Canarias se repliega para protegerse del virus en Navidad
Las fiestas navideñas se acercan y el miedo a una tercera ola comienza a movilizar a los gobiernos. El Ministerio de Sanidad ha acordado este miércoles un marco común para hacer frente al virus que ha sido ratificado por casi todas las autonomías y que marca ciertas normas base: máximo de diez personas en las reuniones sociales, toque de queda a las 01:30 y cierre perimetral en todas las autonomías, que solo permitirán los viajes para visitar a familiares y allegados (Canarias no se verá afectada). Esta batería de medidas, de obligado cumplimiento, se puede alterar por abajo. Es decir, en el caso de que una región decida establecer normativas más restrictivas, podrá hacerlo. Así tienen pensado hacerlo varios ejecutivos autonómicos, entre ellos el del Archipiélago.
El epidemiólogo y portavoz del Comité Científico para la COVID-19 del Gobierno de Canarias, Lluis Serra Majem, ha anunciado que las Islas están estudiando rebajar ese máximo de 10 personas a 6 desde este viernes hasta el 8 de enero. La propuesta se parece mucho a lo que tenía pensado Sanidad en un principio. Pero ante el cambio de rumbo (influenciado, en gran parte, por la presión de Madrid), el Archipiélago busca desmarcarse y apretar los tornillos en unas semanas decisivas para repeler el contagio, a pesar de ser la comunidad autónoma con los mejores datos de España.
En las últimas 24 horas se han registrado 191 casos en Canarias, la cifra más alta desde hace dos meses. El virus sigue expandiéndose lentamente en Tenerife y la curva de incidencia se ha atorado en 80 casos (por 100.000 habitantes) en los últimos 14 días. Ni baja ni sube. Ante esta situación, hay dos caras. Por un lado, la del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, que ha pedido retrasar en una hora a las 00:00 el cierre de comercios de hostelería, ignorando los malos registros de la capital. Y por otro, la visión del equipo de rastreadores de la Consejería de Sanidad, que han mostrado su preocupación por un posible repunte.
“[El plan de Navidad] es un riesgo. No creo que sea bueno que se sienten todas las personas en una misma mesa”, relata una de las fuentes consultadas. “Nosotros vemos que no se están cumpliendo las recomendaciones. Lo más importante es la responsabilidad individual. No podemos poner un policía al lado de cada canario. Ahora vemos que hay una cierta relajación y eso puede derivar en una falsa confianza”, detalla otra.
Canarias también tiene la intención de ofrecer una PCR a todos los residentes que regresen a las Islas por Navidad. El Ejecutivo regional espera habilitar laboratorios en cinco ciudades (Madrid, Barcelona, Sevilla, Vigo y Bilbao), aunque no se descartan más lugares. Las pruebas serán sufragadas por el gobierno. Pero existen reticencias: “Una PCR no es el mejor regalo. Si es negativa, no significa nada. Lo más efectivo al final es no reunirse”, apuntan. “Estamos preocupados. Estas fechas señaladas pueden repercutir muy mucho. No somos conscientes de lo que puede pasar en un día. Una Navidad puede hacer que el resto del año no sea como lo pensamos”.
La reunión de Nochebuena y Nochevieja son las dos fechas señaladas. A la espera de que Canarias anuncie su propia hoja de ruta este jueves tras el Consejo de Gobierno, la Dirección General de Salud Pública ha realizado un vídeo para escenificar cómo llevar a cabo las medidas más recomendables en ambas cenas. Mascarilla, gel hidroalcohólico siempre a mano y ventilación, mucha ventilación. Eva Elisa Álvarez, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, sostiene que estas recomendaciones se pueden aplicar para grupos de cuatro y de seis. Eso sí, “cuantas más personas peor”. La especialista advierte de que “el mayor riesgo se ha visto entre convivientes” y coincide con los rastreadores consultados por esta redacción, que también ponen el foco en las reuniones sociales entre familiares que no viven bajo el mismo techo como el ámbito donde se dan la mayoría de los contagios. Ana Darías, subdirectora médica de Atención Primaria de Tenerife, recuerda que no hay forma de vigilar esto. “A mí no me preocupa lo que diga el Gobierno. Nadie va a ir a una casa a mirar [si se están cumpliendo las restricciones]. No hay efectivos suficientes”.
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