Un sobrino del marqués de La Oliva intenta paralizar las obras del paseo de Corralejo

El muro junto al restaurante Waikiki, perteneciente a una vieja rotonda, que el empresario se niega a que sea demolido para poder ejecutar el paseo marítimo de Corralejo.

Canarias Ahora

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La sombra de Domingo González Arroyo, que durante más de cuatro décadas fuera alcalde de La Oliva (26 años), consejero del Cabildo de Fuerteventura (20), diputado regional (20) y senador (cuatro años) sigue proyectándose sobre ese municipio turístico. Un sobrino del conocido como marqués de La Oliva o de las Dunas de Corralejo, intenta paralizar por la vía penal una vieja aspiración del sector turístico de la zona, un paseo peatonal que una el puerto de Corralejo con las dunas

Francisco González, propietario de varios establecimientos de hostelería en la zona, ha interpuesto una querella por prevaricación y tráfico de influencias contra el alcalde de la localidad, Isaí Blanco, de Coalición Canaria, y la Corporación en su conjunto, por considerar que el proyecto, que cuenta con todas las bendiciones de Costas y que se sufraga con fondos Next Generation de la Unión Europea, invade su propiedad, concretamente la correspondiente a uno de sus locales, denominado Waikiki.

En la querella, González sostiene que el Ayuntamiento aprobó el proyecto sin tramitar previamente un expediente expropiatorio sobre su propiedad y sin concederle trámite de audiencia, según ha publicado el digital Atlántico Hoy.

En realidad lo que el querellante denomina su propiedad y lo que está en el centro de la acción que emprende el empresario son las mesas y sillas del Waikiki, que complementan al local y se encuentran en la zona colindante de playa sujetas a un permiso municipal de colocación en zonas previamente autorizadas por Costas al Ayuntamiento para un periodo de cuatro años.

En su opinión, el paseo marítimo derriba un muro de manera ilegal, un pequeño muro que en su día perteneció a una rotonda ya desaparecida y que se encuentra ahora mismo en primera línea de playa. Ese muro sirve a su negocio como elemento de delimitación y soco para sus clientes.

Para defender su postura, este empresario se remite a una sentencia de 2021 que establece su derecho individual a la concesión sobre el restaurante en base a la ley de costas de 1988, que otorgó a los propietarios afectados el derecho a una concesión donde antes estaba su propiedad. Pero lo que pone en duda el Ayuntamiento sentencia en mano es el derecho de los propietarios sobre la playa, que es donde se encuentran las mesas y sillas del Waikiki. Y, por supuesto, su titularidad sobre la rotonda.

Según ha mostrado públicamente el propietario a los responsables del proyecto, lo que le irrita es la desaparición de ese muro que da abrigo a las mesas y sillas que su establecimiento ha desplegado históricamente sobre esa zona de la playa. Incluso en la querella insinúa que ese muro es de su propiedad y parte de su establecimiento, extremo que, sostiene, no ha sido tenido en cuenta.

No es la primera vez que el sobrino del marqués de La Oliva actúa judicialmente contra el alcalde de la localidad. Según Atlántico Hoy, en 2023 una querella suya contra el regidor llegó a la Audiencia Provincial de Las Palmas por la licencia de otro local de su propiedad que el Ayuntamiento trató de anular.

Este periódico ha tratado de obtener la versión del alcalde de La Oliva perl, hasta el momento, ha declinado contestar a las preguntas formuladas, incluso por WhatsApp.

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