Los ecologistas piden otra gestión medioambiental para evitar los incendios: “Si no, viviremos fuegos como el de Gran Canaria cada verano”

Un helicóptero durante las labores de extinción del incendio en la cumbre de Gran Canaria.

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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Ben Magec-Ecologistas en Acción considera que, de no cambiarse el modelo actual de gestión medioambiental, “viviremos grandes incendios forestales como el de Gran Canaria cada verano”, por lo que aboga por la prevención, la gestión integral de los bosques y la recuperación de los espacios agrícolas.

La organización propone que en otoño se celebren mesas insulares con los diferentes actores implicados (población rural, técnicos y representantes de las administraciones, colectivos sociales y vecinales) para afrontar los incendios forestales con una nueva visión.

Dicha política incluiría no sólo el aumento de los recursos y medidas de prevención silvícola, sino el fomento de actividades primarias, ciertos usos tradicionales e innovadores del suelo y sus recursos, y procesos participativos de concienciación.

Ben Magec-Ecologistas en Acción recuerda que estamos en una situación de emergencia climática que se agrava con fenómenos como este.

A la vez, el cambio climático aumenta su frecuencia y empeora sus dimensiones y consecuencias.

Los grandes incendios forestales producen una liberación masiva de CO2 a la atmósfera y aceleran el proceso de desertificación y degradación de los suelos y los recursos hídricos.

“La afectación al paisaje, la flora y la fauna con este incendio es profundamente preocupante”, dicen.

Según los ecologistas, se han visto afectadas unas 679 hectáreas de la Zona de Especial Conservación Nublo II, que es parte de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y un Área Importante para la Conservación de las Aves (IBAS) lo que significa que especies endémicas como pinares, arbustos y aves pueden haber sufrido graves bajas.

Habrá que evaluar además, una vez acabe el incendio, las consecuencias que para el medio natural pueda haber tenido el vertido de miles de litros de agua salada, a fin de tomar medidas para evitar el posible agravamiento de la desertización de nuestros suelos.

El abandono del medio rural, el exceso de combustible en el territorio, el aumento de las temperaturas y la tendencia hacia la sequía derivada del cambio climático son las principales causas de producción de Grandes Incendios Forestales, que son aquellos donde arden más de 500 hectáreas.

Estos factores de amenaza van aumentando cada año a la vez que los recursos materiales y humanos para la prevención y vigilancia van disminuyendo, según Ben Magec.

Así, advierten de que “centrar la atención solo en los recursos para la extinción supone desatender la raíz del problema, que es la falta de efectivos humanos dedicados durante todo el año, sobre todo en invierno, a la prevención, vigilancia y cuidado de los montes.

Asimismo, recuerdan que la autoprotección además de ser un derecho es una obligación y que, por tanto, la limpieza alrededor de las casas para reducir la biomasa acumulada es fundamental para evitar que el fuego llegue a ellas.

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