Nada, que ni con circunvalación ni con perseguir al vehículo privado se alivian los problemas de tráfico de la ciudad de Las Palmas. Y lo malo es que en muchas ocasiones las causas hay que buscarlas en la falta de conocimiento de los que tienen capacidad de decisión. Por ejemplo, hay que felicitar al cerebro que manda por San Bernardo y Viera y Clavijo al camión de la basura a las seis de la tarde. Un tapón insuperable, y los guindillas mirando a los celajes. Muy cerca de allí, en la calle General Bravo, las guaguas del colegio de las Dominicas traen a mal traer a los sufridos usarios de la vía, que observan el recochineo con el que estos vehículos cargan y descargan escolares en el lugar que no tienen asignado a tal fin. Lo hacen, exactamente entre las 16.45 y las 17.20, en medio de la mencionada calle, y con protección de la Policía Local. La cosa tiene su guasa sobre todo cuando se ve a los guindillas mandando al sufrido automovilista a dar un inmenso rodeo bajando por Malteses y, a continuación, a hacer puñetas. Este lunes se les reviró un taxista, que indicó a los guardias que su trayecto era ése, por General Bravo, así que mejor hicieran el favor de cumplir con su obligación y quitar las guaguas de enmedio, que eran las que molestaban. De momento sabemos que los vecinos afectados ya han presentado un cabreado escrito en el Ayuntamiento. A ver qué pasa.