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Hacinados a la espera de un nuevo centro

Thalía Rodríguez / Thalía Rodríguez

Hacinados a la espera de que termine de construirse su nuevo colegio. En esta situación se encuentran los alumnos del antiguo CEIP Boliche, ahora conocido como CEIP en Siete Palmas.

La fecha prevista para la finalización de las obras del nuevo centro era el 28 de enero de este año. A día de hoy se puede observar que, aunque las obras están bastante avanzadas, aún queda mucho por hacer .El hecho de que se haya decidido ampliar la matrícula sin haberlo terminado está provocando serios problemas tanto para los trabajadores del centro como para los alumnos, “los principales afectados son los niños, que no tienen culpa de nada” señala José Morales, padre de uno de los alumnos.

Obras en el nuevo centro.

Morales afirma que desde la Dirección General de Centros e Infraestructura Educativa del Gobierno de Canarias aseguran que el traslado se realizará durante el mes de febrero de 2014, previsión de la que desconfía. El pasado miércoles, los padres y madres de alumnos iniciaron una recogida de firmas para exigir a la Consejería de Educación un “calendario real” para el traslado de los niños al nuevo centro.

Actualmente los grupos de primero a cuarto de primaria se han duplicado, pasando de 7 a 14 con una media de 25 alumnos en cada curso, lo que provoca graves problemas de falta de espacio.

Una de las entradas terminadas.

Morales ha asegurado a este periódico que debido al incremento del número de alumnos han tenido que sacrificar los espacios comunes, como la biblioteca - cuyo contenido se encuentra embalado a la espera del traslado - el aula de música o el espacio reservado para la acogida temprana, para utilizarlo como aulas de docencia normal. “Entendemos los problemas de la época que estamos atravesando, pero esto se podría haber evitado con una buena gestión”, asegura.

La Consejería de Educación ha ofrecido aulas modulares para paliar el problema, pero la dirección del centro ha rechazado la idea.

A la aglomeración se le suma el pésimo estado en el que se encuentra el edificio. Las instalaciones, que pertenecían al IES Saramago, anterior Colegio Nacional Extremadura, tienen más de 50 años.

Uno de los accesos al antiguo CEIP Boliche.

Hay dos accesos al centro; el primero por unas escaleras franqueadas por unos taludes inestables, “porque aquí no llueve, si no estaríamos lamentando alguna desgracia” señala Morales. El segundo acceso es un estrecho paseo asfaltado donde aparcan a diario los coches que bloquearían por completo la entrada de cualquier vehículo en caso de emergencia. Aunque lo más grave, señala Morales, es el hecho de que no se haya puesto al día el plan de evacuación.

El servicio de comedor se ha retrasado hasta este lunes y tendrá que realizarse por turnos de 45 minutos, al no haber espacio para que los niños coman todos juntos.

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