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Nacer en Canarias y emigrar a la inversa

Bachir Samb con su libro autobiográfico Una carta a Adelina

Alicia Justo

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La particularidad atlántica de Canarias la ha convertido en los últimos años en una puerta de entrada a miles de soñadores procedentes del continente africano. Sin embargo, afrontar este recorrido en sentido contrario es un acontecimiento singular. Así hizo Bachir Samb, de padres senegaleses, que nació y se crió durante sus primeros años en Canarias, y que cuando aún era un niño se marchó a vivir a la tierra de sus progenitores, donde no tuvo más remedio que readaptar su mirada y enterrar sus prejuicios. 

Bachir nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1997. Aquí empezó a vivir con sus padres en el barrio de Guanarteme, al lado de la playa de Las Canteras, hasta que un día, su vecina Adelina, que residía unos pisos más arriba del de su familia, lo acogió en su casa. Hasta los 8 años compartió su vida con esta señora que prácticamente lo crió, con quien pasaba toda la semana hasta que llegaba el viernes, el día que su madre lo recogía para ir a rezar a la mezquita. La mayor parte del tiempo lo pasaba con Adelina, quien lo llevaba a hacer surf a Las Canteras y los domingos a Agaete a comer paella. Bachir recuerda los días vividos en Gran Canaria con mucha felicidad, como esas navidades en las que era el primero en colocarse al lado del árbol para descubrir sus regalos. 

En el verano de 2005, cuando ya había terminado el curso escolar y casi comenzaba ya a disfrutar de sus vacaciones de verano, su madre le propuso pasar esa temporada con su abuela en Dakar. Bachir se marchó y lo que en principio se había programado para tres meses, terminó siendo 14 años. Comenzó una nueva vida en Senegal, una tierra que nunca había pisado y lejos de su ciudad natal y, sobre todo, de Adelina. 

Recuerda que sus ojos acostumbrados al paisaje de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria chocaron contra otro completamente distinto. O sus oídos, habituados al idioma español, se extrañaron al escuchar el wolof de sus nuevos compañeros de vida. Una de las cosas que más le llamó la atención fue la arena en el suelo nada más bajar del taxi que lo condujo del aeropuerto a la casa de su abuela en la capital senegalesa. “Nunca había visto eso, porque en Gran Canaria la arena está en la playa; en las calles hay acera. Así que cuando vi la arena dije no, no voy a bajar aquí”, rememora. 

Comenzó a echar de menos esos domingos en Agaete comiendo paella, sus tardes de surf en Las Canteras y la playa en general, ya que en Dakar vivía lejos de la costa. Aún así, no le quedó más remedio que adaptarse y comprender que esa etapa también le enriquecería. Por ejemplo, gracias a su vida en Senegal, Bachir puede hablar cinco idiomas.

Pero sobre todo, le serviría para desmontar los prejuicios con los que viajó a Senegal y sobre los que comenzó a reflexionar con 14 años tras las preguntas que Adelina le trasladaba por teléfono. 

Es precisamente la figura de esta mujer canaria la que le ha animado a escribir su primer libro, Una carta a Adelina, donde le cuenta por escrito todo aquello que quiso desvelarle a medida que iba creciendo y descubriendo en Senegal. Ella, basada en todo lo que había visto en los medios de comunicación lo llamaba durante los primeros años y le preguntaba: “¿Pasas hambre? ¿Hay guerra?”. Y él, como niño que aún era, le respondía inocentemente que no había nada de eso, que su única preocupación era hacer amigos. 

Esa desinformación que acompaña al continente africano, como dos fuerzas magnéticas difíciles de separar, marcó a Bachir. Él también viajó a Dakar con esos prejuicios a cuestas, embriagado de tantas y tantas malas noticias que solo cuentan del continente africano. “Suelen decir África y África es un continente y dentro de él hay países como Senegal, Marruecos y muchos más. Y al ser Senegal un país de África, yo pensaba lo que ponían en la tele”.

Así que para desmontar todas esas ideas preconcebidas de un territorio tan diverso como el continente africano, Bachir cuenta en forma de misiva todos los mensajes destinados a Adelina, quien seguro que después de leer toda su experiencia hubiera cambiado de postura: “Me habría dicho: pues ahora ya no voy a fiarme de los medios que me dan todas esas imágenes”. Pero además, Una carta a Adelina también se concibe como “una carta abierta al mundo” para aquellas personas que quieran leer la experiencia de alguien que ha nacido en Europa y va a África por primera vez. 

Bachir terminó graduándose en Senegal y regresó a España hace dos años para comenzar a construir su carrera como actor. Permaneció un tiempo en Las Palmas de Gran Canaria, aunque Adelina ya había fallecido, para más tarde mudarse a Barcelona donde estudió interpretación y después a Madrid, ciudad en la que reside en la actualidad. Activista y artista multifacético: es actor, escritor y cantante. En esta última disciplina, Bachir ha compuesto una canción en la que pone letra y melodía a lo que siempre quiso contarle a Adelina y cuyo videoclip ha lanzado también este mes de junio.

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