Empresas turísticas y las dos universidades canarias colaborarán para estudiar el efecto del cambio climático en el medio marino

El consejero de Economía del Gobierno de Canarias, Pedro Ortega (c); el fundador de Loro Parque, Wolfgang Kiessling (d); y el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Rafael Robayna (i), durante la presentación de CanBio. EFE/Ángel Medina G.

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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Empresas y universidades públicas de Canarias colaborarán en investigar la evolución del cambio climático en el medio marino, sus consecuencias y posibles medidas para reducir su impacto en las islas en el marco del proyecto CanBio, impulsado por el Gobierno de la comunidad autónoma y el grupo Loro Parque.

El Ejecutivo y la compañía turística costearán a partes iguales el presupuesto del proyecto, cifrado en dos millones de euros con los que se financiarán un total de ocho acciones a desarrollar en un plazo de cuatro años para analizar distintos aspectos de la incidencia del deterioro medioambiental, desde el aumento de la acidificación oceánica y sus repercusiones para la vida de modo genérico, hasta la situación de especies concretas en peligro de extinción.

Especies como los cetáceos que abundan en las aguas del archipiélago, las mantelinas o el tiburón angelote, según ha detallado al presentar la iniciativa a los medios de comunicación el director adjunto de Loro Parque Fundación, Javier Almunia.

Como responsable de coordinar el proyecto CanBio en nombre de la entidad para la que trabaja, Almunia ha destacado que esta tiene “el objetivo de contribuir a la conservación de las especies animales en peligro de extinción”, tarea en la que ha dicho que lleva trabajando 24 años en los que han “salvado” nueve tipos de loros que se consideraban abocados a desparecer.

Su reto ahora será, con la ayuda de las universidades, “desarrollar tecnología y series de datos que ayuden a proteger, sobre todo, la gran biodiversidad de cetáceos que hay en Canarias y en toda la Macaronesia, que es excepcional en el Atlántico Norte”, ha avanzado.

Para ello, la catedrática de Oceanografía Química de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Magdalena Santana, que dirigirá uno de los ocho programas que abarca el proyecto, ha expuesto que la misión que tiene encomendada su grupo es “establecer una red de observación de CO2” en las aguas isleñas.

Las investigaciones se harán usando sensores que midan los parámetros existentes en esas aguas, instalados tanto en boyas fijas que ya están en funcionamiento hace tiempo como en barcos de la naviera Fred Olsen, que colaborará permitiendo que se pongan a bordo de varios de ellos “sin coste alguno”, ha subrayado.

Magdalena Santana ha insistido en el interés de la iniciativa, que considera necesaria porque, de hecho, estudios que su universidad ha efectuado en las últimas dos décadas constatan que la concentración de CO2 está aumentando progresivamente en las aguas superficiales del archipiélago, que se vuelven así más ácidas hasta el punto de amenazar la supervivencia de todas las especies que viven en ellas.

Puesto que entre los primeros organismos perjudicados por esa tendencia figuran varios de los componentes fundamentales del plancton, la materia que conforma el primer escalón de la cadena trófica oceánica, que resultaría, en consecuencia, dañada en su conjunto, ha argumentado.

Por todo lo expuesto, el consejero de Economía del Gobierno de Canarias, Pedro Ortega, ha alabado el proyecto, en el que ha recalcado que está previsto adquirir “tecnología de primer nivel” para investigar el cambio climático, algo que ha sostenido que “convierte en referencia” a las islas, ya que los resultados que se obtengan serán útiles, “por supuesto, para Canarias, pero también para todo el mundo”.

Ya que “el cambio climático es una realidad, se sabe que está ocurriendo, y hay que ver cómo funciona para saber las medidas que hay que tomar” para atajar o paliar sus efectos perjudiciales, ha sentenciado.

En nombre de la empresa Loro Parque, su fundador, Wolfgang Kiessling, ha querido destacar que, pese a aportar uno de los dos millones de euros con que se financiará el CanBio, su compañía “no ha intervenido en decir cómo tiene que ser la utilización de ese dinero”, una decisión que se ha encomendado a los investigadores que participan en el proyecto, desde la opinión de que está devolviendo a Canarias parte de la riqueza que esta le ha permitido obtener y de que el objetivo general de proteger el mar está acorde con sus propios fines. 

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