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Así sería el teleférico de La Isleta

Estación del Teleférico de Las Palmas en El Vigía

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

A principios del pasado mes de agosto la Autoridad Portuaria de Las Palmas, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el ingeniero industrial Rafael Cabrera presentaron el proyecto del teleférico de La Isleta. Se trata de una obra que se define en la memoria de la sociedad Teleférico de Las Palmas como una instalación “singular de la que pocas capitales de provincia españolas pueden presumir” y que busca, entre otras cosas, potenciar “el orgullo e identidad local”.

El teleférico está previsto que arranque en donde está el actual aparcamiento frente al Centro Comercial El Muelle y llegue hasta la parte exterior de la Montaña El Vigía en un recorrido de 2.270 metros. Para ello se dispondrían de 18 cabinas que pueden desplazar hasta ocho pasajeros cada una y que recorrerían el trayecto en seis minutos y 20 segundos a una velocidad que rondaría los 21 kilómetros por hora. Según Teleférico de Las Palmas en total podrían utilizarlo unas 600 personas por hora y estiman que al año podría tener un total de 300.000 visitantes, unos 1.000 por día los 300 días que estaría en funcionamiento. Los precios serían de 18 euros para los no residentes y de 10 para residentes y niños.

El sistema utilizado es el de monocable con góndolas desembragables, es decir, utiliza un solo cable que desempeña la doble función de soporte y tracción. Dado que el cable gira constantemente alrededor de las dos estaciones terminales, se clasifica esta instalación como una de movimiento continuo. Un agarre desembragable permite a las cabinas soltarse al entrar en las estaciones, ralentizar su marcha y volver a engancharse otra vez a la salida de las mismas. Las cabinas circularían con sentido al contrario al del reloj y se harían necesarias siete torres.

La primera de ella sería de compresión y estaría situada a unos ocho metros de la estación central y tendría una altura de 13,4 metros. Tras ella irían dos torres de soporte; la primera de 33 metros de altura situada a 153,36 m. de la torre de compresión en la zona ajardinada junto al Acuario, Poema del Mar y la segunda de 45 metros de altura a 431,39 metros de la anterior, en el Muelle de Rivera.

Las siguientes torres serían de soporte y comprensión, la primera en un solar de la calle Anzofé en La Isleta (a la altura de la manzana entre Benecharo y Artemi Semidán) que tendría 41 metros de altura y la segunda de 47 metros de altura en el solar de Guaguas Municipales en El Sebadal, en la calle Arequipa. Las dos últimas torres, de soporte, irían situadas a 14, 40 metros y 7,90 metros de la estación superior con unas alturas respectivas de 11,56 metros y 9,05 metros. En total las torres situadas en zona portuaria y urbana ocuparían en superficie 25 metros cuadrados cada una (cinco metros de base y cinco de altura), mientras que la torre de compresión situada en las inmediaciones de la estación base y las dos torres de apoyo situadas a la llegada de la estación superior ocuparían cuatro metros cuadrados.

Debido a que el tendido se dispone entre Anzofé y Arequipa, las cabinas pasarían por encima de las calles isleteras de Tauro, Tecén, Fontanales, Benecharo, Guayedra, Tamarán, Tenesor, Menceyes, Palmar, Alcorac, Angostura y Nouadhibou. A ellas hay que añadirle las calles Juan Rejón y La Naval, dos de las principales arterias del barrio del Puerto.

Inversión de 10 millones de euros

Los promotores de esta iniciativa estudian invertir 10,6 millones de euros y creen que en cinco años podría estar amortizado. En total se crearían 30 puestos de trabajos directos con un salario medio de 52.000 euros al año.

El recorrido comienza en una estación que ocuparía una superficie de 704 metros cuadrados. De base rectangular, contaría tres plantas, la baja totalmente diáfana y las otras dos serían las que albergarían la estación.

