Los estudios de Ingeniería sufren una “involución”
El catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ulpgc), Roque Calero, ha denunciado un deterioro en los estudios de Ingeniería Industrial en la Facultad grancanaria tras la aplicación del plan Bolonia, que ha calificado de “una auténtica involución, un despropósito y una desgracia” para la Isla.
En una carta enviada a la comunidad universitaria, Calero recuerda la excelencia alcanzada desde la creación de la Escuela superior de Ingenieros Industriales (ETSII), en una situación de “máxima precariedad”, pasando por el nacimiento de de la Universidad Politécnica de Las Palmas y la adscripción de estos estudios a la Ulpgc, que finalmente los sustituye por un Centro de Ingenierías Industriales y Civiles “con muy pocas referencias a escala nacional y muchos menos internacional”.
Respecto a las titulaciones, advierte de que han sufrido “múltiples avatares” y han pasado del Grado en Ingeniería Industrial, al Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, que ha sido recientemente cambiado por el Consejo de Gobierno de la Ulpgc y ha pasado a denominarse, “al parecer, provisionalmente”, Grado en Ingeniería Técnica Industrial, con menciones en Mecánica, Electricidad y Química, entre otros. Dicho cambio viene motivado por una sentencia del Tribunal Supremo, para diferenciarlo del título de Ingeniería Industrial, tal y como había solicitado el Colegio Profesional de Ingenieros Industriales, indica la Universidad en su página web.
“La ingeniería para la creatividad, para la innovación, basada en sólidos conocimientos científicos y tecnológicos, en las áreas de Ingeniería Mecánica, eléctrica, Electrónica, Automática, Química? ha desaparecido como oferta de esta Universidad”, reivindica.
Fuentes cercanas al profesorado universitario se han mostrado favorables a la posición de Calero, sin embargo, señalan que hace casi dos meses accedió a la Dirección de la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles de la Ulpgc, Norberto Angulgo, cargo que hasta entonces ostentaba Pedro Cuesta.
Angulo se muestra optimista, entiende que la anterior directiva tuvo que enfrentarse a un periodo complicado y considera que la situación actual del área no es “tan dramática”. Asegura que en la actualidad la Ulpgc continúa formando a “buenos ingenieros” que pueden acceder al mercado laboral tanto en el territorio nacional, como en el extranjero. Respecto a la labor de la Dirección, afirma que se sigue trabajando en la adaptación del Grado y en la implantación del Máster en Ingeniería, que prevé se comience a impartir en un plazo de dos años.
Mala gestión de la dirección
Calero lamenta que se pierdan unos estudios que permitieron a profesores y alumnos alcanzar el reconocimiento y respeto de otros centros, hasta el punto de que algunos de esos estudiantes trabajan en la actualidad en entidades como el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), la Agencia Europea del Espacio (ESA), en Airbus, Boing, la división de motores de Mercedes o marcas como Siemens y Shell, entre otras.
Asimismo, achaca el decrecimiento de la excelencia académica a la dispersión del profesorado en múltiples departamentos y en diversos Institutos de Investigación “poco comprometidos con la docencia y el centro”, y a la mala gestión de la propia dirección de la Universidad. En este punto, cuestiona los motivos que llevaron a la anterior cúpula del centro a tomar esta decisión, cuando “no se nos obligaba a ello”. Al respecto, señala que gran parte de las escuelas superiores de ingenieros de España y de la Unión Europea mantienen sus estructuras tradicionales, en algunos casos añadiendo un grado sin competencias profesionales a los tres primeros cursos. Sin embargo, en una tabla comparativa aportada por el profesor, se puede apreciar un notable descenso en las especialidades ofertadas desde la entrada en vigor del plan Bolonia. Por este motivo, afirma que en la actualidad hay estudiantes cursando en la Universidad de La Laguna (ULL) las ingenierías “que aquí se han rechazado”.
Perfil generalista
El catedrático se muestra crítico con una titulación que considera que está cargada de competencias a modo de adorno y que “ya quisieran para sí todos los titulados del MIT” (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y explica que se trata de la culminación de “una ficción que lleva produciéndose muchos años en España”. El Grado queda completado con un Master de Investigación y otro en Ingeniería Industrial que se encuentra en trámites en la Universidad de La Laguna, concebido para “rellenar horas del profesorado y repartir títulos de master con pocas exigencias”, esgrime. Al respecto, hace referencia a las limitaciones de los titulados en la Isla, que “no tendrán posibilidad de acceder al mundo de la ingeniería más allá de los límites de Gran Canaria”, y cuya única finalidad será la de mantener “a duras penas” la tecnología importada y cubrir expedientes administrativos.
Calero advierte de que la nueva formación “frustra” a alumnos, que no colman sus aspiraciones por insuficientes; a titulados, que adquieren unos estudios “escasamente homologables” a nivel nacional e internacional; y a profesores, que “se ven obligados a transmitir a sus alumnos una pequeña parte de su caudal de conocimientos”.
Además, alerta de la infrautilización de los recursos bibliográficos asociados a los antiguos estudios de Ingeniero Industrial, y de buena parte del material de los laboratorios actuales “cuyo uso quedará fuera del alcance de los escasos conocimientos que nuestros futuros alumnos van a ostentar”. “Es posible que estos graduados se acomoden a la demanda social de Canarias, pero no para la 'otra Canarias' que necesita imperiosamente y a la que nuestros directivos políticos aluden continuamente. Y mucho menos puede esperarse que contribuyan a ese cambio necesario”, concluye.
“Estirar” materias
La representante estudiantil de la Asociación Canaria de Estudiantes Prograsistas ante el Consejo Social de la Ulpgc, Alba Oramas destaca las notables diferencias existentes entre el antiguo plan y el vigente, y señala el caso de que en las ingenierías técnicas se ha ampliado en un año la formación debido a un “estiramiento de las materias”.
Oramas denuncia que el espíritu práctico del plan Bolonia no se está viendo reflejado en las aulas y demanda que se fomente más este aspecto. Además, manifiesta que los alumnos siguen una formación que “saca a personas que saben hacer cosas generales, pero no particulares”.