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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El magma empieza a dar signos de agotamiento en el volcán de La Palma

Imagen del volcán,  este domingo,  7 de noviembre.

Agencias

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Los científicos que siguen de cerca la evolución de la erupción volcánica en La Palma aprecian “signos de agotamiento de los aportes de magma a mayor profundidad” y que la lava que está saliendo en estos momentos tiene un origen más superficial.

La portavoz del comité científico del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), Carmen López, ha explicado que todos los datos observables (composición química del penacho, sismicidad y deformación del terreno) apuntan a que el sistema de realimentación “está aflojando” y los reservorios “se van haciendo menores”. Ha apuntado que “concuerdan todos los observables con que la parte más profunda” de ese sistema que alimenta al volcán “está siendo menos activa y tiene menos capacidad de nutrir de magma, de alimentar la erupción por más tiempo”.

Uno de esos indicios es la tendencia descendente en la relación carbono/azufre del penacho, cuya última medición arroja una tasa de dióxido de azufre (SO2) de entre 16.600 y 23.100 toneladas diarias

Los otros son una sismicidad y una señal de tremor volcánico “bajos”, así como una tendencia descendente en cuanto a la deformación del terreno.

Pese a todo, Carmen López ha señalado que “hay que esperar un tiempo” a que estos parámetros de estabilidad se conviertan en tendencia y hagan prever que el final de la erupción está más cerca.

Ha recordado que hace escasos días se registró una deformación de suelo cerca de los focos eruptivos, así como seísmos intensos que invitan a “ser cautos”.

Calidad del aire

Francisco Prieto, técnico de apoyo de la Dirección del Pevolca, destacó que el principal problema que ha habido en los últimos días ha sido con las partículas PM10, sobre todo en la zona de Los Llanos, donde ayer se alcanzaron niveles “extremadamente desfavorables”, de ahí que se haya decidido mantener la suspensión de las clases presenciales en los municipios de El Paso, Los Llanos, Tijarafe y Puntagorda.

Resaltó que también ha habido una elevación de los niveles de dióxido de azufre (SO2) durante esta mañana, lo que ha obligado a emitir un comunicado por parte de la Dirección del Pevolca al elevarse a niveles “muy desfavorables” la situación de la calidad del aire en el término municipal de Puntagorda.

Por otro lado, el número de personas albergadas en centros hoteleros se mantiene en 467. De éstas, 400 se hospedan en el hotel de Fuencaliente y 67 en Los Llanos de Aridane. Además, hay 43 personas dependientes atendidas en centros sociosanitarios insulares y no hay nadie en el Fuerte.

La superficie afectada por la erupción ha aumentado ligeramente en 1,41 hectáreas y se estima que afecta a un total de 984,85 hectáreas. La anchura máxima entre los puntos extremos de las coladas se mantiene en 3.100 metros. Las construcciones destruidas o dañadas, según los datos facilitados por el Catastro, se estiman en 1.452 edificaciones, de las cuales 1.177 son de uso residencial, 147 agrícola, 67 industrial, 33 de ocio y hostelería, 13 de uso público y 15 de otros usos

Respecto a las coladas de lava, siguen transcurriendo por el sector central y se dirigen hacia el oeste sobre coladas previas sin invadir nueva superficie. Prácticamente todo el flujo está discurriendo hacia la colada primigenia y un poco hacia la colada 5. El resto de coladas permanecen estables.

La altura de la nube de dispersión de ceniza alcanza hoy los 2.500 metros y se dirige hacia el suroeste. En relación a las previsiones meteorológicas, en superficie continuará soplando el viento del noreste con fuertes rachas que pueden alcanzar los 60-70 km/h, principalmente en zonas de cumbre y medianías.

Operatividad del aeropuerto

El penacho de dióxido de azufre (SO2) se dispone hacia el oeste-suroeste y se espera que continúe en la posición actual. Esta disposición supone un escenario favorable para la operatividad aeronáutica y no se esperan cambios significativos de las condiciones meteorológicas durante los próximos días, ha explicado el Pevolca este lunes.

La sismicidad se mantiene baja respecto a las semanas anteriores y los sismos siguen localizándose en las mismas zonas, a profundidades entre 10 y 15 kilómetros y a profundidades mayores de 20. La magnitud máxima ha sido la de un sismo de 4,6 ocurrido este domingo a las 17.07 horas, a 37 kilómetros de profundidad, que ha sido sentido con intensidad máxima de IV. El tremor en las últimas 24 horas se ha mantenido en niveles bajos.

La estación más cercana al centro eruptivo sigue mostrando deformaciones que reflejan la dinámica del proceso eruptivo y en el resto de las estaciones se muestra una tendencia a la deflación regional.

En cuanto a las emisiones de SO2 asociadas al penacho volcánico, durante el domingo siguieron siendo altas, registrándose un valor que va entre las 16.600 y las 23.100 toneladas diarias; la evolución temporal refleja una tendencia descendente medida por métodos satelitales desde el pasado 23 de septiembre. La evolución temporal de la composición química del penacho volcánico refleja también una tendencia descendente de la relación carbono-azufre, indicando que el aporte magmático tiene un origen más superficial. En el caso de la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) asociado al edificio volcánico de Cumbre Vieja, refleja una tendencia ascendente desde el pasado 22 de octubre, explica el Pevolca.

En relación a la calidad del aire, los niveles son entre “razonablemente buenos” y “regulares” en la estación de Puntagorda, con niveles medios que superan el límite diario. También en Puntagorda esta superación ha rebasado el umbral de alerta horario entre las 06.00 y las 10.00 horas y los valores continúan en estos momentos por encima de este umbral.

Las partículas PM10 son “extremadamente desfavorables” en Los Llanos y la media móvil de 24 horas se encuentra en niveles “extremadamente desfavorables”, reflejando la incidencia diaria de la dinámica eruptiva y los vientos. En el resto de las estaciones, los niveles de calidad del aire son “buenos” o “razonablemente buenos”.

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