De lo único que se queja tras estas jornadas Inés Miranda es del escaso eco que han tenido en los medios de comunicación. Cree que reunir a un ramillete importante de juristas para hablar de cómo van los derechos de los saharauis, de la alegría con la que los tribunales marroquíes se saltan cualquier principio jurídico y los dictámenes de la ONU... debió concitar más interés en la prensa. Porque es cierto que paralelamente al enquistamiento del conflicto, a las idas y venidas de ese referéndum de nunca acabar, a la desidia que todo asunto eterno provoca, se une un importante despliegue de relaciones públicas del Reino de Marruecos que ha encontrado muy buena acogida en organismos, entes, entidades y empresas de la más variada actividad.