El informe del Ministerio Fiscal ha vuelto a ser clave para que un asunto tan cantado pase al archivo y a engrosar el listado de escándalos judiciales canarios. La Fiscalía del TSJC, dirigida por el amigo Vicente Garrido, no se ha preocupado lo más mínimo por investigar si la mentira se produjo o no, si hay otros elementos de juicio, además del acta del consejo de administración de la Autoridad Portuaria, que sirvan para poder ordenar una investigación en toda regla. Garrido prefirió el trabajo fino, como investigar a la Autoridad Portuaria, si su secretaria del consejo de administración estaba o no estaba presente el día en que Soria estuvo en la reunión en la que, efectivamente, se abordó un asunto de interés para su casero, Javier Esquível, al que trataba de beneficiar paralelamente en el negocio eólico. La Fiscalía no buscaba otra cosa que algún resquicio para invalidar la denuncia, y lo vino a encontrar en que la abogada del Puerto no ostentaba tal cargo el día que Soria estuvo en el consejo del que dijo haberse ausentado