Las tormentas solares podrían afectar a las comunicaciones en 2012
Las tormentas solares influyen en el funcionamiento de los satélites, las comunicaciones o los sistemas GPS. En especial, cuando estas tormentas adquieren una virulencia mayor y esto se produce en ciclos de once años. Acabamos de iniciar uno de esos ciclos y 2010 se postula como el momento de mayor incidencia.
El doctor en Física Solar del Instituto Astrofísico de Canarias, Manuel Vázquez, explica estas tormentas que “existen desde que existe el Sol”. Se producen habitualmente aunque, desde hace sólo cincuenta años, sabemos que el Sol emite un fluido compuesto de electrones y protones (partículas cargadas eléctricamente) y que forman lo que denominamos “viento solares”.
“Este viento solar”, continúa Vázquez, “de vez en cuando, se ve intensificado por una tormenta”, una liberación repentina de material solar, “miles de millones de toneladas de protones y electrones que son lanzados al campo magnético interplanetario”. O, lo que es lo mismo, una tormenta solar.
Estas tormentas solares varían en ciclos de once años y, según señala Manuel Vázquez, “justo en estos momentos nos encontramos en el inicio de uno de esos ciclos electromagnéticos” y avisa que “el máximo índice de este ciclo se espera hacia dos mil doce”. De hecho, la primera tormenta solar de este ciclo tuvo lugar hace apenas unos días.
Influencia de la Tierra
Estas nubes solares se propagan por el Espacio aunque, afortunadamente, “sólo nos alcanza un aparte de estas partículas” gracias a la función de escudo protector que desempeña el campo magnético de nuestro planeta.
Sin embargo, “en determinadas circunstancias, estas partículas logran entrar en el campo magnético de la Tierra y es entonces cuando ejercen una fuerza importante que se manifiesta en algo tan espectacular como pueden ser las Auroras Boreales” pero, señala, “sobre todo, las repercusiones en las comunicaciones”.
Los protones y los electrones son partículas cargadas eléctricamente y, cuando penetran en nuestro espacio cercano, perturban todo lo que es nuestro mundo electrónico de comunicaciones, todos los satélites se ven perturbados en su funcionamiento por la llegada de una tormenta solar importante.
Un acontecimiento que, en palabras de Manuel Vázquez, “no sólo tiene un interés científico sino una repercusión económica importante”. Precisamente por eso, “cada vez es más importante predecir cuándo ocurre una tormenta en el Sol y cuáles van a ser las consecuencias sobre La Tierra”. Y añade, “si tenemos la posibilidad de saber con unas horas de antelación, o al menos, unos días, podemos tomar las medidas de precaución”. Y pone un ejemplo, “es algo similar a lo que sucede en La Tierra con la meteorología”.
Estas tormentas solares afectan de manera directa a la actividad que realizan los astronautas que se encuentran de forma permanente en la Estación Espacial Internacional, situada a 300 kilómetros de altitud. La influencia de estas partículas solares en los astronautas pueden provocar “efectos importantes, podría ser mortal o aumentar las posibilidades de desarrollar algún tipo de cáncer o de lesión genética”.
De hecho, una de las principales dificultades con las que se están encontrando para realizar viajes a Marte, es “cómo proteger a los astronautas durante un viaje que puede durar un año”. Y añade, “se está investigando esta cuestión, cómo dotarles de protección adecuada pero todavía no se ha tomado una decisión”.
En estos casos, apunta Manuel Vázquez, “los astronautas se refugian en una zona protegida de la Estación Espacial”. En la actualidad existen varios centros en el mundo que, al igual que con las predicciones meteorológicas, ofrecen información acerca del tiempo solar para los próximos días.
Antecedentes
Las tormentas solares se han producido desde siempre. Lo que las hace tan particulares en nuestros días es, precisamente, la evolución tecnológica que hemos desarrollados. Una de las primeras tormentas solares de importancia de la que se tiene conocimiento tuvo lugar entre 1 y el 2 de septiembre de 1.859. Entonces causó un desastre en las redes eléctricas y en las comunicaciones (entonces el telégrafo).
Sin embargo, la revolución tecnológica ha traído consigo nuevos materiales, más resistentes y preparados para este tipo de situaciones. No en vano, otras tormentas solares de gran incidencia han tenido lugar en 1.97, 1.921 o, más recientemente, en el año 2000.
Pero la prevención es necesaria. El propio Manuel Vázquez avisa, “lo que tienen que hacer los propietarios de los satélites es desconectarlos o rebajar sus niveles de actividad para proteger nuestro ciberespacio”.
Para Manuel Vázquez, la repercusión que pueden tener estas tormentas es clara, “es el mismo efecto que hacerse una radiografía, una al año no supone un riesgo pero, una exposición continuada?” y llama a la precaución especialmente en el archipiélago, “una zona que se encuentra en el Trópico y donde los rayos solares llegan con mayor incidencia”.
Estos efectos se acentúan cuando mayor sea la altura a la que nos encontremos y advierte, “las tormentas solares implican una mayor emisión de radiación ultravioleta”.
En cuanto a predicciones apocalípticas, Manuel Vázquez es claro, “no merece dedicarle ni treinta segundos”. Tal y como explica “el mundo se termina cada dos años y siempre hay quien quiere vender un libro o hacer una película y, la película, puede ser muy bonita pero, es como hablar de adivinadores”.
Manuel Vázquez tranquiliza tras las especulaciones que apuntan a un desastre mundial en 2012, cuando el ciclo solar alcance su cénit y satélites y telecomunicaciones colapsen hospitales y aeropuertos. Pero avisa, los rayos ultravioletas, inciden especialmente. Pero eso ya nos lo advierten los dermatólogos.