Sería bueno, además, que el presidente dejara atrás la teoría de las conspiraciones porque está claro que no las hay. Más bien anida entre alguna clase dirigente el sentimiento de que aquel medio que divulga lo que no conviene es un conspirador y un traidor a la causa . Asegura que detrás de la publicación del caso Fedatto hay mala intención. ¿De quién? Que lo aclaren, porque en este periódico se informó de que en el primer transfer que se presentó del futbolista brasileño había irregularidades. Tantas, que la Real Federación Española de Fútbol lo rechazó. Luego presentaron el segundo, correcto, como dijimos. Esta es una verdad incuestionanle, sin conspiraciones ni dobleces. Cosa distinta es que existan serias dudas sobre las identidades, pero a conejo ido, palos a la madriguera. Mejor sería, dicho sea con todo cariño y respeto, que los dirigentes de la UD se cuiden mejor de quienes les asesoran y les colocan jugadores de mayor o menor éxito, que de los que nos dedicamos al complejo y a veces penoso trabajo de contar lo que les pasa.