Juan Carlos Alemán no quiere problemas con su partido, o por lo menos en relación con el cada vez más complicado pacto con Coalición Canaria para entrar ahora en el Gobierno. Sabe que el PSC está dividido -como lo están sus electores y la sociedad canaria- entre la conveniencia de entrar ahora y darse una revoltura en el potaje de CC-ATI, o esperar a 2007, con los vientos a favor, según todas las encuestas. En lo que Adán Martín y Paulino Rivero se deciden (dicen que hasta los empresarios de ATI piden la expulsión del PP), Alemán ha lanzado ese guante de que estaría dispuesto a un pacto de centro izquierda en Canarias, pero nadie se da por aludido. Y si se produjera el milagro, el secretario general socialista ya tiene previsto qué hacer: preguntar primero a su Comité Regional (máximo órgano entre congrresos) si le autoriza a establecer conversaciones, y luego, en caso de que fructifiquen, vuelta al Comité para que le ratifique los acuerdos. Dos corrientes, pues doble escudo, que se dice.