Pero también nos llegan de La Ranilla iniciativas positivas y hasta divertidas. A falta de mejores vientos turísticos, un grupo de cincuentones, dicho sea con el máximo respeto y cariño, prepara un guateque de los de antes ahora que se cumplen cuarenta años de aquel inolvidable Festival del Atlántico que tuvo como marco incomparable (con permiso del señor alcalde) la bella localidad tinerfeña. El sábado próximo por la noche se reúnen los carrozas y los nostálgicos en el recinto donde el festival alcanzó su esplendor, durante seis años, el parque San Francisco. A ver si lo arreglan, por cierto.