El jurado declara culpable de asesinato al hermano de Cathaysa

El jurado ha declarado culpable de asesinato a Luis R.V. de la muerte por asesinato de su amigo Alfredo G.P., tras discutir por una deuda de 300 euros, en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Las Palmas. El ahora juzgado es hermano de la niña Cathaysa, asesinada hace dos décadas por un vecino en el barrio de La Feria del Atlántico, en la capital grancanaria.

Según el veredicto, Luis R.V. es culpable, si bien el jurado contempla la circunstancia atenuante del arrepentimiento y la eximente incompleta de adicción a las drogas. Para el acusado, el fiscal pide 12 años de prisión y la acusación particular, 14 años, aunque piensa recurrir la sentencia porque no está de acuerdo en que haya habido arrepentimiento.

No obstante, el acusado ha negado haber amenazado a la familia de la víctima, pero le pide perdón “aunque el perdón ya es tarde”, ha dicho. Por su parte, la defensa ha decidido modificar su solucitud de libre absolución por una condena de tres años y nueve meses.

Luis R.V. mató de dos cuchilladas a su amigo en la zona de La Ballena. Durante el juicio admitió este acto, si bien lo achacó al síndrome de abstinencia que sufría, a padecer doble personalidad y por estar afectado por la muerte de su hermana.

Según argumentó Luis R.V., se sintió “sobresaltado” al tener conocimiento el mismo día en que ocurrieron los hechos que acabaron con la vida de Alfredo G.P. que el asesino de su hermana iba a ser juzgado por otro delito. Durante la causa, y según los testimonios policiales, trascendió que tras acuchillar a su víctima, el ahora declarado culpable acudió a la policía para explicar lo sucedido y relató que el fallecido le debía 300 euros por una deuda contraída tras haber realizado un trabajo de pintura.

Fue entonces, según estos testimonios, cuando acudió al domicilio de la víctima para requerirle el dinero y se enzarzaron en una discusión que acabó con el fallecimiento de Alfredo G.P. Durante la causa, Luis R.V. pronunció frases como “no sé lo que se me pasó por la mente, sé que lo maté pero no recuerdo más”, “me vienen flashes chungos” o tenía un monazo que no veas“.

Luis R.V. manifestó también que “tuvo que haber alguna 'mosca' porque me levantó la mano y me pegó un piñazo” y posteriormente dijo que recuerda haberse ido de la casa de la víctima “exhausto y 'enchumbado' de sangre”.

Los policías que declararon coincidieron en que Luis R.V. había explicado en comisaría que la discusión se produjo, tal y como el propio acusado manifestó, por la deuda contraída y también que no se produjo ninguna disputa en el domicilio, ya que el cadáver se encontraba en el salón, en un charco de sangre y toda la vivienda estaba en orden.

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