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La fase 2 adelanta el verano en la playa de Las Canteras, pero con mascarillas

Playa de Las Canteras

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Saioa Blanco, juntos a sus dos hijos, observaba apoyada en una barandilla un hueco donde poder colocar su toalla en la playa de Las Canteras y así mantener la distancia de seguridad. Eran en torno a las 16.00 horas, la marea estaba subida, y el emblemático arenal de la capital grancanaria ofrecía una estampa veraniega desde La Cícer a la Puntilla, pero con las mascarillas ya formando parte de la llamada transición hacia la nueva normalidad.

Gran Canaria entraba este lunes en la fase 2 de la desescalada y, con esta etapa, volvían los baños y el uso recreativo de las playas, una opción tan esperada como deseada para los isleños. “Teníamos muchas ganas”, reconoce Blanco, quien sí ha echado en falta, por ejemplo, que se habilitara una zona específica para personas mayores.

Según el protocolo recomendado desde el Ministerio de Sanidad y detallado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la ubicación de los objetos personales, toallas, tumbonas y elementos similares se llevaría a cabo de modo que se garantizara el perímetro de distanciamiento establecido de, al menos, dos metros. Así, se podían divisar algunas sombrillas, objetos que el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha prohibido en sus playas.

Además, se ordenaría el cierre y acceso en determinadas zonas durante la pleamar para garantizar la distancia física, algo que durante la tarde no llegó a producirse. Los socorristas observaban en la arena y agentes de la Policía Local vigilaban desde el paseo de Las Canteras lo que definieron como un día “tranquilo”, dejando a la responsabilidad individual el mantenimiento de unas distancias que el poco espacio de los arenales a duras penas permitía.

También, desde las 12.00 hasta las 19.00 horas, el Ayuntamiento ha permitido la práctica deportiva, siempre que no se mantenga contacto físico y con distancia de dos metros. Con esta medida, a las imágenes de surfistas desde la fase 0 se han sumado las de personas jugando a las palas o al fútbol, deportes que consistorios como el de Mogán han impedido.

Con la fase de la desescalada también comenzaba este lunes la posibilidad de dar paseos en horarios más amplios -a cualquier hora excepto entre las 10:00 y las 12:00 y entre las 19:00 y 20:00, reservadas para las personas mayores-, para lo que el Consistorio capitalino había dispuesto desde el fin de semana del 16 y 17 de mayo señalética específica para indicar los accesos a la playa o la dirección en la que se debía transitar.

La reapertura del centro comercial Las Arenas

La reapertura del centro comercial Las ArenasAdrián Santana comenzaba a trabajar como vigilante de seguridad este lunes en el centro comercial Las Arenas, ubicado en uno de los extremos de la playa de Las Canteras, después de quedarse en el paro “justo cuando comenzó el estado de alarma”. Asegura que acudió con ganas a su puesto de trabajo desde las 10.00 horas y reconoce que esperaba más afluencia de público en un espacio que solía concentrar a numerosas personas antes de la pandemia generada por la COVID-19.

La fase 2 de la desescalada también ha permitido la reapertura de los centros comerciales con aforo del 30% en las zonas comunes y del 40% en los locales individuales con el objetivo de evitar aglomeraciones. Así, el centro comercial Las Arenas volvió a abrir sus puertas con señalética que indica por donde se debe transitar, reforzando la vigilancia con 14 trabajadores de seguridad, con sus salas de cine aún cerradas y sin permitir hacer cola para entrar a las tiendas, “si quieren entrar, pero el aforo del establecimiento está completo, deben dar una vuelta y regresar”, explica Santana.

Todos locales, con independencia de su superficie, podían abrir al 40% de su capacidad en cada una de sus plantas, manteniendo una distancia mínima de dos metros entre clientes y con horario de atención prioritario para mayores de 65 años. Muchas tiendas han estado trabajando durante el fin de semana con el objetivo de informar a sus trabajadores de los protocolos, preparar las señalizaciones que especificaran las distancias de seguridad, el orden de circulación o disponer los geles hidroalcohólicos en la entrada.

Cathaysa ha vuelto a su puesto a jornada completa en una tienda ropa del centro comercial. Aunque reconoce que tenía ganas de regresar a la actividad, reconoce el “agobio” que está suponiendo realizar las labores de desinfección de forma periódica con el escaso personal que tiene actualmente el establecimiento, pues solo cuenta con otros dos compañeros que trabajan en horario reducido. Situación similar a la de Bryan, también empleado en otra tienda de ropa, quien se turnaba con su compañera para atender a los clientes y llevar a cabo tareas de higiene, como poner la ropa en cuarentena cada vez que un consumidor decide probarse alguna prenda. Ambos manifestaron que esperaban una mayor afluencia de clientes al ser el primer día en el que se permitía acceder a los locales del centro comercial.

A la entrada de una tienda dedicada a la venta de perfumería, un cartel indicaba las directrices para acceder al interior: “Uso de mascarillas, control de temperatura, lavado de manos, uso de cesta desinfectada y distancia de seguridad”. Lorena, una de las 11 trabajadoras que se han reincorporado, dice que llevan desde el jueves poniendo todo a punto y, en este caso, es una empresa externa la que se encarga de la desinfección total del establecimiento, que debe realizarse en cada cambio de turno. Dice que las ventas el primer día están yendo “bien”, sobre todo en productos de perfumería y cosmética, pero reconoce que el trabajo ha aumentado al tener que limpiar “cada 30 minutos” todo el mostrador o determinadas zonas. Añade que ha afrontado el regreso a la actividad con “optimismo”, con ganas de reencontrarse con sus compañeras y “sin miedo” ante las medidas de seguridad que han implantado desde la empresa.

Comer dentro de un restaurante

Comer dentro de un restauranteAunque el restaurante El Churrasco, ubicado en la calle Olof Palme de la capital grancanaria, cuenta con una terraza, no ha sido hasta este lunes cuando ha decidido abrir sus puertas con un 40% del aforo en su interior y el 50% en el exterior. En torno a las 14.00 horas, dos clientes tomaban asiento: “Llevábamos esperando venir aquí casi desde que se decretó el estado de alarma”, aseguran, sin esconder que para ellos poder volver a almorzar dentro de este local supone “una gran satisfacción”.

Mario Gil, propietario del establecimiento, asegura que ya tiene todo reservado durante esta semana, algo que ha recibido como un “orgullo” porque significa que la clientela ha respondido a ese “trabajo del día a día” y el esfuerzo con el que se han mantenido abiertos durante 22 años “con la misma oferta gastronómica, con los mismos olores e idéntica filosofía de cuidar el trato al cliente, somos como una gran familia”.

Gil asegura que ahora no cambiarán su “esencia”, aunque reconoce que deben adaptarse a las fases de la desescalada y, dado que solo pueden mantener un 40% del aforo, se han reincorporado a sus puestos de trabajo el mismo porcentaje de personal. Pero dice que poco a poco el resto de la plantilla regresará porque “El Churrasco seguirá por muchos años más”.

“Hay que ser optimistas pero realistas. Tenemos que empezar lentamente y no vamos a facturar lo mismo que antes. Esta escalada va a ser lenta, difícil, pero si hay ánimo y alegría podremos llegar a puerto, es una cuestión de paciencia”, concluye.

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