Junio, el mes 'horribilis' para Tenerife, con casi 2.500 contagios y vuelta al nivel 3 de alerta

Mapa de los casos activos en Canarias

María Rodríguez Santana

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Tenerife entra de lleno en la noche de este viernes, a las 00:00 horas del sábado, en nivel 3 de alerta sanitaria. El repunte de los contagios comenzó en junio y, desde ese momento, la curva epidemiológica emprendió un viaje cuesta arriba ininterrumpido, en el que cada día han empeorado a cuenta gotas los datos. La isla comenzó el mes con una incidencia acumulada (IA) a 14 días de 92 casos por cada 100.000 personas y a siete días de 43,1 casos. En ese momento, las cifras de coronavirus en Tenerife presentaban una cierta armonía si se comparaban con los del resto del Archipiélago. La nueva normalidad estaba solo a un paso.

Las islas mantendrían esa línea, excepto Tenerife, que empezó a experimentar una crecida disparada de los contagios de COVID-19, algo que no ha podido revertir hasta el momento. Actualmente, la isla del Teide anota una IA a 14 días de 182 casos por cada 100.000 habitantes y a siete días de 101. Ambos indicadores, dos de los más importantes para medir la evolución pandémica de una zona, se encuentran en riesgo alto, según los semáforos establecidos por el Ministerio de Sanidad. Además, el número de contagios registrados en esta última semana roza el millar y, si se echa la vista más atrás, la isla acumula casi 2.500 contagios en lo que va de mes.

Lo que está pasando en Tenerife, irremediablemente, ha salpicado al resto del Archipiélago. Este jueves se ha conocido que el Reino Unido, uno de los principales países emisores de turistas a las Islas, ha excluido a Canarias de su lista verde y continúa obligando a los ciudadanos británicos que viajen al Archipiélago a realizar diez días de cuarentena al regresar.

Lo cierto es que, a pesar de que la vacunación va viento en popa, Tenerife registra datos bastantes similares a los del pasado diciembre. Precisamente, el aumento de los contagios durante esa época obligó a imponer restricciones severas durante la Navidad en la isla, algo que, por otro lado, le ayudó a salir casi invicta de esta época, mientras el resto de sus vecinas comenzaba a notar la llegada de la tercera ola. Sin embargo, este efímero descanso solo fue la antesala de otro repunte en el mes de febrero, que le hizo subir a nivel 3, en el que se mantuvo durante más de un mes y medio, viendo incluso cómo Gran Canaria sí lograba aliviar las restricciones por su favorable evolución. Semanas después, la isla consiguió contener la pandemia y bajar al segundo nivel más bajo de alerta, en el que no ha logrado estar ni un mes.

Solo había que ver la curva epidemiológica de Tenerife durante el mes de junio para tener claro qué ficha iba a mover esta semana el Gobierno de Canarias en su Consejo semanal. Tras meditarlo y estudiarlo durante semanas, el Ejecutivo consideró el pasado miércoles que los datos que está presentando la isla merecían un ascenso de dos escalones en su nivel de alerta: directa al 3. Lo desconcertante y lo que hace que la situación sea algo más grave es que ni siquiera los técnicos de Sanidad tienen claras las razones de este empeoramiento, aunque, sin evidencias claras, apuntan a los jóvenes como posible foco.

Coalición Canaria y PP, en contra de cerrar la hostelería

En cualquier caso, y a pesar de que la decisión del Gobierno regional no solo se veía venir, sino que es la única solución para revertir la situación en Tenerife, algunos políticos se han visto sorprendidos ante esta resolución. Uno de ellos es el alcalde de la ciudad que ha sido esta semana el mayor foco de contagios de COVID-19 de toda España, Santa Cruz de Tenerife. José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria) considera que este aumento de las restricciones, lejos de ser por el bien de la isla, es un plan del Ejecutivo para “criminalizar a la ciudadanía de Santa Cruz de Tenerife”, ya que, según el alcalde de la capital tinerfeña, los datos que maneja el Gobierno de Canarias “no son ciertos”. 

A partir de este sábado, los locales de restauración y hostelería deberán cerrar su actividad interior, tal y como establece el plan de medidas propias del nivel 3, una restricción con la que tampoco está de acuerdo Bermúdez. Por contra, el alcalde de Santa Cruz de Tenerife sí mantiene los parques cerrados a partir de las 19.00 horas.

Sin embargo, el regidor tinerfeño no ha sido el único en criticar el Gobierno canario por subir de fase a Tenerife. Al portavoz del Partido Popular y concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, le ha parecido “alucinante”, cómo él mismo escribió a través de sus redes poco después de la celebración del Consejo, la decisión tomada por el equipo de Ángel Víctor Torres, a pesar de que la desfavorable evolución sanitaria de Tenerife era vox populi incluso antes de entrar en la segunda quincena de junio.

Este viernes, Salud Pública ha reconocido en un informe que el paso de Tenerife del nivel 3 al 2 de alerta epidemiológica el pasado 2 de mayo fue precipitado, ya que con 60 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes no se respetaron los 14 días de estabilización pertinentes, como sí se hizo en Gran Canaria.

A partir de este sábado, con más restricciones, pero sin la obligatoriedad de llevar mascarilla en exteriores y sin reforzar la vigilancia del cumplimiento de las normas, vuelve a quedar en manos de la responsabilidad individual el lograr doblegar la curva de contagios, que ya le ha costado al Archipiélago el regreso del turismo británico al inicio del verano.

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