Canarias es la segunda comunidad con más asesinatos machistas en 2019: “Falla la prevención, no se está trabajando desde la base”

Concentración feminista en Gran Canaria.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Septiembre se ha despedido de la peor de las formas en Canarias. El último día de ese mes, un hombre acudía al puesto de trabajo de su expareja y la asesinaba. Ángeles Vega tenía 49 años y el Ministerio de Igualdad la ha confirmado como la última víctima mortal por violencia de género en España en 2019, un año que ha dejado a 46 mujeres asesinadas. El Archipiélago se convierte en la segunda región (por detrás de Andalucía) donde la lacra de la violencia machista ha dejado más víctimas: un total de 7, aunque hay otro caso que aún se encuentra en investigación. La psicóloga Virginia Suárez, especializada en violencia de género, lamenta que la sociedad tenga la percepción de que se trata de “otro caso más” y defiende la necesidad de hacer más pedagogía para que no se normalice la violencia.

Este crimen ha generado hartazgo en la sociedad canaria. La Red Feminista de Gran Canaria aboga por romper con los minutos de silencio y gritar hasta que toda la sociedad se implique para erradicar esta lacra. La psicóloga Virginia Suárez explica que para acabar con la violencia machista hay que atacar desde la raíz y empezar en las escuelas. “Cuanto antes empecemos, menos camino nos quedará por recorrer”. Por sus veinte años de experiencia trabajando en casos de violencia de género, considera que, a pesar de que España cuenta con una de las leyes más avanzadas de europa, queda mucho por hacer, empezando por la dotación presupuestaria y de recursos para combatirla. “Por ejemplo, no hay psicólogos que acompañen a la víctimas en un juicio, ellas siempre acuden solas y el agresor acompañado. Esto ocurre porque él las aísla por completo de su entorno”. También hay oficinas de apoyo a las víctimas que “cierran a mitad de año por falta de recursos”, apunta.

“Hay que trabajar con los menores víctimas de violencia”

Cuando habla de presupuesto, asegura que no solo se refiere a dotación policial, sino a partidas para formación en perspectiva de género, que cree que debe primarse en el ámbito de la educación y también en la judicatura, entre otras profesiones. “La educación debe contar con personal formado en perspectiva de género y trabajarse en un programa anual”. También defiende la importancia de incrementar la red de atención psicológica, no solo para las víctimas sino para apoyar a los menores que han vivido con la violencia de género en sus casas. Suárez asegura que se realiza poco trabajo con los hijos e hijas de las víctimas. En el caso de ellos, pueden perpetuar esa violencia que han palpado de sus padres, mientras que ellas suelen tener la violencia interiorizada, por lo que van a tener muy difícil distinguir en una relación de pareja que están sufriendo violencia y peligro. Señala que, una vez que la mujer empieza a recuperarse del proceso de haber vivido violencia de género, es necesario también sanar el vínculo con sus hijos, que la han dejado de ver como una figura de protección.

La experta sostiene que los asesinatos son la punta del iceberg y la sociedad no puede actuar de forma paliativa, sino prevenir. Suárez insiste en que se debe trabajar también con los agresores ya que muchos de ellos siguen teniendo el derecho de ver a los menores y, además, al no trabajar con ellos existen muy pocos estudios de su comportamiento. No obstante, “los agresores son los verdaderos dependientes de la relación. Probablemente, por problemas de apego en la infancia, por abandono…La violencia la activan cuando pierden el control de la pareja”.

La psicóloga subraya que no existe un perfil único de maltratador, igual que tampoco lo hay de la víctima, afecta a todas las clases sociales, edades… aunque la violencia está empezando a detectarse cada vez en edades más tempranas. La experta destaca que “solo el 1% de los maltratadores son psicópatas”. Y es que, en su mayoría, no se trata de personas con problemas mentales como aún hay quien defiende. En este sentido, insiste en que en las informaciones periodísticas no se debe contar con testimonios de vecinos para estos casos ya que se tiende a dar una imagen del agresor de “pobre hombre” y a justificar y buscar razones de por qué agredió o por qué cometió el crimen.

Dos mujeres habían denunciado a los asesinos

De las víctimas que deja la violencia machista este 2019 en Canarias, dos habían denunciado a su agresor. Es el caso de Romina Celeste, una joven de 28 años desaparecida en el día de Año Nuevo en Costa Teguise (Lanzarote) y que sí había llegado a poner una denuncia contra su marido. La Delegación del Gobierno incluyó su caso en el registro oficial el pasado mes de julio y el hombre se encuentra en prisión. También Rosa María, una mujer de 60 años hallada muerta en su vivienda en el mes de febrero en Tenerife. Llegó a denunciar en 2014 al que fuera su compañero. El asesino se encuentra actualmente detenido.

En prisión también se encuentra la expareja de María Soledad, un caso que su asesino intentó hacer creer que se trataba de un accidente. Apareció quemada en su vehículo el pasado 16 de enero y la policía confirmó la detención del hombre en abril después de que hubiera permanecido hospitalizado por quemaduras. No constaban denuncias previas, como tampoco en el caso de María, una mujer de 42 años que fue hallada muerta en unos apartamentos de Puerto Rico (Mogán) el pasado 11 de abril. Su marido fue detenido ese mismo día.

Tampoco había denuncias previas en el caso de Silvia, de 39 años y que fue asesinada el 24 de abril junto a su hijo de diez años por su marido en Adeje. Otro hijo de la pareja, de cinco años, logró escapar, dar la voz de alarma y ha vuelto con sus abuelos a Alemania. El asesino se encuentra en prisión.

En los últimos casos que se han producido en Canarias, el asesino se ha suicidado después. Ocurrió así el pasado 30 de mayo, Lilium fue asesinada en el pueblo de Agüimes, en Gran Canaria, por un disparo y el asesino se quitó la vida después. Lo mismo ocurrió el pasado lunes en la misma isla, después de que un hombre asesinara a su expareja, Ángeles. Además de estos siete casos, aún se mantiene abierta la investigación por otro presunto crimen machista cometido el pasado 3 de septiembre en Tenerife, cuando Concepción, una mujer de 54 años, fue hallada sin vida en su vivienda con signos de violencia. Su expareja se quitó la vida y tenía tres denuncias por violencia de género de relaciones anteriores.

La red regional de atención a mujeres y menores víctimas de violencia de género del Archipiélago atendió en 2018 a más de 12.000 mujeres en sus 75 centros, con casas de acogida y pisos tutelados. La Fiscalía también ha detectado en su informe una tendencia al alza en los delitos contra la libertad sexual en las islas en el último año, en el que se registraron 664 abusos sexuales. La directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, ha tachado de horror el año que están viviendo las mujeres y explica que la única forma de acabar con esta lacra es la coeducación y, por su parte, “seguir trabajando” para que “las mujeres tengan un servicio de atención inmediata”. Así mismo, la Red Feminista de Gran Canaria recuerda que el teléfono de atención a las víctimas (016) no deja rastro e invita a romper el silencio contando lo que ocurre a un amigo, familiar o alguien cercano.

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