gran diferencia con demos es que bitcoin no es una moneda social, además en ella sí que existe el valor del dinero pues es necesario comprarlos previamente para poder utilizarlos luego como método de pago. Se emplea para hacer transacciones y participan empresas e incluso bancos de todo el mundo. Con esta moneda se puede pagar desde un dispositivo móvil productos sin utilizar la tarjeta de crédito.

-Drago: en 2012 se presentaba esta moneda en La Palma, entre sus objetivos fomentar el comercio local y como un complemento al euro. La iniciativa fue pionera en Canarias pero no ha conseguido mantenerse.

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