Nadie nos puede acusar de ser partidistas. Hace diecisiete meses dijimos que un tal Godoy, de nombre Manuel, le había ganado el caucus a Demetrio Suárez, por aquel entonces alcalde de Gáldar. Y dijimos que las elecciones de la cooperativa Agragua eran esas a modo de primarias que había ganado Godoy y que, a poco que el aspirante optara por un partido sólido, ganaría al ya ex alcalde socialista. Manuel Gogoy era entonces un posible alcalde en busca de partido. Godoy, el de los libros de Historia, ya saben, era aquel extremeño que fue el hombre más poderoso de España, sin que se conozcan aún sus orígenes. Le llamaban el Príncipe de la Paz porque había firmado una paz con Francia un tratado que, sin embargo, era bastante humillante. Tenemos nuestro particular Godoy.