Los forenses aseguran que el asesino de Francy Roca ''lleva la violencia dentro''
Los forenses aseguran que el acusado de degollar a un militar en Franchy Roca en 2006, que este miércoles confesó su crimen, “lleva la violencia dentro”, pues el corte que le propinó en el cuello “hasta la columna vertebral” fue un gesto de una “violencia inusitada”.
Así lo afirmó al término de la vista oral la letrada de la acusación, Josefina Navarrete, quien detalló que, al igual que el fiscal, mantiene la petición de 20 años de prisión por asesinato y 250.000 euros de indemnización, si bien el fiscal rebajó la pena por las lesiones que causó a su perseguidor de 9 a 5 años de cárcel.
Ricardo Gallego caminaba tranquilamente con su novia después de salir de una discoteca la madrugada del 26 de noviembre de 2006, cuando el acusado, Luis Alberto Morcillo, de nacionalidad colombiana y sin antecedentes, hizo insinuaciones a la muchacha, a lo que la víctima respondió que la “dejara en paz”.
Sin mediar más palabra, cuando iban a montar en el coche, el agresor abordó a Ricardo Gallego por la espalda y le cortó el cuello con tal fuerza que llegó a la columna vertebral y le causó la muerte inmediata.
Morcillo emprendió la huida y fue perseguido por varias personas, a una de las cuales le clavó una navaja.
Ricardo Gallego tenía 28 años y trabajaba como profesional de tropa y marinería en el momento de los hechos, mientras el procesado alegó durante el juicio que se encontraba bajo los efectos del alcohol y pasaba una mala racha por problemas con su mujer.
“Sinceramente esperamos que cualquiera que tenga problemas matrimoniales no salga con un cuchillo en la mano”, manifestó la letrada, quien apuntó que los análisis y pruebas psicológicas que se le realizaron al acusado determinaron que no había restos de alcohol ni de droga, como tampoco sufría trastorno alguno.
“Los forenses dicen que es una persona fría, agresiva, nacida en un ambiente violento y lleva la violencia dentro de sí”, detalló.
Los hechos han quedado “absolutamente claros” y la defensa pasó de pedir la libre absolución a adherirse a las peticiones de la acusación y el Ministerio Fiscal.
Además, el acusado “ha aceptado su responsabilidad y ha terminado con un alegato en el que pedía perdón, lástima que con eso no pueda solucionar nada de la desgracia que causó”, concluyó.