La dirección de la Caja Insular de Ahorros de Canarias continúa profundizando en su intento por recuperar la paz social en la entidad. Ahora no ha tenido mejor idea que prohibir la acción sindical dentro de sus oficinas. La instrucción dada a los sindicatos no admite dudas: si cualquier trabajador requiere de las consultas, servicios o menesteres varios de sus representantes, la reunión no se podrá celebrar en la oficina del trabajador afectado. Para ponerlo fácil, la dirección de La Caja ha designado un lugar muy céntrico, las oficinas de El Sebadal, donde están las instalaciones del equipo de informática, consideradas el destierro. Por cierto, a ver si los sindicatos cuentan algo acerca de ese inusitado interés del Banco de España por la famosa operación de compra de acciones de Lopesan Touristik.