Hace días les hablábamos de ciertos empresarios portuarios de Las Palmas acostumbrados a indigestarse en la época de Arnáiz y que, con Mayoral, sólo reciben la legítima. En lugar de decir que el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas es hombre serio van y se inventan pelotazos socialistas. Y así, vemos cómo al Puerto vuelve el Estado de Derecho, algo que llegó a desaparecer por completo. En el consejo de administración de la Autoridad Portuaria se sientan empresarios, y ahora llega el dilema: siendo un consejo que decide las principales acciones en esos recintos, ¿es lógico que se sienten empresarios que conocen el asunto en profundidad e influyen convenientemente? Pero es casi obvio que allí tienen que estar empresarios que aporten pero que no sean juez y parte. O que cuando sean parte tengan un comportamiento exquisito.