Canarias tiene un déficit de 8.000 plazas en residencias de mayores

Una usuaria y una trabajadora en una residencia de ancianos. EFE

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Canarias tiene un déficit de 8.075 plazas en residencias de mayores. Así lo destaca un nuevo informe de  la Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, que expone que esta sería la cifra idónea para alcanzar la ratio de cinco por cada 100 personas mayores de 65 años. Aunque la comunidad autónoma no se encuentra entre las que presentan mayor falta de plazas, la asociación sí subraya que solo el 41,5% de las plazas residenciales del Archipiélago son de financiación pública, una de las regiones donde esto ocurre en mayor porcentaje, al igual que en Murcia. Madrid es la única comunidad donde las plazas exclusivamente privadas tienen una cobertura mayor (2,5%) que las de financiación pública (1,86%).

El informe refleja que, en toda España pese a que el número de mayores de 65 años se ha incrementado en 1,5 millones de personas, el número de plazas residenciales sólo se ha ampliado en 20.872.

En el conjunto del país, son necesarias 75.699 plazas residenciales más para alcanzar la ratio de 5 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años. “Atendiendo a la demanda que existe actualmente sin atender, serían necesarias de manera inmediata no menos de 62.000 plazas residenciales para las personas con Dependencia Severa (Grado II) o Grandes Dependientes (Grado III)”, destaca la asociación que preside José Manuel Ramírez.

Nuevo modelo de cuidados

El Gobierno de Canarias ya era consciente de este déficit de plazas residenciales. El Plan de Infraestructuras Sociosanitarias de Canarias tiene previstas las construcción de unas 5.000, pero la pandemia ha ralentizado su ejecución y se ha prorrogado el plazo con los cabildos. Cuando el plan esté finalizado aún no será suficiente para cubrir la demanda de personas en lista de espera de dependencia que requieren de una plaza residencial.

El nuevo modelo Canarias te Cuida, presentado recientemente a los profesionales y medios de comunicación pretende ir paliando este déficit de plazas residenciales con nuevos modelos que permitan a los usuarios elegir. Viviendas compartidas, pisos intergeneracionales, residencias más pequeñas o hasta 12.000 viviendas en las que la domótica hará más accesible la vida a personas dependientes, son algunas de las claves del plan.

Para desarrollarlo se contará con 218 millones de euros, que vienen fundamentalmente de Europa y con los que se pretende pasar de un modelo de macrorresidencias a otro más cercano, humano y accesible que cuente con empleo de calidad. Ya la pandemia demostró que había que caminar hacia otro modelos y que el virus traspasaba de forma más peligrosa las residencias más grandes, como ocurrió con los brotes que sufrió en Canarias la residencia Santa Rita, en Tenerife.

La COVID-19 también puso de relieve la importancia de aplicar la perspectiva de género en los planes de cuidados de personas mayores y dependientes ya que son asumidos en su mayoría por mujeres. Con el plan se pretende poner el foco en la mejora de la conciliación familiar, profesionalizar a las cuidadoras y otros programas basados en mejorar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral o el despliegue de acciones para visibilizar los cuidados. 

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