Las mujeres tienen patrones urbanos de movilidad más sostenibles que los hombres

Vehículo de un servicio de la empresa pública TITSA, en una imagen de archivo

Román Rodríguez Curbelo (EFE)

Santa Cruz de Tenerife —

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Mujeres y hombres tienen patrones de movilidad urbana distintos, condicionados por las mismas razones que el pasado 8 de marzo llevaron a cientos de miles de mujeres a las calles de toda España: la desigualdad económica y la situación social y familiar, según un artículo de la consultora Alomon.

Ellas realizan trayectos por las ciudades en peores circunstancias, dentro de unos entornos diseñados sin tener en cuenta una perspectiva de género inclusiva. Trayectos que el pasado Día Internacional de la Mujer sirvieron para reivindicar la igualdad de género.

Según el artículo Movilidad y género de la consultora Alomon, las pautas de movilidad entre hombres y mujeres presentan muchas diferencias: ellas utilizan menos el vehículo privado, se desplazan más a pie y, en general, más por motivos domésticos, como cuidado de ancianos o compras del hogar, que exclusivamente por asuntos laborales.

También aprovechan más los trayectos, combinan mejor que los hombres los modos de transporte, suelen desplazarse más con niños o cargas y, en general, viajan más veces fuera de los horarios punta.

La concejala del Ayuntamiento de La Laguna, María José Roca, señaló a Efe que estas distinciones responden a una mezcla de desigualdad económica entre hombres y mujeres y al factor de género, que todavía sitúa a la mujer como mayor responsable de las tareas domésticas y del cuidado de niños o de ancianos.

La menor renta de la que en general disponen las mujeres, según María José Roca, las convierte en “pasajeras cautivas” del transporte público porque no tienen otra opción para cubrir desplazamientos de larga distancia.

Un transporte público que, lamenta la también psicóloga, no dispone en Canarias de unas infraestructuras adecuadas, como un carril Bus-VAO en la autopista TF-5, y que requiere de un aumento de la frecuencia de las líneas de guaguas, así como una adecuación de trayectos y paradas.

Diversos estudios, añade Roca, reflejan incluso que las mujeres viven más cerca que los hombres de sus respectivos trabajos para evitar esos trayectos.

La concejala coincide con el artículo de la consultora Alomon en cuanto a posibles soluciones, que pasan por, entre otros aspectos, planificar y diseñar modelos urbanos que giren en torno al transporte y a los espacios públicos bajo una perspectiva de género.

La directora de Operaciones de Alomon, Cinta Romero, asegura en el artículo que uno de los mayores generadores de discriminación en la movilidad y el transporte es la ausencia de mujeres en la toma de decisiones de proyectos para las ciudades y que, por consiguiente, los centros urbanos están pensados “por y para hombres”.

Roca asegura en esa línea que el “urbanismo feminista” es hasta ahora la única forma de concebir el espacio de una ciudad de forma “más amable” y no solo en términos “productivos”, pues incluye la visión de niños y ancianos, además de la femenina y masculina.

“Si quieres saber cómo vas a organizar tu territorio o a elaborar un Plan General de Ordenación (PGO), primero debes conocer qué necesidades tiene tu población o si, por ejemplo, está muy envejecida. Necesitas saber quién vive en qué sitio. Es entonces cuando distribuyes bien las paradas de guagua, los parques infantiles, los centros de trabajo, los hospitales…”, detalla Roca.

De hecho, la concejala asegura que ya no se puede iniciar ningún PGO sin disponer antes de esta “perspectiva de género”, y que cualquier plan de movilidad municipal debe tener en cuenta a “las usuarias que utilizan el transporte público” porque, si no, reafirma, habrá una visión “sesgada” de la ciudad.

Una visión sesgada, propia del “hombre blanco heterosexual de unos cuarenta años”, que además implicará pérdidas económicas y que tampoco será sostenible porque no invitará a dejar el coche en casa.

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