“Cuanto más libres, menos doble moral”
Carmen (nombre ficticio para proteger la identidad de la entrevistada) decidió interrumpir su embarazo a principios de los años 80 cuando no existía una ley que regulara el aborto.
Cuando decidió abortar, Carmen tenía 20 años y era estudiante universitaria, “no tenía mucho dinero. Gracias a la Red de Solidaridad de mujeres y hombres que hicieron una recolecta, pude viajar a Londres para interrumpir mi embarazo”.
Aunque tenía claro que quería interrumpir su embarazo, Carmen asegura que “supuso un trauma importante, un descalabro en mi vida. Irme sola a otro país, sin conocer el idioma, me marcó negativamente”.
Cuenta que llegó a Londres con unas tarjetas que le había preparado una amiga que hablaba inglés con frases que podían resultarle útiles allí. Recuerda que en el avión iban más mujeres. Por su apariencia eran mujeres acomodadas, todas mayores que ella. Carmen todavía no logra entenderlo; “Ellas iban ocultando una realidad a la que nos dirigíamos las tres. Todas habíamos quedado en el punto de información que tenían las clínicas en el aeropuerto. Un servicio fundamentalmente dirigido a mujeres españolas que iban a la capital británica a abortar. También te recogían donde te estabas alojando y te llevaban a la clínica”.
Carmen hace hincapié en la doble moral que reinaba en aquella época: “abortaban a escondidas y luego se manifestaban en contra. Recuerdo eso con espanto porque yo era más joven y la más pobre en esa época y me vi un poco sola”.
No olvida los nervios que pasó por si le preguntaban por qué quería abortar, “me preguntaron y dije la verdad, que en ese momento no estaba preparada”, asegura.
Una vez realizada la operación con éxito Carmen recuerda que fue trasladada a una habitación de grandes dimensiones, “compartí habitación con más de 10 mujeres. Todas españolas. Tuve la oportunidad de hablar con mujeres jóvenes como yo que también habían ido solas”.
Doble moral
Carmen se declara firme defensora del aborto. “Cuanta más libertad haya, menos espacio se da a la doble moral y a la hipocresía”, afirma. En relación a las intenciones del Gobierno central de derogar la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo expresa su rechazo, “nos vamos a ver aquí organizándole el viaje a mujeres que no pueden pagarse un aborto”
Recuerda que en un debate radiofónico sobre el aborto en 1983 en el que participó junto a una compañera feminista, un médico muy conocido en Canarias, propietario de una clínica especializada en maternidad, y que se mostró contrario al aborto durante el espacio radiofónico, “a micrófono cerrado nos dijo a mi compañera y a mí que no nos preocupásemos si algún día necesitábamos abortar ya sabíamos dónde acudir”.