Supervivientes de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki visitarán Gran Canaria

Noventa y cuatro supervivientes de la bomba atómica que asoló las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 tienen previsto llegar a Gran Canaria el próximo 15 de noviembre. La comitiva arribará al puerto de La Luz y de Las Palmas a bordo del Peace Boat (El Barco de la Paz), un crucero que recorre el planeta y que trata de tener presente la catástrofe nuclear que mató en Japón a más de 200.000 personas y que dejó graves secuelas en otras 100.000.

Peace Boat es una organización no gubernamental, creada en 1983 y con sede en Tokio, que trata de promover la paz, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y el respeto por el medio ambiente. Con su labor pretende “crear concienciación y acción con las que conseguir cambios sociales y políticos en el mundo”, según indica en su página en Internet. Para ello, organiza programas educativos globales, de turismo responsable, proyectos de cooperación y campañas de sensibilización.

El denominado Barco de la Paz llegará a Gran Canaria, procedente de Barcelona, en la LXIII edición de los viajes que programa esta ONG alrededor del planeta. Después de su estancia en la Isla, partirá rumbo hacia La Guaira, en Venezuela para terminar su recorrido en el puerto de Yokohama, Japón, a finales de diciembre.

Mioko Takiwa coordina desde tierra las acciones de esta ONG y desde hace varias semanas organiza la llegada de sus compatriotas. “Estarán aproximadamente diez horas en Gran Canaria. Visitarán la plaza de Hiroshima y Nagasaki en Telde y después se desplazarán hasta el teatro para dar una charla sobre sus vivencias. También hemos sido invitados por el ayuntamiento de la Villa de Ingenio. La intención es fomentar el intercambio cultural entre los pueblos del mundo”, explica.

“En su estancia en el puerto de Da Nang, en Vietnam”, revela Takiwa, “los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki pudieron compartir unas horas con personas que habían sufrido la Guerra de Vietnam, que habían sido afectados por el Napalm, el combustible que rociaba el ejército norteamericano por la selva. Fue una experiencia muy enriquecedora para todos que espero que se repita en otros rincones del planeta”, expone.

En el crucero, junto a los 94 supervivientes, viajan otros 600 pasajeros que “realizarán una ruta turística por Gran Canaria. Son personas que quieren aprovechar sus días de vacaciones, viajar alrededor del mundo y, además, asumen por completo la filosofía y la cultura de la ONG”, apunta Takiwa.

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