La planta inferior se plantea casi totalmente diáfana con una altura de cinco metros. Es transitable ocupando solamente el espacio de los pilares soportes del edificio y las escaleras de subida y bajada. Se intenta con ello que el edificio no sea un obstáculo para la comunicación peatonal del Puerto y la Ciudad al tiempo que permite su integración con la zona ajardinada que se plantea a su alrededor.

Mientras, en la planta primera se ubican las oficinas, venta de tickets, aseos, boutique, almacenes, así como las zonas de desembarco de escaleras y circulación, y en la segunda iría ubicada la estación de atraque de las cabinas, pasarelas para el embarque y desembarque de pasajeros, la zona de control, almacén y en los laterales la zona de almacenamiento de cabinas.

El final del trayecto está pensado en la Montaña de El Vigía, donde situarían una estación de dos niveles. El nivel inferior es la estación superior propiamente dicha y el superior, al que se accede mediante rampa inclinada, es donde se ubicaría la plataforma mirador y la cafetería, que irían sobre el hormigón ya existente sobre la montaña. Este área contaría con una amplia terraza de forma circular para contemplar los paisajes circundantes.

La sociedad impulsora tiene estudiado crear un museo y un centro de interpretación. El museo geológico iría al aire libre y estaría situado entre la plataforma y las construcciones correspondientes al primer puesto artillero. La intervención consistiría en la colocación de las diferentes muestras de rocas existentes en la isla, con sus paneles explicativos correspondientes, bancos de descanso, pasillos de circulación en madera y vallado perimetral de protección, así como al plantado de especies autóctonas de la zona.

Mientras, el centro de interpretación del paisaje protegido de La Isleta sería similar al situado en el Roque Bentayga. Iría ubicado en la parte sur del parque de divulgación geológica, cerrando la estación por ese lado. Su construcción se haría mediante medios convencionales, quedando parcialmente empotrado en el terreno, de forma que su forjado coincida con el nivel del mirador circular superior, a los efectos de poder continuar dicho mirador a lo largo del techo del centro. En caso de no ser autorizado sobre esta superficie se prolongaría el parque de divulgación geológica.

Con este museo se pretende contribuir a la divulgación de los aspectos históricos, geológicos, biológicos y etnográficos de este entorno protegido y rendir homenaje a los investigadores históricos de La Isleta, tales como Olivia Stone, René Vernau y a aquellos más recientes como Jorge Miranda Valerón, Rubén Naranjo Rodríguez y Juan G. Santiago Casañas, entre otros.

Desde Teleférico de Las Palmas hacen hincapié en que estas construcciones dentro de La Isleta estarían hechas en instalaciones militares en desuso y que, con excepción del necesario pilotaje para la sujeción de la unidad de llegada de las cabinas, la intervención se haría mediante la utilización de andamiaje de madera sobre los terrenos actualmente construidos y con una rampa metálica colocada sobre el terreno para la unión de la plataforma de embarque con la parte superior de la estación.

Además se comprometen, en colaboración con las autoridades correspondientes, a realizar con carácter inmediato la limpieza general de la zona porque presenta actualmente un alto grado de contaminación física. Asimismo se procederá al adecentamiento de las construcciones existentes, con eliminación de aquellas superfluas, mimetizándose con el terreno.

Como curiosidad, cuando la sociedad presidida por Rafael Cabrera presentó en mayo el proyecto también propuso un trazado alternativo, que finalmente se descartó, que tenía como punto final el Faro de La Isleta. La propia Teleféricos de Las Palmas indicaba sobre este trayecto que podía tener un mayor atractivo para el visitante por cruzar el malpaís de La Isleta y durar más tiempo, pero al estar esta ruta más alejada, la altura relativa de la montaña es menor y por tanto la perspectiva a contemplar es más plana que en el otro supuesto. Adicionalmente la montaña de El Vigia y Las Coloradas ocultan buena parte del muelle y la costa norte a la vista desde la estación superior, mientras que los consumos energéticos serían mayores y sería necesario instalar torres dentro del espacio natural.

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